Irán da por concluida la utilización rusa de su base para atacar Siria

La revelación por Moscú la semana pasada suscitó críticas en la República Islámica

El ministro de Exteriores iraní, Bahram Ghasemi, durante la rueda de prensa de este lunes. ATTA KENARE (AFP)

Irán ha anunciado este lunes el final, “por el momento”, de los bombardeos rusos sobre Siria desde su territorio. El repentino giro, apenas una semana después de que Moscú revelara esas operaciones, saca a la luz las tensiones originadas en la República Islámica por esa colaboración sin precedentes y los límites de su alianza (de conveniencia) con Rusia.

“Rusia no tiene una base en Irán ni ha desplegado [sus aviones de combate] en nuestro país. Se trató de ...

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Irán ha anunciado este lunes el final, “por el momento”, de los bombardeos rusos sobre Siria desde su territorio. El repentino giro, apenas una semana después de que Moscú revelara esas operaciones, saca a la luz las tensiones originadas en la República Islámica por esa colaboración sin precedentes y los límites de su alianza (de conveniencia) con Rusia.

“Rusia no tiene una base en Irán ni ha desplegado [sus aviones de combate] en nuestro país. Se trató de una misión temporal que ha concluido”, ha asegurado el portavoz del Ministerio de Exteriores, Bahram Ghasemi, durante su conferencia de prensa semanal.

La noticia de que cazas rusos estaban utilizando la base Shahid Nojeh, a las afueras de la ciudad iraní de Hamadán, para bombardear a grupos rebeldes en Siria no solo fue criticada en Washington. Era la primera vez que una potencia extranjera utilizaba una base iraní desde la Segunda Guerra Mundial. Para muchos ciudadanos, y así lo han dicho algunos diputados en alto, constituía una violación de la Constitución, cuyo artículo 146 prohíbe “el establecimiento de cualquier clase de base militar en Irán, incluso con fines pacíficos”.

“Los iraníes son altamente sensibles respecto al mantenimiento de su soberanía nacional y su Constitución”, advirtió el diario reformista Shargh. Una veintena de legisladores pidieron al presidente del Parlamento, Ali Lariyaní, una sesión a puerta cerrada para debatir el asunto. Los parlamentarios querían saber “las razones de la decisión y sus consecuencias”. Desde el lado conservador, el diputado Heshmatollah Falahatpishe fue más lejos y cuestionó directamente esa cooperación aduciendo que la política exterior rusa es “muy diferente” de la iraní.

Aunque ambos países son aliados incondicionales del régimen de Bachar el Asad, a quien desde 2011 respaldan en la guerra civil, Irán se ha mostrado discreto sobre su ayuda militar, en tanto que Rusia anuncia regularmente su implicación. Pero es sobre todo la historia reciente lo que más pesa sobre el sentir iraní.

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A lo largo del siglo XIX y buena parte del XX, Teherán resistió con escaso éxito los intentos rusos de control. Uno de los principales eslóganes de la revolución de 1979, y que aún se oye en las manifestaciones oficiales, fue “ni prooccidental ni prooriental, República Islámica”. El anhelo de independencia que alentó aquel levantamiento popular buscaba reafirmar la soberanía nacional tanto frente a Estados Unidos y el Reino Unido como frente a la Unión Soviética.

El cauteloso debate desatado ahora por la presencia rusa ha obligado a los responsables iraníes a dar un paso atrás. El ministro de Defensa, Hosein Dehghan, ha desestimado las críticas, pero también ha lamentado la indiscreción de Moscú. Después de afirmar la semana pasada que los rusos podrían usar Shahid Nojeh “durante todo el tiempo que lo necesitaran”, ahora insiste en que no hay “ningún acuerdo firmado” y que la “cooperación operativa” era temporal y limitada al repostaje.

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