Maduro culpa a Washington de la crisis de Venezuela y pide ante la ONU el fin de las sanciones
El mandatario comparece en la Asamblea de Naciones Unidas mientras Guaidó escenifica un mensaje a la comunidad internacional y pide actuar “luego de agotada la vía diplomática"
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, se dirigió la tarde de este miércoles a la Asamblea General de Naciones Unidas una semana después de haber sido señalado por una misión de verificación de la ONU por crímenes de lesa humanidad. El sucesor de Hugo Chávez aprovechó su inter...
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, se dirigió la tarde de este miércoles a la Asamblea General de Naciones Unidas una semana después de haber sido señalado por una misión de verificación de la ONU por crímenes de lesa humanidad. El sucesor de Hugo Chávez aprovechó su intervención para culpar de la crisis de Venezuela a la Administración de Donald Trump y sus aliados en el tablero internacional y pidió el fin de las sanciones. En su alocución, que suponía una oportunidad para responder a los señalamientos contenidos en el último informe de la organización sobre las graves violaciones de los derechos humanos perpetradas por las fuerzas de seguridad venezolanas y el aparato del régimen, Maduro no reconoció errores. Reivindicó su gestión de la emergencia sanitaria del coronavirus y evitó hacer autocrítica, aunque concedió que la migración masiva de venezolanos se debe a razones económicas.
“Nadie decide por nosotros los venezolanos y las venezolanas. Nosotros no intervenimos ni pretendemos hacerlo en ningún caso, jamás, ante ninguna otra nación. Somos respetuosos y por eso exigimos respeto”, enfatizó el mandatario, que aprovechó para defender la convocatoria de elecciones legislativas en diciembre que el líder opositor Juan Guaidó rechaza. Según Maduro, se tratará de un proceso “con todas las garantías necesarias para celebrar los comicios parlamentarios”. “Por ello hemos invitado al mundo a que nos acompañe, a que sean testigos de una democracia viva, nada ni nadie podrá quitársela al pueblo de Venezuela”, agregó.
Mientras tanto, el líder opositor Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, reconocido como jefe de Estado Interino de Venezuela por alrededor de 60 países, recurrió al alcance simbólico de su cargo para intentar contraprogramar a Maduro. Lo hizo al margen de la Asamblea de Naciones Unidas, que reconoce al líder bolivariano, aunque dirigiéndose a la comunidad internacional. El político solicitó ayuda a los Gobiernos que le apoyan. “Hoy les pido a todos los representantes de Estados miembros que asuman la responsabilidad de asistir al Gobierno legítimo de Venezuela en su misión de proteger al pueblo venezolano, y considerar una estrategia que contemple escenarios luego de agotada la vía diplomática. Ha llegado el momento de acciones oportunas y decisivas”, agregó sin referirse a qué tipo de acciones se refiere.
El hecho de que Guaidó escenificara una comparecencia como presidente retrata la grieta institucional que tiene Venezuela, sumida en una interminable crisis política con graves consecuencias económicas y sociales. El informe del Comité de Verificación cayó como una bomba en el ánimo oficialista, la mayoría de cuyos voceros han guardado silencio frente a lo que recoge o se han aferrado a la defensa acrítica del prestigio del Gobierno bolivariano sin dar verdadera respuesta a los señalamientos de fondo.
Guaidó reivindicó su alocución como la expresión de “la Venezuela real”, esto es, la que es víctima de los ultrajes recogidos por los informes de Naciones Unidas en contra de ciudadanos que protestan por sus derechos políticos y sociales, incluyendo los dos anteriores de la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet. Mientras tanto, Maduro ha centrado sus banderas discursivas a favor de la paz y la democracia, y en contra del bloqueo y las sanciones promovidas contra su régimen, que han golpeado aún más la destartalada economía venezolana.
Los contenidos del informe del Comité de Verificación produjeron enorme impacto en el debate nacional a pesar de los efectos de la censura y han sido recibidos como una auténtica victoria por diversas organizaciones de derechos humanos, activistas civiles y partidos políticos. El informe ha permitido a Guaidó, además, endurecer el tono de sus acusaciones en contra de la plana dirigente chavista procurando aumentar su ámbito e influencia, en un momento en el cual su liderazgo se encuentra particularmente cuestionado.
Maduro, que tiene pleno control de la situación interna del país, ha pedido a las fuerzas de seguridad estar alerta y ha reiterado que las elecciones legislativas que está convocando se harán con todas las garantías. Las formaciones opositoras moderadas que le acompañan en la convocatoria de la consulta electoral han mantenido la discreción frente al informe del Comité de Verificación de Hechos de Naciones Unidas.