El Gobierno argentino retira las credenciales a la representante diplomática de Guaidó en Buenos Aires
Alberto Fernández considera a Nicolás Maduro como único presidente legítimo de Venezuela
Alberto Fernández no parece dispuesto a distanciarse demasiado del chavismo venezolano. El lunes, el Gobierno argentino "lamentó profundamente" y calificó de "inadmisibles" los incidentes en la Asamblea Nacional de Caracas y la maniobra oficialista para marginar a Juan Guaidó. Pero el martes retiró las credenciales de Elisa Trotta, la delegada de Guaidó a quien el expresidente Mauricio Macri había reconocido un año atrás como representante diplomática legal de Venezuela en Argentina. Con esta decisión, Alberto Fernández considera a Nicolás Maduro como único presidente legítimo de Venezuela y le devuelve la legación diplomática en Buenos Aires.
El Ministerio de Relaciones Exteriores argentino envió una carta a Elisa Trotta, abogada venezolana especialista en derechos humanos y residente en Buenos Aires, con el siguiente texto: "Me dirijo a usted a los efectos de comunicarle que a día de la fecha se pone fin a su misión especial en la República Argentina y a sus funciones en el marco de la misma".
Justo el día antes, después de que el canciller Felipe Solá, en representación del Gobierno argentino, hubiera emitido su nota crítica con la maniobra parlamentaria del chavismo, Elisa Trotta se había mostrado satisfecha: "Agradecemos al canciller Felipe Solá por su preocupación por los hechos ocurridos hoy en Venezuela. Nuestra lucha es por recuperar la democracia a través de elecciones presidenciales libres, para poner fin a esta crisis humanitaria sin precedentes".
La nota del Gobierno argentino fue mal recibida por el Gobierno venezolano. Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente chavista y puntal del régimen, afirmó que Alberto Fernández había dicho "una guaidiotez" [en realidad Fernández no había dicho nada directamente] y añadió: "Nosotros no necesitamos de Argentina ni de su canciller. Ellos verán de qué lado se acomodan, si de los pueblos o de los arrastrados".
La decisión de Alberto Fernández, inequívocamente favorable a Nicolás Maduro y contraria a Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de medio centenar de gobiernos en todo el mundo (entre ellos el argentino hasta ahora), complica la renegociación de la deuda que necesita acometer el nuevo presidente peronista.
La Casa Blanca ejerce una influencia decisiva sobre el Fondo Monetario Internacional (FMI), del que Estados Unidos es el mayor socio, y ya ha advertido que cualquier respaldo de Fernández a Maduro será tenido en cuenta como factor negativo a la hora de negociar. También complica la relación con Brasil, principal socio comercial de Argentina. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, es enemigo del régimen chavista y respalda sin condiciones a Juan Guaidó.
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