Jaime Durán Barba: “A nadie le importa un carajo eso de izquierda y derecha”
El gurú de Macri se ve vencendor, pero advierte: "El peronismo es una religión, no se puede acabar en un día”
Jaime Durán Barba, el gurú ecuatoriano de Mauricio Macri, su principal asesor estratégico y de comunicación, es a sus casi 70 años uno de los personajes más criticados por el poder argentino. Le acusan de pensar solo en la imagen y olvidarse de la política real. Pero esas críticas se apaciguan cuando Macri obtiene buenos resultados electorales, como pasó hace dos semanas. Ahora todos se rinden a las técnicas modernas de Durán Barba, concentradas en redes sociales, mensajes sencillos, poco discurso y mucho análisis de encuestas. Acaba de publicar un libro -La política en el siglo XXI, arte, mito o ciencia (Debate)- en el que explica con detalle ese método exitoso. Rápidamente se ha colocado entre los más vendidos en Argentina.
Pregunta. Usted dijo que fue un milagro que Macri ganara en 2015. ¿Se consolida el milagro?
“Cristina ahora es una dirigente barrial, cantonal, no es un triunfo para ella”.
Respuesta. Desde 2006 nunca perdimos una elección, y van nueve. Hay una metodología que nos hace eficientes en las elecciones. Porque es un trabajo científico, que se basa en no tener prejuicios. Nosotros por ejemplo analizamos todo lo que pasaba a nivel de manzana en el conurbano, dónde hay cloacas y no, luz o no, quien manda a sus hijos a la escuela y quien no.
P. Pero justo en el conurbano es donde peor les va, ahí gana Cristina Kirchner.
R. Ahí hay mucha pobreza. Son barrios formados cuando ya había un esquema populista. Siempre hubo este aparato de los llamados punteros, que otorgan pequeños beneficios pero mantienen la pobreza.
P. Cristina Kirchner usó sus mismas armas esta vez, mucho márketing político. Y ganó en Buenos Aires. ¿Les descolocó?
“El gran riesgo para Macri es un fracaso económico serio”.
R. Nos copiaron. Todo lo que hizo Cristina está en el capítulo quinto de mi libro. Yo esperaba otra campaña, sin duda. La copia fue buena. Pero hizo un cambio tan radical, que no era creíble. Si yo saco a [María Eugenia] Vidal [la gobernadora de Buenos Aires, macrista] llena de joyas y dando alaridos, la gente va a decir “¿qué le pasa? ¿se volvió loca?”. Cristina hizo un cambio tan radical que la gente dijo “¿qué le pasó?”
P. Pero le fue bien a Kirchner, ganó con todo en contra.
R. No creo que se pueda decir que le fue bien porque empató con Esteban Bullrich [exministro de Educación]. Ahora es una líder barrial, ni siquiera provincial, casi cantonal [se ríe]. Para alguien que fue dos veces presidente empatar frente a un joven exministro de Mauricio no es un gran triunfo. Jugó un candidato totalmente bisoño con una de las políticas más importantes que ha tenido este país en décadas. Cristina es inteligente, valiosa, conoce lo que hace, tiene una experiencia política enorme. Ella no hizo su carrera por ser esposa de Néstor [Kirchner]..
“Nos copiaron. Todo lo que hizo Cristina está en el capítulo quinto de mi libro”.
P. ¿Perder contra ella no es una derrota?
R. Ganamos 101 municipios de Buenos Aires, ellos 16. Si perdemos la provincia de Buenos Aires no es una novedad, ha pasado durante 80 años. Lo grave para ellos es que perdieron San Luis, Córdoba o Santa Cruz, su provincia. Aguantaron en feudos que tienen controlados casi militarmente. Ella tiene un techo muy fuerte.
P. Muchos daban a Kirchner por acabada hace un año. ¿Usted no?
R. Nunca la di por muerta, yo siempre dije que podía ganar en Buenos Aires. El peronismo es una especie de religión política, no se puede acabar con ellos de un día para otro. El PRO hace tres años solo existía en la ciudad de Buenos Aires. Lo más importante de las últimas elecciones es que surgió un tercer partido nacional en Argentina. Más allá de si Cristina gana o pierde por cuatro votos. Dejó de ser una dirigente nacional.
P. ¿Cuál es el secreto de sus campañas?
“Este era el peor momento para Macri y lo ha superado”.
R. Se trata de no hacer campaña como antes, con mítines, parafernalia. Nosotros estudiamos mucha psicología, como son los seres humanos. Desde la aparición de la televisión empieza a crujir la idea de los líderes estatua. Nosotros hacemos campaña sin mentir, sin actores. Va Macri a una casa y si lo reciben bien sale y si lo reciben mal obviamente no lo sacamos al aire pero no hay teatro. Nuestros políticos están en la calle, van a la compra. Porque lo más peligroso para un político es perder el sentido de la realidad, la egolatría. Se creen tan sobrehumanos que terminan siendo una tontera. Hay que ser normales, no tener sirenas, escoltas. Eso ayuda al equilibrio psicológico. En el grupo de Macri trabajamos mucho eso para evitar el síndrome de Hubris (el de los que creen que lo saben todo). Ya no hay estatuas ni dioses, solo seres humanos. Solo un ignorante puede pensar que lo sabe todo. Y Macri no lo es.
P. ¿La crisis económica puede acabar con Macri?
R. Hay mucha gente que lo está pasando mal. Claro que es un problema. Pero lo que sustenta el macrismo es la esperanza. La gente en las encuestas dice que está mal pero cree que va a estar mejor. Veamos el francés Macron, el único parecido a Macri en el mundo. Se ha hundido su popularidad en tres meses. Macri es el presidente mejor valorado del continente. Que Macri, después de tomar medidas de ajustes que fueron inevitables, y cuando todavía no se ven los resultados, gane las elecciones intermedias, es un poco absurdo. Es una victoria espectacular.
P. ¿Sigue pensando que la ideología no importa?
“Lo más importante de las últimas elecciones es que surgió un tercer partido nacional, Cambiemos”.
R. Cada semana tenemos personas del partido timbrando las casas. La gente nunca nos habla de nada de lo que le interesa al círculo rojo [así llama al mundo de la política y la prensa]. Jamás dicen vos sos de izquierda o de derecha. A nadie le importa un carajo eso. Estadísticamente en Argentina hay un 7% de izquierda y un 5% de derecha. Al resto no le interesa. Y la prensa no para de decir que Macri se va a la derecha o al centro. ¿Quién lee hoy a Perón, a Yrigoyen? Nadie. La ideología lleva a hacer locuras. En España, por ejemplo, Podemos es un movimiento muy interesante, pero cuando apoyan a la dictadura militar venezolana se hunden, y lo hacen por ideología, porque dicen que son antiimperialistas.
P. ¿Argentina se ha convertido en un laboratorio de márketing político, una guerra en internet entre consultores? Esta campaña parecía una batalla entre usted y el español Antoni Gutierrez-Rubí, que asesoraba a Cristina.
R. Los consultores son necesarios. Pero creo que lo de Cristina fue un error. Su gente está acostumbrada a seguir al líder, ahora ella viene diciendo que es una más y muchos dicen ¿qué le pasa? Ahora pesa mucho más lo que la gente dice en Facebook que lo que dice el propio candidato. El vídeo de Vidal y Brancatelli [un choque de la gobernadora con un periodista kirchnerista] lo vieron tres millones de personas. Eso mueve mucho más que el editorial del periódico Perfil en el que yo escribo, por ejemplo. Mi columna me cuesta mucho trabajo, pero me leen unas 10.000 personas. Yo no influyo nada, ese vídeo de Vidal sí.
P. Pero ese enfrentamiento estaba preparado por usted, ¿no?
“Solo un ignorante puede pensar que lo sabe todo. Y Macri no lo es”.
R. Eso es otra cosa. Yo soy un técnico que sabe hacer campañas electorales, que es creativo, y ahí sí logro influir. Venimos trabajando desde 2004, en México, cuando nos dimos cuenta que la internet era una revolución total para la política. Estamos mirando todos los días para no quedarnos atrás. Cristina también se mueve bien en internet, es evidente que ha leído obras actuales. Los políticos que no han leídos cosas de esta época post internet no entienden nada. Ha colapsado el sistema político. Mira México, Brasil, Chile. En Perú casi todos los expresidentes están en la cárcel.
P. ¿Por qué aguanta Macri?
R. Porque entiende el nuevo tiempo, evita la pedantería. Si Macron tuviera tres personas del equipo de Macri aguantaría mejor. Muchos no entienden este nuevo mundo en el que los jóvenes se sienten totalmente libres. Es horizontal, hay que analizarlo de otra manera. En Argentina llegó un cambio que vino para quedarse. Este era el peor momento para Macri, porque tomó medidas difíciles y aún no se ven los resultados. Y lo ha superado.
P. ¿La gran ventaja de Macri es la división de la oposición?
"Si Macron tuviera tres personas del equipo de Macri aguantaría mejor".
R. Es evidente que no cuajaron las alternativas a Cristina como [Sergio] Massa. Es una ventaja. Lo que pasó con los Kirchner fue demasiado escandaloso, hay mucha gente que quedó fastidiada.
P. ¿Y el mayor riesgo para Macri cuál es?
R. Que tengamos un fracaso económico serio. ¿Puede pasar? Y sí, si este loco de EEUU le bombardea al loco de Corea, todo puede pasar. Pero no creo. El cambio en Argentina no es fácil, es un país muy corporativista, con mentalidad muy de mediados del siglo XX. Pero hay procesos políticos. Más de la mitad de los argentinos han asumido que este país no da más con este modelo y hay que cambiarlo. Ganar estas elecciones ha sido un triunfo espectacular. Y el 22 de octubre [las elecciones definitivas para renovar buena parte del Congreso] vamos a ganar porque hay una ola.
P. Cristina entonces no podrá volver al poder en 2019?
R. Pensar que porque Cristina Fernández pueda ganar en Buenos Aires puede volver a la presidencia es pensar que unos barrios son toda Argentina. No es así. Es puro mito todo. En todos los países hay gente que gana en una provincia o una ciudad y no puede hacer nada a nivel nacional. Nada es imposible en política pero es muy poco probable que vuelva.
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