Unos desconocidos disparan contra la sede del partido de Samarás en Atenas

El despacho del primer ministro recibió disparos hechos con un fusil de asalto El suceso culmina un fin de semana de ataques a periodistas y políticos

Agentes de policía inspeccionan la sede de Nueva Democracia en Atenas, el lunes por la mañana. YORGOS KARAHALIS (REUTERS)

La expresión “mezcla explosiva”, usada para definir la combinación de crisis y ajustes que estrangula Grecia, ya está siendo superada por la realidad. Tras un fin de semana plagado de noticias sobre explosiones de artefactos incendiarios en varios puntos de Atenas, la capital helena ha amanecido hoy con la noticia de un ataque a la sede central de Nueva Democracia, la formación política conservadora del primer ministro Antonis Samarás. En lo que parece una nueva escalada de violencia...

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La expresión “mezcla explosiva”, usada para definir la combinación de crisis y ajustes que estrangula Grecia, ya está siendo superada por la realidad. Tras un fin de semana plagado de noticias sobre explosiones de artefactos incendiarios en varios puntos de Atenas, la capital helena ha amanecido hoy con la noticia de un ataque a la sede central de Nueva Democracia, la formación política conservadora del primer ministro Antonis Samarás. En lo que parece una nueva escalada de violencia en este sexto año de recesión, unos desconocidos han disparado contra las oficinas del partido en la calle Syggrou, en la parte sur de la ciudad, en torno a las 3 de la madrugada —las 2 en España—. Según las primeras investigaciones, en las que participa la Policía antiterrorista, los atacantes han utilizado fusiles Kaláshnikov y han dirigido los disparos hacia la segunda planta del edificio, donde se encuentra el despacho de Samarás. En la zona se han encontrado nueve casquillos, uno de ellos en la oficina del primer ministro. No ha habido heridos, ya que en el momento del ataque el edificio estaba vacío.

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“La democracia, Nueva Democracia y el primer ministro Antonis Samarás no pueden ser aterrorizados”, ha declarado el secretario del comité político del partido, Manolis Kefaloyiannis, según el diario Kathimerini. "Esto no tiene precedentes. Es una nueva y preocupante escalada de violencia para sembrar terror en nuestra sociedad", ha dicho el portavoz de Gobierno, Simos Kedikoglou, en declaraciones a los medios. "No nos dejaremos amedrentar, el Gobierno hará lo que tiene que hacer para proteger la democracia", ha añadido.

El mismo Kedikoglou ha sido objeto indirecto de uno de los múltiples ataques registrados en los últimos cuatro días en la capital. El sábado por la noche unos desconocidos lanzaron cócteles molotov en la entrada de la casa de su hermano, que se encontraba en la vivienda junto a su mujer y su hijo de tres años. No hubo heridos ni daños graves más allá de los desperfectos provocados al edificio.

No nos dejaremos amedrentar, el Gobierno hará lo que tiene que hacer para defender la democracia" Simos Kedikoglou, portavoz del Ejecutivo griego

La oleada de ataques incendiarios, al menos 17 solo entre sábado y domingo —contra sedes locales de ND y del Pasok y también contra las oficinas del partido de oposición Syriza, en Iraklio, en Creta, según refiere Kathimerini— empezó la madrugada del viernes con la explosión de artefactos caseros a las puertas de las viviendas de cinco conocidos periodistas: el director de la agencia pública de noticias AMNA; Antonis Skyllakos, Yorgos Oikonomeas y Antonis Liaros, de la televisión privada Mega TV; Petros Karsiotis de Alpha TV y Christos Konstas, experiodista del canal Alter TV y actual portavoz de la agencia para las privatizaciones de bienes y activos del Estado. Horas más tarde, un grupo anarquista que se hace llamar “Minoría militante” reivindicó este ataque contra los que definió como “representantes del sistema”.

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De momento no hay evidencias de que los ataques de los últimos días sean obra de los mismos autores, pero las investigaciones se centran en grupos anarquistas. La semana pasada más de 90 personas relacionadas con el movimiento fueron detenidas después de intentar reocupar Villa Amalia, una histórica casa de okupas de Atenas desalojada por la policía en diciembre.

Tanto estas operaciones policiales como la presunta autoría de los ataques de los últimos días inflaman también el debate político en una semana crítica, en la que el Parlamento tendrá que votar el jueves la apertura de una investigación contra el exministro de Finanzas Yorgos Papaconstantinu, su sucesor Evánguelos Venizelos y los ex primeros ministros Yorgos Papandreu y Lukas Papademos, por las responsabilidades sobre el escándalo de la llamada “lista Lagarde”.

Desde el Gobierno acusan al partido izquierdista Syriza de no condenar claramente el uso de la violencia o incluso, como ha hecho esta mañana el portavoz del Ejecutivo, de alimentarla con sus ataques verbales contra los partidos de la coalición en el poder. “La diferencia entre declaraciones incendiarias y ataques incendiarios es muy pequeña”, ha dicho Kedikoglou. El portavoz de Syriza, Panos Skourletis, ha respondido a estas acusaciones y ha acusado al Ejecutivo de intentar crear “un clima de guerra civil”. Skourletis ha defendido que su partido ha denunciado claramente estos ataques. En una nota oficial, la formación izquierdista había hablado de “una peligrosa escalada sin salida ciega violencia terrorista”, que solo sirve “para distraer de los graves problemas del momento”.

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