DirecTV se marcha de Venezuela presionada por las sanciones internacionales

La decisión, “con efecto inmediato”, deja sin televisión por cable al menos a diez millones de personas

Caracas -
Unos niños juegan en un tejado junto a una antena de televisión por cable en el barrio caraqueño de Catia, este martes.MANAURE QUINTERO (Reuters)

Este martes los venezolanos despertaron con un nuevo disgusto: el repentino cierre de las operaciones y la salida del país de la compañía de televisión por cable DirecTV Latinoamérica, propiedad de la multinacional estadounidense AT&T Inc. La medida ha tomado por sorpresa a todo el mundo. La empresa tenía el 45% del mercado de la televisión por suscripción en el país y su cobertura prestaba servicio a unos 10 millones de personas. Con la marcha de AT&T, sale de una de las multinacionales estadounidenses más importantes pr...

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Este martes los venezolanos despertaron con un nuevo disgusto: el repentino cierre de las operaciones y la salida del país de la compañía de televisión por cable DirecTV Latinoamérica, propiedad de la multinacional estadounidense AT&T Inc. La medida ha tomado por sorpresa a todo el mundo. La empresa tenía el 45% del mercado de la televisión por suscripción en el país y su cobertura prestaba servicio a unos 10 millones de personas. Con la marcha de AT&T, sale de una de las multinacionales estadounidenses más importantes presentes en el país.

La empresa fundamentó su decisión, “con efecto inmediato”, argumentando que la vigencia de las sanciones impuestas por el Gobierno de Estados Unidos a Venezuela impedía a la compañía ofrecer los canales venezolanos Globovisión y PDVSA TV en la parrilla de su programación. Globovisión es un canal de noticias propiedad del empresario Raúl Gorrín, un tiempo cercano al chavismo, señalado con acusaciones de corrupción y sancionado por Washington. PDVSA TV, canal de la petrolera estatal venezolana, es una de los varias estaciones estatales creadas por la revolución bolivariana en estos años.

La negativa del Gobierno de Nicolás Maduro a aceptar estas condiciones produjo la abrupta decisión de la compañía, que en su comunicado agregó: “Debido a que es imposible para la unidad DirecTV de AT&T cumplir con los requerimientos legales de ambos países, AT&T se vio forzada a cerrar sus operaciones de televisión por suscripción en Venezuela, una decisión que fue tomada por la conducción de la compañía en Estados Unidos, sin estar involucrados o con conocimiento previo por parte del equipo de DirecTV Venezuela”.

Las dificultades económicas actuales del país dejan sin televisión, de momento, y de un día para otro, a varios millones de venezolanos, en un país aquejado ya de manera crónica por graves insuficiencias en los servicios estatales de agua, luz, internet y gas, y una crisis hiperinflacionaria fuera de control.

Presente en muchísimos hoteles, restaurantes, bares y tiendas de todos los calibres, DirecTV era un servicio de televisión por suscripción popular y extremadamente barato –sus cuotas mensuales costaban poco más de un dólar, a causa de las regulaciones impuestas por el Gobierno-, con altísima penetración en las intrincadas barriadas empobrecidas de las zonas urbanas y rurales del país gracias a las facilidades de su sistema satelital.

La operación de DirecTV ya era sumamente dificultosa en Venezuela a causa del rezago de las tarifas, la escasez de repuestos y la migración de su personal. En el pasado hubo varios momentos tensos en las relaciones de Hugo Chávez y Nicolás Maduro con las compañías de cable en país por problemas vinculados a la política. El Gobierno chavista había sacado de la parrilla de la programación de las operadoras de cable a varios canales informativos, muy especialmente las cadenas estadounidenses CNN y CNN en español; las colombianas RCN y NTN 24, y la alemana Deustche Welle, estación que tiempo después fue readmitida.

La repentina decisión de AT&T en un país que fuera uno de sus mercados más rentables en la región hasta hace algunos años, ha producido un enorme disgusto en el Gobierno de Nicolás Maduro. Los canales estatales y contenidos televisivos del chavismo eran vistos de forma regular y masiva por esta popular plataforma. Algunos funcionarios chavistas se han mostrado confiados en que el vacío dejado por DirecTV pueda ser llenado por otras compañías de cable con una participación más pequeña en el mercado local, como Intercable, NetUno, Cantv o Movistar.

En las entrañas del debate de la oposición, algunos activistas han criticado agriamente a Juan Guaidó por promover, junto a Estados Unidos, una estrategia de sanciones internacionales que, en lugar de tocar directamente a funcionarios responsables del Gobierno de Maduro, castiga de forma global a toda la población. Alberto Ravell, jefe de prensa del equipo de Guaidó, ha respondido: “Estos canales -Globovisión y PDVSA TV—están vinculados con la dictadura y la corrupción. La dictadura había resuelto vetar a DirecTV Venezuela si los sacaba del aire, y amenazó con detener a los ejecutivos de la empresa. Entonces, AT&T no puede hacer negocios con el régimen. Es la dictadura la que ha decidido dejar sin señal a los venezolanos para proteger a los corruptos”.

El Gobierno bolivariano todavía no ha emitido ningún comentario sobre una circunstancia que tiene un enorme impacto emocional en millones de personas, sean estos opositores o chavistas, en medio de la crisis política, social y económica más grave de la historia reciente de Venezuela.

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