YOANI SÁNCHEZ | Directora del periódico digital '14ymedio'

“En Cuba, podemos hacer periodismo que no sea de barricada”

La bloguera cubana habla sobre su nuevo periódico digital

Yoani Sánchez, el miércoles pasado en MadridJulian Rojas (EL PAÍS)

La pasión por el periodismo le viene a este filóloga cubana por una suerte de contagio. Fiel a su formación, le escandalizaba la opción de dedicarse a la información. Fue la compañía del periodista Reinaldo Escobar, su pareja desde hace 21 años, quien la convenció. Mientras despuntaba Generación Y, el blog que iluminó y encumbró a Sánchez como una de las voces opositoras más relevantes de la isla, ella alimentaba la esperanza de poder tener un medio periodístico. Durante 14 años, además, dio clases de español a alemanes. Sus alumnos le preguntaban constantemente sobre una realidad que...

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El número 14 persigue a Yoani Sánchez desde hace años. La bloguera opositora más conocida de Cuba vive en un 14º piso de un edificio de La Habana, la ciudad donde nació hace 38 años, en un apartamento convertido en una suerte de redacción de 14ymedio, el medio digital que debería haber nacido el pasado 14 de mayo, aunque por problemas técnicos lo hizo una semana después. Pero en 2014, al fin y al cabo. En torno a las 8.20 de la mañana, hora cubana, el portal saltaba a la Red. Al mismo tiempo, el Gobierno de Raúl Castro bloqueaba en la isla el sueño de Sánchez, el producto tangible que había prometido a su pequeño equipo. “Ya dejaron de verme como la loca del blog”, recordaba entre risas en una entrevista en Madrid, 14 días y medio después del parto.

La pasión por el periodismo le viene a este filóloga cubana por una suerte de contagio. Fiel a su formación, le escandalizaba la opción de dedicarse a la información. Fue la compañía del periodista Reinaldo Escobar, su pareja desde hace 21 años, quien la convenció. Mientras despuntaba Generación Y, el blog que iluminó y encumbró a Sánchez como una de las voces opositoras más relevantes de la isla, ella alimentaba la esperanza de poder tener un medio periodístico. Durante 14 años, además, dio clases de español a alemanes. Sus alumnos le preguntaban constantemente sobre una realidad que ella no veía de tanto verla: “¿Por qué la ciudad está tan destruida? ¿Qué va a pasar cuando muera Fidel Castro?, eran cuestiones que repetían y me obligaban a reflexionar. Me ayudó a darme cuenta que tenía sensibilidad para captar la realidad y explicarla”.

En diciembre de 2010, a raíz de recibir el premio Claus que otorga la Corona holandesa, lo verbalizó por primera vez. “Era algo que me venía atormentando desde hacía tiempo. Vivimos en un país que necesita información, un país donde hemos estado desinformados, ajenos a lo que ocurre en el mundo y a nosotros mismos”, explica Sánchez antes de viajar a Granada a un encuentro con internautas. Desde que en enero de 2013 —el día 14, claro— el Gobierno cubano aprobase la nueva política migratoria, que permitía viajar al extranjero, Yoani Sánchez no ha parado. “Trato de recuperar el tiempo perdido, los 10 años en que no me dejaron viajar”, cuenta con euforia, pese a confesar que ha dormido poco la noche anterior: “Me quedé hasta las cuatro trasteando con Internet. Para mí, viajar supone poder conectarme sin problemas y eso es un estímulo”.

La estancia le ha servido también para seguir trabajando en 14ymedio, un diario integrado por una plantilla de 11 personas, a los que se suman colaboradores en algunas provincias de la isla y las aportaciones de columnistas. Fuera de Cuba, tres personas les ayudan con los aspectos técnicos de la web y miles más “con sus clics en Facebook y las redes sociales”, concede Sánchez. El staff, como le gusta referirse a su redacción, tiene una media de 28 años —“si sacamos a Reinaldo”, bromea sobre su marido, de 67 años— y está compuesto por dos periodistas, varios filólogos, un peluquero, un ingeniero civil, una informática, una estomatóloga que es una excelente fotógrafa… Son gente dispuesta a formarse. Era una de las pautas que nos habíamos marcado, junto a que no tuvieran intención de abandonar el país en los próximos años, que mantuvieran el compromiso de quedarse en la isla, algo muy difícil, porque la mayoría de los cubanos tiene puesta su mirada en el extranjero”, explica Sánchez. “Queríamos gente que se hiciese preguntas, con curiosidad y que no tuviese miedo o no mucho, lo que es complicado”, admite la bloguera, que en ningún momento de la charla se refiere a sus redactores por el nombre. Algunos firman sus piezas con seudónimo.

Página web 14 y medio de Yoani SánchezEL PAÍS

El funcionamiento de 14ymedio es “un poco esquizofrénico”, según su directora, colaboradora de EL PAÍS, premio Ortega y Gasset en 2008. Solo así se explica el día a día de un medio digital en una isla sin apenas acceso a Internet, unas limitaciones que, en cualquier caso, no quiere que sean motivo de condescendencia: “No queremos que la gente entre y piense ‘pobrecitos’, no queremos dar lástima. La experiencia durante siete años con su blog, Generación Y, ha sido clave: “Trabajamos en un soporte offline que nos permite ver cómo quedaría la página definitiva, y cuando tenemos suficiente material nos vamos a los lugares públicos con Internet, o a los hoteles, que son bastante caros, y tratamos de actualizar el trabajo”, dice, sin detallar mucho para no dar pistas de cómo logran esquivar las trabas del Gobierno cubano.

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En la isla, ni las aperturas son tan abiertas ni los cierres tan cerrados

Desde el momento en que vieron la posibilidad de materializar su sueño, el objetivo de todo el equipo estuvo claro: “Acompañar a los cubanos desde el punto de vista informativo en el proceso que van a vivir, llámese transición, derrocamiento, caída, cambio… La sociedad cubana necesita estar pertrechada de información, de debates, de opiniones. Somos muy frágiles y podemos caer en las manos del próximo autoritarismo si la prensa no hace una labor informativa fuerte. La gente en Cuba se pregunta quién va a ser nuestro próximo líder. Yo, quiénes van a ser nuestros próximos ciudadanos. Para formar ciudadanos hay que darles información”, reflexiona Sánchez a ritmo vertiginoso, con un discurso que irradia satisfacción.

Ni siquiera el hecho de que el Gobierno de Castro silenciase 14ymedio desde el inicio les frenó. Los cubanos son el público potencial al que van dirigidas sus informaciones. Esas a las que no tienen acceso. Teóricamente. “En Cuba, ni las aperturas son tan abiertas ni los cierres tan cerrados”, remarca Sánchez con una sonrisa mientras se recoloca su inmensa melena en un moño a partir de cinco perfectos volantazos en el pelo. Ya en su sitio, prosigue: “No hay nada más atractivo que lo prohibido. En los años 70, Pedro Luis Boitel, un preso político, murió tras una huelga de hambre. Mi generación vino a saber de su muerte casi dos décadas después. 24 horas después de que Orlando Zapata falleciese el 23 de febrero de 2010, toda La Habana lo sabía. El Gobierno ya no puede poner freno a la información, cada vez se filtra más rápido”.

Presentaciones de libros, reportajes sobre gimnasios en La Habana, consejos para el cuidado del cabello, entrevistas, artículos de opinión… Un simple vistazo a 14ymedio da cuenta de la amalgama de contenidos. “En Cuba hay dos formas de hacer periodismo, la oficialista, que es horrorosa y otra de barricada, de denuncia, que ha creado una estructura rígida. Podemos hacer un periodismo que no sea de barricada. Lo que ocurre es que la realidad cubana es profundamente opositora, te da señales de que el sistema tiene que cambiar, de que muchas cosas son un absurdo”.

El Gobierno cubano ya no puede poner freno a la información, cada vez se filtra más rápido

Entre las primeras informaciones destaca una entrevista al vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, si bien esa no va a ser la tónica habitual: “Queremos abrir una línea de entrevistas y perfiles de gente menos conocida. Son los que construyen mi país, cualquier país. Es más interesante contar por qué esas personas han conseguido algo o no lo han logrado”. Yoani Sánchez asegura no tener “grandes paradigmas” sobre futuras entrevistar, pero sí un deseo, un sueño más: “Me gustaría poder acceder a una conferencia de prensa de algún funcionario cubano, ya sea Raúl Castro, el ministro de Exteriores… quien sea. Sé lo que acabaría pasando, me sacarían de la sala, quizás dormiría en el calabozo, pero me gustaría hacerles algunas preguntas. Por ejemplo: ¿dónde está el futuro que me prometieron?”.

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