Descabezada en Argentina una comisaría antinarco que escondía droga en un doble techo
La Justicia investiga si los policías usaban las dosis incautadas de cocaína para plantarlas en allanamientos y extorsionar a las víctimas
"El crimen lo comete la policía", comienza el decálogo del relato policial argentino realizado por el escritor y crítico literario Carlos Gamerro. Y continúa: "Si (el crimen) lo comete un agente de seguridad privada o -incluso- un delincuente común, es por orden o con permiso de la policía. El propósito de la investigación policial es ocultar la verdad. La misión de la Justicia es encubrir a la policía. Las pistas e indicios materiales nunca son confiables: la policía llegó primero". Gamerro describe la ficción policial, pero la realidad de Argentina en ocasiones se asemeja mucho a ella. En una delegación antinarcóticos de la periferia bonaerense, cuyo objetivo es combatir el narcotráfico, encontraron droga escondida en un doble techo este fin de semana. Había envoltorios de cocaína, de marihuana y de paco (pasta base de cocaína). La Justicia investiga ahora si vendían la droga o la usaban para plantarla en allanamientos y extorsionar a las víctimas.
La primera pista fue una denuncia anónima. "En la delegación de Drogas Ilícitas Lanús-Avellaneda guardan droga escondida para plantarla y armar causas", decía el mensaje telefónico que recibió el pasado mayo Asuntos Internos de la policía de la provincia de Buenos Aires, la más grande del país. Un juez comenzó a investigar, pero los acontecimientos se precipitaron el sábado, a raíz del vídeo colgado en Facebook por un sargento en el que enseñaba la droga, dónde la escondían y el uso que se le daba. En un allanamiento realizado el domingo de madrugada fueron incautadas 350 dosis de cocaína, 50 dosis de paco y cigarrillos de marihuana ocultos en el techo. Además, en el cajón de un oficial encontraron otra veintena de dosis de cocaína.
El sargento denunciante, Adrián Javier Jiménez, fue detenido durante el operativo, acusado de "entorpecer la investigación", aunque se prevé que sea puesto en libertad y entre en un programa de Protección al denunciante. También quedó preso el oficial que tenía droga en su escritorio. La dependencia policial antinarcóticos está intervenida, el jefe y subjefe han sido apartados de sus puestos y todos los integrantes de la delegación serán investigados por la Justicia, según anticipó el ministerio de Seguridad bonaerense.
Poca confianza en la policía
La desconfianza de los argentinos en la policía es una de las más altas del mundo, según los datos de la World Value Survey (WVS). De los 60 países analizados en su última encuesta, en 2014, sólo en Pakistán los uniformados generan un mayor rechazo. El 32% de los entrevistados señaló que la policía no le da ninguna confianza y el 42%, que muy poca. Sólo el 4,1% expresaron gran satisfacción con esta fuerza.
De confirmarse que la droga incautada se usaba para crear pruebas falsas e inventar causas, la noticia validará una sospecha generalizada entre los argentinos. No son pocas las veces que los detenidos aseguran que la policía les ha plantado drogas. Una de las más famosas estuvo protagonizada por el exrepresentante de Maradona, Guillermo Coppola, quien negó que fueran suyos los 40 gramos de cocaína encontrados en un jarrón de su casa.
El último escándalo abre un nuevo capítulo en la batalla que libra la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, para depurar a la policía. Vidal considera que esta fuerza está infestada de mafias que durante años crecieron amparadas por la impunidad. Desde que asumió, en diciembre de 2015, el gobierno bonaerense ha iniciado 14.181 sumarios en esta fuerza, ha apartado a 5.427 policías, suspendido a 1.323 y detenido a un total de 447.
Entre los casos más graves del último año está la detención de ocho jefes policiales sospechosos de montar una red que cobraba a narcotraficantes y proxenetas por protección. Asuntos Internos encontró en la jefatura departamental 36 sobres numerados con más de 150.000 pesos (equivalentes a unos 10.000 dólares en el momento de la detención), producto del cobro de sobornos. Causas como la de la comisaría narco de Lanús-Avellaneda refuerzan el descrédito de la policía y alimentan el imaginario de la novela negra local, poblada de agentes en el bando equivocado.
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