Los talibanes suspenden los contactos con el Gobierno de Afganistán para el canje de presos
El contratiempo es un nuevo obstáculo en los planes de EE UU para retirar sus tropas del país asiático
Los talibanes han suspendido desde este martes los contactos que mantenían con el Gobierno de Afganistán para el intercambio de prisioneros. La decisión, anunciada en Twitter por uno de sus portavoces, califica las reuniones como “infructuosas”. El contratiempo, después de que el viernes estuviera a punto de producirse el canje, supone un nuevo obstáculo en los planes de Estados Unidos para retirar sus tropas del país asiático.
“Enviamos un equipo técnico a la Comisión de Prisioneros de Kabul par...
Los talibanes han suspendido desde este martes los contactos que mantenían con el Gobierno de Afganistán para el intercambio de prisioneros. La decisión, anunciada en Twitter por uno de sus portavoces, califica las reuniones como “infructuosas”. El contratiempo, después de que el viernes estuviera a punto de producirse el canje, supone un nuevo obstáculo en los planes de Estados Unidos para retirar sus tropas del país asiático.
“Enviamos un equipo técnico a la Comisión de Prisioneros de Kabul para identificar a nuestros detenidos. Pero desgraciadamente su liberación se ha ido retrasando por una razón o por otra hasta ahora”, tuiteaba Suhail Shaheen, portavoz de la Oficina Política de los talibanes en Qatar, a última hora del lunes. “En consecuencia, nuestro equipo técnico dejará de participar en reuniones infructuosas a partir de mañana [por el martes]”, añadía.
El intercambio de prisioneros es un paso crucial para las conversaciones de paz interafganas que Estados Unidos trata de impulsar tras haber alcanzado un acuerdo con los talibanes para retirar sus tropas de Afganistán. El Gobierno de Kabul, que no tuvo parte en ese pacto, se mostró renuente a dejar en libertad a 5.000 insurgentes en su poder (a cambio de 1.000 de sus soldados en manos de los rebeldes) como precondición al diálogo. Su presidente, Ashraf Ghani, propuso una liberación escalonada y condicionada a que la milicia mantuviera la reducción de violencia previa a la firma del trato con Washington en Doha (Qatar).
Tras el inicial rechazo de los talibanes a esa propuesta, los contactos, los primeros en 18 años entre ese grupo y el Gobierno de Kabul al que no reconoce, se habían iniciado finalmente hace apenas ocho días. El pasado jueves, todo estaba a punto para la excarcelación de 100 insurgentes a cambio de 20 miembros de las fuerzas de seguridad, según declararon ambas partes. Era el primer paso del canje contemplado en el acuerdo de Doha y debía servir como medida de confianza para iniciar el diálogo interafgano. “Pedimos a los talibanes que no saboteen el proceso ahora poniendo excusas”, ha declarado Javid Faisal, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad en Kabul. Faisal ha insistido en que el Gobierno va a seguir trabajando en el plan de excarcelaciones.
Los talibanes, que durante el fin de semana pasado ya empezaron a quejarse de que Estados Unidos estaba incumpliendo lo acordado, no han explicado qué ha impedido el intercambio cuando ya parecía inminente. Sin embargo, Matin Bek, uno de los negociadores del equipo gubernamental, dijo el lunes que el retraso se debía a que los insurgentes pedían la liberación de 15 “jefes milicianos de alto rango”.
“No podemos liberar a asesinos de nuestro pueblo. No queremos que regresen al campo de batalla y capturen una provincia entera”, declaró Bek ante la prensa, según recoge la agencia France Presse. Según la misma fuente, el Gobierno estaba dispuesto a excarcelar hasta 400 talibanes poco peligrosos, como gesto de buena voluntad a cambio de que redujeran la violencia. Aunque los insurgentes han dejado de atacar a las tropas estadounidenses, mantienen sus operaciones contra las fuerzas de seguridad afganas; decenas de soldados y policías han muerto como resultado.
Estados Unidos echó del poder a los talibanes tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, por albergar al responsable de los mismos, Osama Bin Laden. En los años siguientes, el grupo se reorganizó en una insurgencia que se ha hecho con el control de casi la mitad del país y frenado cualquier posibilidad de desarrollo.