Macron pide a Putin evitar la guerra: “Los próximos días serán decisivos”

El presidente ruso ve puntos de encuentro en las propuestas de Francia. Según el Elíseo, Moscú se ha comprometido a evitar “nuevas iniciativas militares”

El presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, durante la reunión el 7 de febrero en Moscú.Foto: SPUTNIK (VIA REUTERS) | Vídeo: REUTERS

Separados por una enorme mesa —casi tan grande como la distancia que hoy aleja a Moscú de la OTAN—, los presidentes de Rusia y Francia trataron este lunes de buscar una respuesta al avispero ucranio. Vladímir Putin ejerció de anfitrión y escuchó el intento de Emmanuel Macron de lograr una desescalada que aleje la amenaza de guerra. Pero la visita del mandatario francés a Moscú no logró arrancar ninguna concesión en firme del Kremlin en torno a Ucrania. “...

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Separados por una enorme mesa —casi tan grande como la distancia que hoy aleja a Moscú de la OTAN—, los presidentes de Rusia y Francia trataron este lunes de buscar una respuesta al avispero ucranio. Vladímir Putin ejerció de anfitrión y escuchó el intento de Emmanuel Macron de lograr una desescalada que aleje la amenaza de guerra. Pero la visita del mandatario francés a Moscú no logró arrancar ninguna concesión en firme del Kremlin en torno a Ucrania. “Los próximos días serán decisivos para una desescalada”, afirmó Macron tras más de cinco horas de reunión con Vladímir Putin.

El dirigente ruso no movió ninguna de sus líneas rojas. Pero admitió que algunas de las propuestas expresadas por Macron pueden ser una base para futuros pasos conjuntos y tildó de realistas algunas de las ideas del líder galo sobre la seguridad de Europa.

Aunque no se ha logrado la desescalada, sí podría haberse ganado algo de tiempo. Según fuentes del Elíseo, ambas partes se comprometieron a no adoptar nuevas iniciativas militares, “lo que permite contemplar una desescalada”, y Rusia aceptó retirar miles de soldados de Bielorrusia en cuanto concluyan las maniobras militares en las que participan. Por su parte, Moscú prepara su contestación a las respuestas que le enviaron tanto la Casa Blanca como la OTAN –unos documentos publicados por EL PAÍS– a sus propuestas de garantías de seguridad. “Efectivamente, hay cosas que se pueden discutir, aunque son de carácter secundario. No obstante, buscaremos respuestas a las preguntas clave”, admitió Putin. “Por nuestra parte, haremos todo lo posible para encontrar compromisos que se adapten a todos. No hay un solo punto inviable en nuestras propuestas”, agregó.

Putin aceptó volver a negociar con París después del encuentro que mantendrán este martes Macron y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Sin embargo, el líder ruso advirtió de que Kiev no acepta cumplir sus exigencias y conceder un estatus especial a la región separatista de Donbás.

Tras la reunión, Putin hizo un repaso de los agravios de la Alianza Atlántica a Rusia. “No podemos cerrar los ojos a que la OTAN nos considera un enemigo”, dijo tras recordar las guerras donde han participado algunos de sus miembros, como las de Irak, Libia y el bombardeo de Belgrado “sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU”.

Putin reiteró además sus principales exigencias: la no expansión de la OTAN y la expulsión de sus miembros del este de Europa, incorporados tras el acuerdo Rusia-OTAN de 1997, y la garantía por escrito de que no desplegarán armas que alcancen su territorio. “He preguntado [a Macron] qué pasará si Ucrania forma parte de la OTAN. Kiev considera Crimea parte de su territorio, nosotros parte de la Federación Rusa. ¿Francia luchará contra Rusia?”, señaló, antes de de acusar al actual Gobierno ucranio, encabezado por el presidente Zelenski, de boicotear los pactos de Minsk de 2015.

El presidente francés defendió la llamada política de puertas abiertas de la OTAN, cuya renuncia es una de las líneas rojas de Putin. Esta política permite a los países del este de Europa, incluida Ucrania, solicitar la adhesión. Macron recordó a Putin que los principios de la seguridad europea, suscritos en la posguerra fría, “han sido violados” en Europa, en alusión velada a las amenazas rusas en Ucrania. Y citó derechos como “el respeto a la integridad territorial de los estados, el no recurso a la amenaza o al empleo de fuerza, la inviolabilidad de las fronteras, a la no intervención den los asuntos interiores”, entre otros. “No podemos correr el riesgo colectivamente”, dijo, “de ver volver en Europa el espectro de la confrontación, de las esferas de influencia, de la inestabilidad y del desorden”.

El principal objetivo, subrayó Macron, es la desescalada en la frontera con Ucrania. “Una respuesta útil es la que permita evitar la guerra y construir elementos de confianza y estabilidad para todo el mundo”, dijo el francés antes del encuentro.

El segundo –y este es el punto que suscita inquietud entre algunos aliados– consiste en construir un nuevo orden de seguridad en Europa junto a Rusia, puesto que, según Macron, “no hay seguridad para los europeos si no hay seguridad para Rusia”.

Militares rusos que asisten a ejercicios tácticos y especiales.Vídeo: LAURA RINCÓN (REDACCIÓN Y EDICIÓN) | NELLY RAGUA/ PAULA CASADO (GRAFISMO)

“Tenemos una preocupación común sobre la seguridad en Europa, y quiero agradecerte que Francia siempre haya tomado una posición muy activa en las principales decisiones”, dijo Putin tuteando a Macron, como ya hizo la semana anterior con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, uno de sus principales aliados en la Unión Europea.

La visita había comenzado con cierta hostilidad hacia la delegación francesa. Al aterrizar, nadie acudió a recibir a Macron, quien tuvo que andar bajo el mal tiempo hasta la terminal del aeropuerto de Vnúkovo.

Mientras los dos líderes hablan, las negociaciones continúan en todos los niveles. Una portavoz del Gobierno alemán confirmó a la agencia Interfax que esta semana se encontrarán los asesores de los países que constituyen el Formato de Normandía (Ucrania, Rusia, Alemania y Francia) en busca de avances en un proceso de paz que lleva estancado desde 2015.

Macron ya intentó en 2019 establecer un diálogo directo con Putin con el fin de “anclar” a Rusia en Europa. El acercamiento, que topó con la incomprensión de algunos socios de la UE, no fructificó. Esta vez, el presidente de la República se esforzó en dejar claro que antes de hablar con Putin había consultado con los principales socios y aliados de la OTAN y de la UE. En particular, con el estadounidense Joe Biden y los vecinos europeos de Ucrania y Rusia que podían desconfiar de la iniciativa francesa. No ha quedado claro, sin embargo, en nombre de quién hablaba el presidente, si de Francia, de la UE, de la OTAN o de Occidente. La crisis ucrania coincide con la presidencia rotatoria de Francia en la UE y con la campaña para las elecciones presidenciales de abril en las que Macron buscará la reelección.

Intensa semana

Macron explicó en una entrevista a Le Journal du Dimanche su visión del conflicto. “Claramente, el actual objetivo geopolítico de Rusia no es Ucrania, sino aclarar las normas de coexistencia con la OTAN y la UE”, respondió el mandatario francés, unas declaraciones polémicas dado el masivo despliegue ruso en torno a Ucrania y las alertas de Washington. El domingo, el consejero de seguridad Jake Sullivan había asegurado en la cadena Fox que el ataque ruso es factible “cualquier día de estos”.

El ministro de Exteriores ucranio, Dmytro Kuleba, compartió por Twitter que esta será “otra intensa semana diplomática” y quiso dejar claras las líneas rojas de su país: no hará ninguna concesión territorial a Rusia ni dialogará directamente “con las administraciones de ocupación rusas en Donetsk y Lugansk”, las regiones donde se prolonga una guerra que ya dura casi ocho años.

Mientras, la amenaza sobre Ucrania continúa. El presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, advirtió en una entrevista en un canal de YouTube de que su país y Rusia atacarán a Ucrania juntos si Kiev, animada por Estados Unidos, intenta lanzar una ofensiva sobre la zona separatista de Donbás. Las fuerzas armadas bielorrusas y rusas tienen previsto realizar unos ejercicios militares masivos del 9 al 20 de febrero, aunque Lukashenko anunció que podrían alterar su misión si sucediese algo en Donbás. Asimismo, varios navíos de guerra de la Flota del Báltico cruzaron ayer el Estrecho de Gibraltar rumbo al Mar Negro.

Subir la apuesta

Todas las miradas están puestas en el próximo lunes. El Parlamento ruso debatirá el 14 de febrero, según fuentes de la agencia RIA Novosti, el posible reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas separatistas. En opinión de Intigam Mamédov, vicedecano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú, la inclusión de este punto en la Duma Estatal por primera vez “es una demostración del arsenal de Rusia y de su disposición a subir la apuesta en el futuro”. El experto considera “muy interesante” la resurrección en el discurso político de “la asistencia a las dos repúblicas”. “Está claro que los diputados de la Duma Estatal no actuarán en contra de la política del Kremlin”, añade.

“La posición oficial de Rusia se basa en la necesidad de implementar los acuerdos de Minsk”, recalca Mamédov. Esto implicaría que Kiev conceda un estatus especial a la región del Donbás, algo que el Gobierno ucranio rechaza mientras Moscú no se retire de la zona porque, de lo contrario, podría bloquear su política interior y exterior.

Ucrania es uno de los dos ejes de esta crisis. El otro son las exigencias rusas de un nuevo sistema de seguridad. “EE UU se retiró en 2019 del tratado para eliminación de misiles de medio y corto alcance, y el último acuerdo en el campo de la seguridad estratégica, el START III, solo se firmó gracias a la llegada al poder de Biden”, remarca Mamédov.

Este experto recuerda que el 2 de febrero se cumplieron 30 años del encuentro en Camp David de George Bush padre y Boris Yeltsin, donde los mandatarios anunciaron el final de la Guerra Fría y una nueva era de amistad. “La principal amenaza es la falta de confianza entre las élites políticas de Rusia y EE UU. La histeria que crece en Europa y Rusia es lo más peligroso. No hay que subestimar el impacto de la histeria de los medios y políticos en la toma de decisiones en la política exterior”, advierte.

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