Un grupo radical afgano se plantea sumarse al Estado Islámico

"Si cumplen los requisitos del califato, nos uniremos", asegura un miembro de Hezb-e-Islami

Imagen de un vídeo de propaganda del Estado Islámico.AFP

El grupo yihadista afgano Hezb-e-Islami, aliado de los talibán, ha mostrado su disposición a engrosar las filas del Estado Islámico (EI) si “cumple los requisitos de un califato”. “Conocemos al EI y tenemos vínculos con algunos de sus miembros. Si no vemos ningún problema en su manera de actuar, estoy seguro de que nuestro líder [Gulbuddin Hekmatyar] anunciará una alianza”, ha confirmado uno de los integrantes de la organización extremista, el comandante Mirwais, a la cadena británica BBC. “Son grandes muyah...

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El grupo yihadista afgano Hezb-e-Islami, aliado de los talibán, ha mostrado su disposición a engrosar las filas del Estado Islámico (EI) si “cumple los requisitos de un califato”. “Conocemos al EI y tenemos vínculos con algunos de sus miembros. Si no vemos ningún problema en su manera de actuar, estoy seguro de que nuestro líder [Gulbuddin Hekmatyar] anunciará una alianza”, ha confirmado uno de los integrantes de la organización extremista, el comandante Mirwais, a la cadena británica BBC. “Son grandes muyahidin [combatientes de la yihad]”, ha señalado Mirwais.

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Aunque el peso de este comandante dentro del grupo no ha sido revelado, la unión de Hezb-e-Islami al Estado Islámico permitiría a estos últimos sumar un segundo frente, en Afganistán, a su actual terreno de combate, entre Siria e Irak. Hezb-e-Islami, conocido en Afganistán por su ferocidad, incluso mayor a la de los talibán, es uno de las organizaciones armadas que combaten contra el Ejército afgano en la provincia de Baghlan, a 200 kilómetros de Kabul.

“Nuestra batalla es principalmente contra EE UU, y damos gracias a Dios de que fueran obligados a marcharse [del país]. Pero continuaremos luchando hasta que establezcamos un Estado islámico”, ha explicado Mirwais.

Según el comandante, Hezb-e-Islami se sirve de la táctica de “guerrillas”, en concreto de “explosiones, asesinatos selectivos y emboscadas”, para hacer frente a un Gobierno al que consideran “débil” e incapaz de controlar el territorio situado “más allá de las carreteras asfaltadas”.

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