Rusia expulsa a 10 diplomáticos de EE UU y sugiere al embajador que vuelva a Washington en respuesta a las sanciones
Moscú no descarta emprender medidas “dolorosas” contra empresas estadounidenses, pero no cierra la puerta a una reunión entre Putin y Biden
Rusia ha respondido este viernes a las sanciones de la Administración de Joe Biden por los ciberataques y la injerencia en las elecciones en EE UU. El Ministerio de Exteriores ruso ha anunciado este viernes la expulsión de 10 diplomáticos estadounidenses y ha imp...
Rusia ha respondido este viernes a las sanciones de la Administración de Joe Biden por los ciberataques y la injerencia en las elecciones en EE UU. El Ministerio de Exteriores ruso ha anunciado este viernes la expulsión de 10 diplomáticos estadounidenses y ha impuesto sanciones a ocho funcionarios en una medida “espejo” a la aplicada por EE UU, según el ministro Serguéi Lavrov. Además, ha “recomendado” al embajador estadounidense que se vaya a Washington para “consultas”, una fórmula que no se recoge en la convención de Viena –los países llaman a consultas a su propio embajador como signo de protesta—, y que en la práctica significa una expulsión encubierta. Moscú elude sin embargo responder a las sanciones contra su deuda soberana —después de que la Casa Blanca haya prohibido que las instituciones financieras estadounidenses compren y negocien con nueva deuda estatal rusa y bonos emitidos por el Banco Central ruso—, aunque ha remarcado que no descarta emprender más medidas “dolorosas” contra empresas norteamericanas.
El Gobierno ruso mantendrá otras medidas “en reserva”, según ha anunciado Lavrov en una conferencia de prensa, en la que ha remarcado que Rusia no quiere un aumento de la tensión en sus ya maltrechas relaciones con Washington. Las sanciones de Estados Unidos, ha señalado Lavrov, son una “acción absolutamente hostil y no provocada”. El ministro ha amenazado con expulsar a otros 150 diplomáticos “si el intercambio de cumplidos continúa”, dijo con ironía.
En estas sanciones de Biden contra Rusia, a la que acusa de interferencia en las elecciones del año pasado y de ciberataques al corazón de su Administración, EE UU expulsó a 10 diplomáticos rusos, impuso medidas contra 32 personas y entidades y sancionó a seis empresas rusas, acusadas de colaborar con el pirateo. El Kremlin niega cualquier implicación en los ataques. Además, prohibió adquirir a sus instituciones financieras nueva deuda del gobierno ruso en el mercado primario (lo que deja no obstante abierta la puerta a que lo hagan en mercados secundarios). Una medida que Rusia no emprenderá de momento “por razones obvias”, dijo Lavrov. “No tenemos endeudamiento comparable al de EE UU”, apuntó el ministro.
La respuesta rusa es sobre todo diplomática. El mes pasado, Moscú llamó a consultas a su embajador en Washington, Anatoly Antonov, después de que Biden reconociese en una entrevista que considera al presidente ruso, Vladímir Putin, “un asesino”, y aún no ha vuelto. Ahora, Rusia sugiere a Estados Unidos que haga lo mismo, ha apuntado Exteriores. John Sullivan, nombrado por el republicano Donald Trump, se había confirmado en el cargo. “Es obvio que la situación actual, extremadamente tensa, ha provocado una necesidad objetiva de que los embajadores de nuestros países estén en sus capitales para analizar la situación y realizar consultas”, dice Exteriores en un comunicado.
En la lista de los ocho funcionarios estadounidenses sancionados, Rusia ha incluido al fiscal general, Merrick Garland, al director del FBI, Christopher Ray, o a la directora de la Inteligencia Nacional, Avril Hayes. Moscú prohibirá que los rusos y ciudadanos no estadounidenses en general trabajen en legaciones diplomáticas y misiones de EE UU en el país. Además, pondrá fin al programa que ofrece visas rápidas a los empleados del departamento de Estado de EE UU y diplomáticos; también restringirá sus viajes y movimientos dentro de Rusia. Moscú ha advertido también que cerrará organizaciones y fondos financiados por el Gobierno estadounidense —que, como otras entidades extranjeras, ya tenían muy difícil operar en el país por las leyes, controles y restricciones cada vez mayores— y les acusó de entrometerse en la política interna rusa.
Rusia pone medidas encima de la mesa para responder a las sanciones de Biden –muy simbólicas pero no cruciales y consideradas un primer toque serio de atención—, pero no cierra la puerta a la propuesta del presidente estadounidense de celebrar una cumbre en algún país europeo. Moscú, ha dicho el Kremlin, tiene “reacciones positivas” a la invitación. El ministro Lavrov ha insistido en que Rusia quiere evitar una “mayor escalada” con EE UU, pero también que no dudará en añadir más restricciones: “Ni una sola ola de sanciones quedará impune”.