El Estado Islámico reclama la autoría del ataque con decenas de muertos en el norte de Mozambique
Los yihadistas aseguran haber tomado la ciudad de Palma mientras continúa la huida de miles de personas, tanto por mar como campo a través
El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, según sus siglas en inglés) ha reclamado este lunes la autoría del ataque que sufre desde el pasado miércoles la ciudad costera de Palma, en la provincia de Cabo Delgado del norte de Mozambique, según la web SITE especializada en yihadismo. Esta ofensiva ha provocado “decenas de muertos”, aseguró este domingo el Gobierno mozambiqueño, mientras que el ISIS establece la cifra de fallecidos en 55, entre ciudadanos nacionales y extranjeros. El grupo terrorista, que se hace llamar Estado I...
El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, según sus siglas en inglés) ha reclamado este lunes la autoría del ataque que sufre desde el pasado miércoles la ciudad costera de Palma, en la provincia de Cabo Delgado del norte de Mozambique, según la web SITE especializada en yihadismo. Esta ofensiva ha provocado “decenas de muertos”, aseguró este domingo el Gobierno mozambiqueño, mientras que el ISIS establece la cifra de fallecidos en 55, entre ciudadanos nacionales y extranjeros. El grupo terrorista, que se hace llamar Estado Islámico de África Central (ISCA), ha asegurado que Palma está bajo su control después de haber atacado cuarteles militares y edificios gubernamentales.
“Reina una enorme confusión”, asegura la religiosa Ofelia Robledo por teléfono desde Pemba, capital provincial, también situada en la costa. “Pero ha sido uno de los ataques más terribles que hemos vivido”, relata en referencia a la ofensiva que comenzó el pasado miércoles en Palma y que ha provocado que miles de personas hayan huido tanto por mar como campo a través. El barco Sea Star llegó el domingo a Pemba desde Palma con unos 1.300 trabajadores de la empresa francesa Total, que desarrolla un gran proyecto de extracción de gas con una inversión prevista de 20.000 millones de euros a una decena de kilómetros de Palma. Este fin de semana también atracaron en la capital regional una docena de pequeñas embarcaciones, así como barcos de pesca y de vela, todos ellos con civiles que huían de la violencia en la ciudad atacada.
Unas 6.000 personas, muchas de las cuales se habían trasladado a Palma desde sus pequeñas aldeas del interior tras haber sufrido ataques yihadistas en los últimos meses, acudieron a buscar refugio al campamento de Total ubicado en los alrededores de la ciudad, según han confirmado fuentes próximas a un operativo de acogida humanitaria desplegado en la zona. Estas instalaciones están siendo protegidas por una empresa privada de seguridad. La misma fuente reveló que la mayoría de los habitantes de la ciudad está huyendo a través del monte por caminos y pistas rurales porque la carretera que une a Palma con Pemba no es segura, de ahí que muchos continúen oficialmente desaparecidos.
“Llega poca información de la zona”, asegura Alberto Vera, obispo de Nacala y presidente de Cáritas Mozambique, “el portavoz del Ejército reconoció siete fallecidos en una emboscada cuando decenas de personas trataban de escapar de un hotel, pero se sabe que hay muchos más muertos”, asegura.
El conflicto que sufre Cabo Delgado, que ha provocado más de 2.000 muertos y unos 670.000 desplazados según Acnur, comenzó en octubre de 2017 cuando un grupo yihadista local denominado Al Shabab, en su origen una secta islamista radical, comenzó a atacar comisarías e instalaciones del Gobierno en el interior de la provincia. Después de declarar lealtad al Estado Islámico, este grupo ha ido intensificando su violencia y ha logrado hacerse con el control de varias localidades del norte, entre ellas Mocimboa da Praia el pasado año 2020.
Los testimonios de las personas desplazadas hacen alusión a la violencia de Al Shabab, que ejecuta a aquellos hombres que deciden no unirse a sus filas. La ONG Save the Children denunció hace unas dos semanas que los yihadistas habían decapitado incluso a niños de hasta 11 años. Por su parte, Amnistía Internacional publicó el pasado 3 de marzo un informe en el que asegura que el Ejército de Mozambique y la empresa privada sudafricana DAG habían llevado a cabo crímenes de guerra contra civiles en sus operaciones de contrainsurgencia.