La UE endurece el régimen de sanciones contra Lukashenko en respuesta a su ataque migratorio
Bruselas podrá castigar a las aerolíneas y agencias de viaje que participen en el traslado de personas hacia Bielorrusia con el objetivo de llevarlas a Polonia
El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE ha aprobado este lunes un endurecimiento del régimen de sanciones contra Bielorrusia para poder castigar a todas las empresas que cooperen con el flujo migratorio orquestado por el régimen de Aleksandr Lukashenko hacia las fronteras europeas. La medida, cuyos detalles técnicos están por concretar, apunta a todas las aerolíneas o agencias de viaje que han facilitado la concesión de visados y el transporte a Bielorrusia de ciudadanos iraquíes, afg...
El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE ha aprobado este lunes un endurecimiento del régimen de sanciones contra Bielorrusia para poder castigar a todas las empresas que cooperen con el flujo migratorio orquestado por el régimen de Aleksandr Lukashenko hacia las fronteras europeas. La medida, cuyos detalles técnicos están por concretar, apunta a todas las aerolíneas o agencias de viaje que han facilitado la concesión de visados y el transporte a Bielorrusia de ciudadanos iraquíes, afganos o de otros países con la intención de que desde allí entrasen en territorio de la UE a través de las fronteras con Polonia, Lituania o Letonia.
“En Bielorrusia, seguimos ante un ataque híbrido contra la UE”, ha señalado el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, tras presidir la reunión de ministros que ha aprobado el endurecimiento de las sanciones. El jefe de la diplomacia europea ha indicado que “en los próximos días” se concretará el nombre de las personas que serán incluidas en la lista negra de la UE.
Borrell ha calificado también de “muy preocupante” la acumulación de tropas en la frontera de Ucrania, un país que, según informaciones procedentes de Washington, está expuesto a una nueva agresión armada por parte de Moscú. Algunos socios europeos incluso establecen un vínculo entre el ataque híbrido de Bielorrusia y la amenaza contra Ucrania. Borrell no ha secundado formalmente esa hipótesis, pero tampoco la ha descartado. “No estoy en el secreto de las conversaciones entre Putin y Lukashenko, pero está claro que lo que está haciendo Lukashenko es porque tiene un poderoso apoyo de Rusia”, ha señalado el alto representante.
La respuesta europea, en todo caso, se concentra por ahora contra Bielorrusia. El nuevo régimen sancionador, que permite extender el marco anterior —por las denuncias de fraude en las elecciones del pasado agosto y el desvío a Minsk de un avión comercial europeo para detener a un disidente—, se ha aprobado por unanimidad poco después de comenzar la reunión de los ministros, lo que indica el grado de unidad frente a los ataques híbridos —los que utilizan medios no convencionales, ajenos al ámbito estrictamente militar— de Lukashenko. La contundencia también muestra que la UE no afronta la dramática situación en la frontera de Polonia como una crisis migratoria, sino como un ataque deliberadamente organizado por Bielorrusia.
La decisión aprobada por el Consejo, que será publicada el martes en el diario oficial de la UE, añade al régimen de sanciones la prohibición de entrar en territorio de la UE a toda persona física o jurídica que “organice o contribuya a las actividades del régimen de Lukashenko que facilitan el cruce ilegal de las fronteras exteriores de la Unión”, según el borrador del texto oficial al que ha tenido acceso EL PAÍS. El mismo texto prevé la congelación de bienes para las personas designadas. El Consejo añade que la ampliación de criterios para figurar en la lista negra es necesaria “a la vista de la gravedad de la situación”.
Borrell ha señalado que la decisión refleja “la determinación de la UE de plantar cara a la instrumentalización de los migrantes con fines políticos”. El español subraya: “Estamos frenando esta práctica inhumana e ilegal”.
La Comisión Europea ha movilizado ya todos sus resortes políticos y diplomáticos para exigir a los países de origen y tránsito del flujo migratorio que eviten la salida de personas hacia Bielorrusia ante el riesgo de que acaben varadas en tierra de nadie ante las fronteras europeas. El vicepresidente de la Comisión, Margaritis Schinas, se desplazó la semana pasada con ese objetivo a Emiratos Árabes Unidos y a Líbano. Y esta semana planea visitar Bagdad y Ankara con el mismo propósito.
Borrell ha asegurado antes de la reunión de los ministros que la gestión de Schinas está dando resultado y que los vuelos hacia Minsk “casi han parado ya”. El jefe de la diplomacia europea cree que “la UE ya tiene la situación bajo control”. Bruselas ha recurrido a medidas de presión relacionadas con los intereses de cada país. En el caso de Emiratos, por ejemplo, se han esgrimido las negociaciones sobre liberalización de visados, que podrían quedar aplazadas o suspendidas si no se aprecia cooperación, según detallan fuentes comunitarias.
La gira de Schinas llevó a anuncios inmediatos de suspensión de vuelos o de prohibición de embarque con destino a Bielorrusia para ciertas nacionalidades. La colaboración de Turkish Airlines ha dejado además sin posibilidad de vuelos a la compañía bielorrusa Belavia, que utilizaba su presencia en la misma alianza de aerolíneas para explotar el aeropuerto de Estambul como vía de traslado de emigrantes.
El cierre de algunas rutas directas, sin embargo, parece haber provocado el desvío de los migrantes hacia otros trayectos. En concreto, hacia vuelos con escala o destino en Moscú, desde donde resulta factible volar a Minsk.
Más sanciones
La UE, mientras, ultima el quinto paquete de sanciones contra el régimen de Lukashenko, después de los cuatro aprobados desde que Bruselas calificó como pucherazo las elecciones presidenciales de agosto de 2020 en Bielorrusia. De adoptarse, la decisión supone añadir nombres de individuos y empresas bielorrusos a la llamada lista negra de sancionados. En total la componen ya 166 altos cargos bielorrusos, incluido Lukashenko, a quienes se ha prohibido la entrada en territorio de la UE y se amenaza con la incautación de los bienes de que dispongan en cualquiera de los 27 países de la Unión. En ese listado también figuran 15 empresas bielorrusas.
En junio de este año también se prohibió a las líneas aéreas bielorrusas sobrevolar el espacio aéreo europeo, así como aterrizar o despegar en los aeropuertos comunitarios. Ese castigo llegó tras el secuestro por parte de las autoridades bielorrusas de un vuelo comercial de Ryanair, al que se forzó a aterrizar en el aeropuerto de Minsk para detener a un disidente bielorruso que formaba parte del pasaje.
Los países bálticos apoyarán a Polonia en la OTAN
Los presidentes de los tres Estados bálticos -Letonia, Lituania y Estonia- anunciaron este lunes que apoyarán
a Polonia si decide invocar el artículo 4 de la OTAN en relación con la "guerra híbrida" que según ellos libra Bielorrusia al enviar masas de migrantes a las fronteras de Polonia, Lituania y Letonia.
En una rueda de prensa conjunta en Vilnius, la capital lituana, el presidente letón, Egils Levits, destacó que lo que está ocurriendo en la frontera con Bielorrusia "no es una crisis de refugiados como la de 2015, sino un ataque híbrido". "La reacción política tiene que ser diferente de la que hubo entonces," añadió Levits, subrayando que Letonia se uniría a Polonia si este país
decide convocar consultas de la OTAN en virtud del artículo 4 de la alianza.
Dicho artículo establece que se produzcan consultas cuando la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de un Estado aliado se vean amenazadas. El presidente lituano, Gitanas Nauseda, indicó por su parte que el consejo de seguridad nacional de su país acordó el pasado viernes las condiciones bajo las cuales se unirían a Polonia para solicitar consultas.
El presidente estonio, Alar Karis, informó a la prensa de que había convocado para este martes una reunión del consejo de seguridad nacional para tratar la misma cuestión. Polonia repelió en los últimos días varios intentos violentos de atravesar la valla fronteriza por parte de grupos de migrantes, incitados, según las autoridades de ese país, por agentes bielorrusos.
Lituania está procesando a unos 4.200 individuos que atravesaron la frontera de forma irregular procedentes de Bielorrusia a lo largo del verano, antes de que el Estado báltico comenzara a devolverlos al otro lado del límite territorial. Letonia declaró el estado de emergencia y comenzó a expulsar a los recién llegados en agosto, después de que se produjeran las primeras señales de que Bielorrusia estaba redirigiendo a los migrantes hacia la frontera letona.
Al término de la reunión de los tres presidentes bálticos, Nauseda declaró que todo apunta a que Bielorrusia se está integrando militarmente con Rusia, lo que presenta una situación nueva para la OTAN. Paracaidistas rusos fueron desplegados recientemente cerca de la frontera bielorrusa con Polonia y Lituania en el curso de ejercicios militares. Levits remarcó que "el régimen de (Aleksandr) Lukashenko no es independiente, planea sus acciones junto con Moscú", añadiendo que "Rusia está conectada de una manera u otra con la crisis de los migrantes", puesto que algunos de ellos viajan a Bielorrusia desde Irak haciendo escala
en Moscú.
El domingo, el Ministerio de Defensa de Letonia anunció estar realizando ejercicios militares no planificados cerca de la frontera bielorrusa, en los que participan 3.000 efectivos de la guardia nacional y tropas regulares, maniobras que continuarán hasta el 12 de diciembre. Los tres presidentes también hablaron por videoconferencia con su homólogo polaco, Andrzej Duda, y acordaron que las fronteras de todos los países amenazados por Bielorrusia deben ser protegidas, según Levits.
El presidente letón afirmó de que a pesar de las declaraciones de la presidenta del Consejo Europeo, Ursula von der Leyen, de que la Unión Europea (UE) no financiaría la construcción de barreras fronterizas con Bielorrusia, los presidentes bálticos "creen que la UE debería participar en la construcción de una valla fronteriza efectiva, ya que es la frontera exterior de la UE". Los presidentes bálticos dijeron haber tratado también cuestiones que habían quedado apartadas por la crisis fronteriza, como el proyecto
"Rail Baltica" que conectará los tres países con una conexión de alta velocidad con Europa occidental.
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