Estados Unidos ve una “oportunidad” en el diálogo coreano

El Departamento de Estado aplaude la reunión entre ambos países pero enfatiza su estrategia de “máxima presión” al Norte

La reunión, este martes, entre representantes de Corea del Norte y del SurREUTERS

Donald Trump primero desdeñó el diálogo entre Corea del Norte y el Sur, pero luego dijo que era una “cosa buena” y se atribuyó el mérito del incipiente deshielo. En la última semana, el presidente estadounidense también ha alardeado de tener un “botón nuclear más grande y poderoso” que el régimen de Kim Jong-un y ha asegurado que, “en el momento apropiado”, Washington se involucrará en las conversaciones entre ambos países. Los mensajes, en aparien...

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Donald Trump primero desdeñó el diálogo entre Corea del Norte y el Sur, pero luego dijo que era una “cosa buena” y se atribuyó el mérito del incipiente deshielo. En la última semana, el presidente estadounidense también ha alardeado de tener un “botón nuclear más grande y poderoso” que el régimen de Kim Jong-un y ha asegurado que, “en el momento apropiado”, Washington se involucrará en las conversaciones entre ambos países. Los mensajes, en apariencia contradictorios, reflejan la ambivalencia con la que Estados Unidos observa las conversaciones entre su aliado y su enemigo, que amenaza con atacar a la primera potencia con un artefacto nuclear.

El Gobierno estadounidense reaccionó este martes con optimismo cauto a la reunión entre emisarios de Corea del Norte y del Sur. Pyongyang anunció que participará en los Juegos Olímpicos de Invierno, en febrero en la ciudad surcoreana de Pyeongchang, y ambos países acordaron recuperar una vía de comunicación militar.

Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca dijo a la agencia Reuters que la presencia norcoreana en la competición deportiva es “una oportunidad para el régimen para ver el valor de terminar con su aislacionismo internacional mediante la desnuclearización”.

La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, aplaudió la reunión entre ambos países, pero pidió cerciorarse de que la presencia de deportistas norcoreanos no vulnere las sanciones de la ONU y enfatizó la estrategia con Corea del Sur de aplicar “máxima presión” al Norte que lleve a su desnuclearización.

Trump señaló el sábado que confiaba en que las conversaciones entre las dos Coreas fueran “más allá” de los Juegos Olímpicos. Su Gobierno ha avanzado que hablaría con el Norte —un “diálogo directo y sin condiciones previas”, según el Departamento de Estado— siempre que acabara con sus pruebas nucleares.

Sin embargo, la delegación norcoreana rechazó abordar este martes, en las conversaciones con el sur, su programa nuclear porque solo va dirigido, según subrayó, contra EE UU.

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El diálogo con Pyongyang es una prueba para la relación entre Washington y Seúl. EE UU teme que Corea del Norte busque alejar al Sur de su aliado norteamericano. Desde el inicio de su mandato, el pasado mayo, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, ha abogado por dialogar con el Gobierno de Kim.

En septiembre, después de que Corea del Norte, hiciera un nuevo ensayo nuclear, Trump admitió discrepancias con su aliado: “Corea del Sur está descubriendo, como les he dicho, de que su diálogo de apaciguamiento con Corea del Norte no funcionará. ¡Solo entienden una cosa!”, escribió en Twitter, en una referencia velada a sus frecuentes amenazas de una acción militar contra el Norte.

La creciente capacidad nuclear de Pyongyang ha tomado por sorpresa a Washington. Trump ha combinado la retórica beligerante con un endurecimiento sustancial de las sanciones a Corea del Norte y de la presión a China para que se aleje del empobrecido y hermético país. También ha reforzado las maniobras militares con Corea del Sur, que se suspenderán durante los Juegos.

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