Casi la mitad de los jóvenes árabes se plantea emigrar

La falta de oportunidades económicas y la corrupción constituyen el eje de su malestar, según la Encuesta sobre la Juventud Árabe

Jóvenes argelinos durante una manifestación en las calles de Argel el 10 de diciembre de 2019.ricard gonzález

Casi la mitad de los jóvenes árabes (42%) se plantean emigrar debido a la falta de oportunidades en sus países y la pandemia de covid-19 ha hecho más probable ese paso para un tercio de ellos, según la última Encuesta sobre la Juventud Árabe que se ha presentado este martes. A esa conclusión ha llegado la consultora de relaciones públicas Burson Cohn & Wolfe tras entrevistar a 4.000 jóvenes de entre 18 y 24 años de 17 países árabes. Era la primera vez desde su lanzamiento en 2008 que se les preguntaba por el asunto.

El 87% de los encues...

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Casi la mitad de los jóvenes árabes (42%) se plantean emigrar debido a la falta de oportunidades en sus países y la pandemia de covid-19 ha hecho más probable ese paso para un tercio de ellos, según la última Encuesta sobre la Juventud Árabe que se ha presentado este martes. A esa conclusión ha llegado la consultora de relaciones públicas Burson Cohn & Wolfe tras entrevistar a 4.000 jóvenes de entre 18 y 24 años de 17 países árabes. Era la primera vez desde su lanzamiento en 2008 que se les preguntaba por el asunto.

El 87% de los encuestados se muestra preocupado por la falta de empleo y más de la mitad desconfían de la capacidad de su gobierno para solucionar el problema. Oriente Próximo y el Norte de África es una de las regiones del mundo con una población más joven y con mayor índice de paro. Un 27% de los menores de 20 años no tiene trabajo, el doble de la media global, según datos del Banco Mundial.

Emiratos Árabes Unidos (EAU) es, por noveno año consecutivo, el país en el que les gustaría vivir a la mayoría de los jóvenes árabes, seguido de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Alemania. También consideran que Arabia Saudí, EAU y EE UU son las tres potencias en ascenso en la región, a mucha distancia de Irán, un destino que sólo elige un 14% de los entrevistados.

Aunque los jóvenes de los países en conflicto son quienes se declaran más inclinados a emigrar (casi dos tercios de los encuestados en Líbano, Libia, Yemen, Irak o Palestina), no les empujan tanto razones de seguridad (12%) como económicas (24%) y de corrupción (16%). De hecho, hacer frente a esta última constituye una prioridad mayoritaria entre todos los consultados. El 77% de ellos estima que es un problema en sus respectivos gobiernos, pero las respuestas varían mucho de Yemen (88%), Irak (76%) y Túnez (66%) a la península Arábiga, donde el peor parado, Bahréin, suma un 8%.

Auge de protestas

Asimismo, apuntan a que la corrupción y la mala gobernanza son la principal razón (40%) de las manifestaciones antigubernamentales que el año pasado vivieron varios países árabes, por encima incluso de la falta de trabajo (29%) y justicia social (27%). Cerca del 90% de los encuestados argelinos, iraquíes y sudaneses, y un 82% de los libaneses, expresan su apoyo a esas protestas y, en menor medida, esperan que lleven a un cambio positivo para sus países. No descartan que el malestar vuelva a hacerse público si bien esa percepción varía entre los jóvenes de Libia (86%), Yemen (56%) o Egipto (40%) y los de Bahréin (24%) y Omán (19%).

Una pluralidad considera que la pandemia puede aumentar la inestabilidad política y alentar nuevas quejas populares. Pero también aquí hay grandes diferencias entre los jóvenes libaneses, el 73% de los cuales dice que es probable, y los emiratíes, que ven 0% de posibilidades. Estos y los saudíes son quienes mejor valoran la lucha de sus gobiernos contra el coronavirus. Todos coinciden en que la covid está haciendo más difícil encontrar trabajo.

“Estamos viendo una rápida desaceleración de la actividad económica. También se espera que la recesión exacerbe los ya grandes desafíos humanitarios y de refugiados que afrontan los países frágiles y afectados por conflictos”, dice Jihad Azour, el director regional del Fondo Monetario Internacional, en un artículo que acompaña a la encuesta.

En un terreno más personal, un 40% considera la religión como central a su identidad, por encima de la familia (19%) y la nacionalidad (17%). De nuevo se aprecian grandes diferencias entre Argelia (72%) o Sudán (70%) y Yemen (10%) o Emiratos (8%). No obstante, una mayoría considera que la religión tiene un peso excesivo en Oriente Próximo (67%) y que las instituciones religiosas necesitan reformarse (66%), unos valores muy similares a los obtenidos en la encuesta del año pasado.

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