La expulsión de la embajadora de la UE lleva al límite la tensión entre Caracas y Bruselas
Borrell avisa de que se tomarán "medidas de reciprocidad" y pide al Gobierno de Maduro revocar la decisión
La decisión de expulsar a la embajadora de la UE en Caracas, anunciada el lunes por Nicolás Maduro, ha llevado al límite las ya tensas relaciones con Europa y profundiza el aislamiento internacional del régimen chavista. El mandatario venezolano dio este paso el lunes, horas después de que Bruselas sancionara a 11 dirigentes afines al Gobierno. También lanzó una dura advertencia al embajador español, Jesús Silva, al ref...
La decisión de expulsar a la embajadora de la UE en Caracas, anunciada el lunes por Nicolás Maduro, ha llevado al límite las ya tensas relaciones con Europa y profundiza el aislamiento internacional del régimen chavista. El mandatario venezolano dio este paso el lunes, horas después de que Bruselas sancionara a 11 dirigentes afines al Gobierno. También lanzó una dura advertencia al embajador español, Jesús Silva, al referirse a posibles “acciones diplomáticas”. Bruselas condenó la escalada de Maduro. “Tomaremos las medidas necesarias habituales de reciprocidad”, anunció desde su cuenta de Twitter el alto representante para la Política Exterior, Josep Borrell, que también pidió una rectificación.
La expulsión de la máxima diplomática de la Unión Europa en Caracas, Isabel Brilhante Pedrosa, se enmarca en la retórica de gestos del chavismo. Sin embargo, dinamita al menos de forma temporal un puente decisivo. El Gobierno de Maduro cuenta con el apoyo de Rusia, China, Turquía o Irán, pero está cada vez más solo en el tablero internacional. Más de cincuenta países siguen reconociendo a Juan Guaidó como presidente interino y aunque el entusiasmo por la estrategia del líder de la oposición ha ido menguando, ninguna de las principales instancias de la región está dispuesta a hacer concesiones al régimen. Washington ordenó hace tres meses la captura del sucesor de Hugo Chávez y de algunos de sus colaboradores por tráfico internacional de drogas, la mayoría de los países latinoamericanos, con Colombia a la cabeza, exigen su salida del poder y la UE ha sido el interlocutor más prudente.
Bruselas siempre ha apostado por una salida negociada a la gravísima crisis política e institucional por la que atraviesa el país. Pero eso no ha impedido que los países europeos hayan tomado decisiones contra la desigual lucha por el poder entre el Gobierno y la Asamblea Nacional, dominada por las fuerzas opositoras desde las elecciones de 2015. La inclusión en la lista de sancionados por el Consejo Europeo de 11 nuevos funcionarios, entre ellos el opositor disidente Luis Parra, molestó al sector más intransigente del chavismo y provocó la ruptura. “¿Quiénes son para tratar de imponerse con la amenaza? ¡Ya basta! He decidido darle 72 horas a la embajadora de la Unión Europea en Caracas para que abandone nuestro país. Ya basta del colonialismo europeo contra Venezuela”, estalló el mandatario venezolano en una comparecencia. El líder chavista también vinculó a Jesús Silva a las actividades de Leopoldo López, resguardado en la residencia de la Embajada española desde hace más de un año.
Esta reacción tiene que ver con la supuesta implicación del dirigente opositor en la fallida incursión marítima en dos playas próximas a Caracas el pasado mes de mayo. Un plan disparatado, bautizado como Operación Gedeón, en el que participaron exmiembros de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos y que acabó con al menos siete muertos y decenas de detenidos. El Gobierno ha estrechado el cerco en torno a Guaidó, pero pese a los procedimientos judiciales contra él ha evitado ordenar su captura. Esta decisión, defendida por el sector más pragmático del chavismo, busca que los planes del jefe del legislativo se desinflen sin necesidad de intervenir. Aun así, en el trasfondo cobra relevancia el apoyo que la Administración de Donald Trump, a pesar de las dudas manifestadas por el propio presidente, sigue brindando al rival de Maduro.
La figura de Leopoldo López, en cambio, irrita especialmente al Gobierno. La asonada contra el régimen del 30 de abril de 2019 fracasó como todos los demás acciones militares alentadas por la oposición, pero logró la liberación de López de su arresto domiciliario. Y las autoridades rechazan que el exalcalde del municipio caraqueño de Chacao siga influyendo en la estrategia opositora. Al mismo tiempo, han lanzado en varias ocasiones advertencias a representantes diplomáticos en Caracas. Además de los avisos al embajador español, hace semanas miembros del chavismo señalaron al embajador de Francia, Romain Nadal, a quien acusaron de esconder a Guaidó. La acusación era falsa y fue desmentida poco después.
En cualquier caso, el peso específico de Europa y sus Gobiernos en Venezuela es clave para la oposición. El Parlamento emitió este martes una declaración de condena de la expulsión de la embajadora de la Unión Europea, institución que, según destaca el texto, “ha realizado todos los esfuerzos para contribuir a un proceso auténtico e integrador con el fin de restablecer la democracia y el Estado de derecho en Venezuela”.