Muere Abbasi Madani, jefe histórico del Frente Islámico de Salvación argelino

Defendió la lucha armada tras el golpe que en 1992 impidió la victoria del FIS en las urnas

Abassi Madani, en 2004 en Doha (Qatar).KARIM JAAFAR (AFP)

Abassi Madani, jefe histórico del Frente Islámico de Salvación (FIS), partido islamista de oposición disuelto en 1992 que defendía el establecimiento de un Estado islámico en Argelia, ha muerto este miércoles a los 88 años en Qatar, donde vivía exiliado desde 2003. El anuncio del deceso fue hecho por Ali Belhadj, colíder junto con Madani del FIS, el primer partido islamista legalizado en el mundo árabo-musulmán. “Ha muerto en un hospital de Doha tras una larga enfermedad”, declaró Belhadj, que aseguró haber sido informado del fallecimiento por la familia Madani.

Ambos fundaron el FIS en...

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Abassi Madani, jefe histórico del Frente Islámico de Salvación (FIS), partido islamista de oposición disuelto en 1992 que defendía el establecimiento de un Estado islámico en Argelia, ha muerto este miércoles a los 88 años en Qatar, donde vivía exiliado desde 2003. El anuncio del deceso fue hecho por Ali Belhadj, colíder junto con Madani del FIS, el primer partido islamista legalizado en el mundo árabo-musulmán. “Ha muerto en un hospital de Doha tras una larga enfermedad”, declaró Belhadj, que aseguró haber sido informado del fallecimiento por la familia Madani.

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Ambos fundaron el FIS en 1989, poco después de una explosión de descontento social contra el régimen de partido único argelino en 1988, conocida como “revuelta del pan” (o “de la sémola”) y que se saldó con varios centenares de muertos. Tras las protestas, el régimen abrió la mano y autorizó la formación de partidos, uno de ellos el FIS, y las primeras elecciones multipartidistas. El FIS fue el partido más votado en las municipales de 1990 y lideró el escrutinio en la primera ronda de las legislativas (diciembre de 1991). Para evitar una victoria definitiva del FIS en segunda ronda, el Ejército dio un golpe de Estado y desalojó del poder al presidente Chadli Benyedid.

Tras el golpe, Madani y Belhadj —un tándem indisoluble; cordial y asequible el primero y algo más maquiavélico el segundo, según los retratos periodísticos de la época— fueron encarcelados y años después se beneficiaron de un régimen de detención domiciliaria. Madani apeló a la lucha armada tras la interrupción del proceso electoral. La represión desencadenada por el régimen, y los enfrentamientos entre islamistas y fuerzas de seguridad, hundieron a Argelia en un decenio negro, una guerra civil cuyo balance de víctimas mortales se eleva, según algunas fuentes, a 200.000 personas.

Madani “quería ser enterrado en Argelia, pero ignoro si eso va a poder ser”, añadió Belhadj apuntando a las autoridades argelinas.

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