Las tropas de El Asad intensifican con apoyo ruso la ofensiva contra Alepo

El régimen de El Asad intenta dar un vuelco a la guerra gracias al apoyo de la aviación rusa

VIDA MÁS ALLÁ DE LA GUERRA. Dos recién casados sirios, Nada Merhi, de 18 años, y el soldado del régimen Hassan Youssef, de 27, posan el viernes para sus fotos de boda en mitad de la destrucción de Homs. El fotógrafo dice que quiere reflejar que la vida es más fuerte que la muerte.JOSEPH EID (AFP)

Las fuerzas gubernamentales sirias y sus aliados rusos han intensificado la ofensiva contra los feudos rebeldes en Alepo, en el norte del país, con el objetivo de dar un vuelco a la guerra tras casi cinco años de combates. Las tropas leales al presidente Bachar el Asad se preparan para asediar a las 350.000 personas que viven en los bastiones de la oposición en el este de la ciudad, frente al millón de habitantes que permanecen en los barrios occidentales controlados por el régimen.

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Las fuerzas gubernamentales sirias y sus aliados rusos han intensificado la ofensiva contra los feudos rebeldes en Alepo, en el norte del país, con el objetivo de dar un vuelco a la guerra tras casi cinco años de combates. Las tropas leales al presidente Bachar el Asad se preparan para asediar a las 350.000 personas que viven en los bastiones de la oposición en el este de la ciudad, frente al millón de habitantes que permanecen en los barrios occidentales controlados por el régimen.

Los testimonios de los trabajadores humanitarios, de las redes de observadores de la sociedad civil y de los escasos periodistas que informan desde zonas próximas al frente coinciden en apuntar que la insurgencia se desmorona en Alepo, al ver cortadas sus rutas vitales de suministro desde Turquía, mientras decenas de miles de personas huyen hacia el país vecino. Ni la población civil ni las milicias rebeldes parecen querer exponerse a un nuevo cerco de las fuerzas gubernamentales como el que arrasó la ciudad de Homs (centro) hace dos años.

El régimen se veía contra las cuerdas el pasado verano, cuando los avances militares de la oposición amenazaban Damasco y las provincias alauíes leales en la costa de Latakia, donde Rusia cuenta con su única base aeronaval en el Mediterráneo. La intervención de la aviación rusa a partir de septiembre ha revertido casi por completo las conquistas territoriales rebeldes en el norte y ha permitido al régimen de El Asad lanzar nuevas ofensivas en Deraa (sur) contra los rebeldes, escindidos en una multitud de milicias que a su vez se enfrentan por el control del territorio con los grupos yihadistas Estado Islámico (ISIS) y Frente Al Nusra (filial de Al Qaeda).

El Gobierno de El Asad no parece tener intenciones de negociar. Lo han dejado bien claro el ministro de Exteriores, Walid al Mualem, al asegurar que no habrá un alto el fuego hasta que queden completamente selladas para las milicias las fronteras de Turquía y Jordania.

Fracaso del diálogo

Las conversaciones auspiciadas por la ONU en Ginebra entre el régimen y la oposición de Siria, que tenían precisamente como primer objetivo el establecimiento de una tregua, han fracasado esta misma semana y se han aplazado, en principio hasta el día 25, ante la ofensiva contra Alepo.

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Mualem advirtió también a Turquía y a Arabia Saudí, que apoyan a los insurgentes, que se abstengan de enviar tropas a Siria con el pretexto de combatir al ISIS. “Nadie va a violar nuestra soberanía. Quienes lo intenten volverán a sus países en ataúdes”, amenazó. Riad había propuesto el jueves desplegar unidades de élite para luchar contra los yihadistas. Tanto Arabia Saudí como Turquía forman parte de la coalición encabezada por EE UU que bombardea al ISIS en Siria y en Irak, y que arma a los rebeldes que combaten al yihadismo.

Respaldado por Moscú, el régimen de El Asad se dispone a seguir en el poder tras haber recuperado posiciones de fuerza.

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