Abraham Haim | Presidente del Consejo de la Comunidad Sefardí de Jerusalén

“Esta ley es un hito para el reencuentro con España”

"Hay documentos que ayudarán a determinar quién tiene derecho a nacionalidad", opina

Abraham Haim, presidente del Consejo de la Comunidad Sefardí de Jerusalén, en marzo de 2014 durante un encuentro con el rey Juan Carlos.GERARD JULIEN (AFP)

El guardián de las Cuatro Sinagogas Sefardíes, en el barrio judío del recinto amurallado de la Ciudad Santa, se cuadra cuando Abraham Haim (Jerusalén, 1941) acude al caer la tarde del Sabbat y al pasar a su lado le saluda en ladino. Historiador y profesor universitario, exdirector de Patrimonio Sefardí del Ministerio de Cultura israelí, su español hablado tiene ecos de hace más de cinco siglos.

“Mi familia de judíos sefardíes llegó a Jerusalén a mediados del siglo XIX desde los Balcanes. El apellido de mi familia materna es Reina”, explica Haim, en el recinto de las Cuatro Sinagogas, re...

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El guardián de las Cuatro Sinagogas Sefardíes, en el barrio judío del recinto amurallado de la Ciudad Santa, se cuadra cuando Abraham Haim (Jerusalén, 1941) acude al caer la tarde del Sabbat y al pasar a su lado le saluda en ladino. Historiador y profesor universitario, exdirector de Patrimonio Sefardí del Ministerio de Cultura israelí, su español hablado tiene ecos de hace más de cinco siglos.

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“Mi familia de judíos sefardíes llegó a Jerusalén a mediados del siglo XIX desde los Balcanes. El apellido de mi familia materna es Reina”, explica Haim, en el recinto de las Cuatro Sinagogas, reconstruido tras la Guerra de los Seis Días de 1967, en medio de una charla que evoca vocablos antiguos, como “ollos” en lugar de ojos, y alegres sufijos de diminutivo en “ico”.

“A pesar de las guerras y de la destrucción causada por el tiempo, la Comunidad Sefardí de Jerusalén conserva documentos que pueden ayudar a determinar quién tiene derecho a la nacionalidad española”. “La Diáspora mantuvo registros de sus miembros, como los que figuran en las llamadas sociedades de entierros, que aclaran el origen de muchas familias. Los documentos religiosos, como las donaciones para las sinagogas, también sirven para trazar la línea histórica”, precisa.

La exigencia del conocimiento del español para lograr el pasaporte es, en su opinión, una dificultad añadida. “El ladino se mantiene como lengua de estudio, pero apenas se usaba ya en la vida cotidiana durante mi niñez”, puntualiza el presidente del Consejo de la Comunidad Sefardí.

“No se puede corregir lo que pasó en 1492, pero esta ley es un hito para el reencuentro de los sefardíes con España”, asegura Haim con satisfacción. “Aunque en Israel el término sefardí se aplica en general a todos los judíos de procedencia oriental [de países islámicos], frente a los de origen europeo o askenazíes, sólo las personas con un linaje procedente de Sefarad o España tendrán derecho a la nacionalidad”, advierte. “Nuestro Consejo es una de las instituciones que podrá ayudar a acreditar este linaje en un documento oficial”, concluye.

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