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La vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo consigue justicia a los 97 años

Un tribunal argentino condena a los tres acusados por la desaparición forzosa de su hija embarazada

Rosa Roisinblit junto a sus nietos Mariana y Guillermo a la salida del juicio.
Rosa Roisinblit junto a sus nietos Mariana y Guillermo a la salida del juicio.Télam
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Plaza de Mayo grandma finally gets justice for lost daughter

Fin de la impunidad. A los 97 años, la vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Tarlovsky de Roisinblit, escuchó hoy a un tribunal condenar a los acusados por la desaparición forzosa de su hija, Patricia Roisinblit, en 1978. Patricia, embarazada de ocho meses, fue secuestrada en su casa, frente a Mariana, su hija de 15 meses, el 6 de octubre de ese año. Su pareja, José Pérez Rojo, había corrido la misma suerte horas antes. Su familia nunca volvió a verles y la bebé fue criada por sus abuelos después de que los militares la entregaran a familiares de Pérez.

38 años después, el Tribunal Oral Federal en lo Criminal 5 de San Martín condenó a 25 años de cárcel al exjefe de la Fuerza Aérea y miembro de la segunda Junta Militar de la dictadura Omar Graffigna y al exjefe de la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA) Luis Tomás Trillo. Ambos fueron declarados coautores de los delitos de privación ilegal de libertad y tormentos en el marco de la causa de la RIBA, donde funcionó un centro clandestino de detención dependiente de la Fuerza Aérea durante la última dictadura (1976-1983).

Roisinblit, nieta e hija de los primeros inmigrantes judíos que llegaron a Argentina a finales del siglo XIX, escuchó la sentencia condenatoria junto a sus nietos Mariana y Guillermo. Este último, nacido en cautiverio, no recuperó su verdadera identidad hasta el año 2000. Su apropiador, el expersonal civil de inteligencia Francisco Gómez, fue condenado hoy en el mismo juicio a 12 años de prisión.

Se trata de la primera condena a Graffigna, de 90 años, quien fue absuelto en el Juicio a las Juntas Militares en 1985 y desde entonces había eludido la justicia. A diferencia de entonces, el tribunal lo declaró culpable de crímenes de lesa humanidad perpetrados en la RIBA, una enorme mansión de 800 metros cuadrados en la periferia oeste de Buenos Aires bajo control de la Fuerza Aérea. Según se pudo reconstruir durante el juicio, José Pérez Rojo y Patricia Roisinblit estuvieron detenidos inicialmente en la RIBA y posteriormente Roisinblit fue enviada a la Escuela Superior de Mecánica de la Armada, en Buenos Aires, para dar a luz en la maternidad que funcionaba en ese centro clandestino de detención, el más grande de la dictadura.

En 2003, el juez español Baltasar Garzón solicitó la extradición de Graffigna, sin éxito. Hasta que en 2013 el militar fue detenido por una causa iniciada por Mariana Pérez Roisinblit. Su lucha ha sido determinante en el avance de la causa y en la vida de su abuela Rosa. El 27 de abril del 2000 se presentó ante su hermano de sangre, Guillermo, y le dijo que era hijo de desaparecidos. El ADN confirmó el mensaje y Guillermo lleva desde entonces los apellidos Pérez Rosinblit.

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