Italia activa un plan de seguridad "sin precedentes"

La ciudad de Roma se acerca desbordada a la hora crítica de los funerales del Juan Pablo II, mañana a las 10.00, a los que se espera que acudan cuatro millones de peregrinos junto con mandatarios de más de 200 países. Para garantizar su seguridad, el Gobierno italiano ha activado un dispositivo "sin precedentes" para el que se han movilizado a unas 15.000 personas.

El ministro italiano del Interior, Giuseppe Pisanu, ha afirmado esta mañana que este plan incluye un avión Awacs de la OTAN para vigilar el espacio aéreo de la ciudad, en cuyos puntos estratégicos se han colocado baterías de ...

La ciudad de Roma se acerca desbordada a la hora crítica de los funerales del Juan Pablo II, mañana a las 10.00, a los que se espera que acudan cuatro millones de peregrinos junto con mandatarios de más de 200 países. Para garantizar su seguridad, el Gobierno italiano ha activado un dispositivo "sin precedentes" para el que se han movilizado a unas 15.000 personas.

El ministro italiano del Interior, Giuseppe Pisanu, ha afirmado esta mañana que este plan incluye un avión Awacs de la OTAN para vigilar el espacio aéreo de la ciudad, en cuyos puntos estratégicos se han colocado baterías de misiles antiaéreas. Además, se han instalado baterías de misiles Hawk de medio alcance en el aeropuerto militar de Pratica di Mare. Para la vigilancia de las delegaciones, las fuerzas del orden han puesto a disposición 1.430 unidades que se encargarán de acompañarles en sus trayectos por el interior de Roma y hasta la Plaza de San Pedro, mientras que otros 5.000 agentes se ocuparán de las tareas de vigilancia y control del orden público.

Entre Policía Municipal, Carabineros (Policía Militarizada), bomberos, Ejército y Protección Civil, están destacados en la zona entre 10.000 y 15.000 personas. Además, se cuenta con los servicios de tres núcleos de los departamentos especiales antinuclear, antibacteriológico y químico, así como de un reparto especial de artificieros encargado de vigilar la zona. Se usarán dos helicópteros HH3F y cuatro aviones MB339CD para sobrevolar y vigilar San Pedro y cuatro AMX y cuatro F16 se encuentran preparados para despegar en caso de urgencia.

Edificios públicos y colegios cerrados

Por otra parte, se ha pedido a los peregrinos que acudan a San Pedro que eviten llevar mochilas o grandes bultos, ya que cada uno de ellos tendrá que pasar por el detector de metales y esto podría retrasar las tareas de organización. En Roma se ha cortado el tráfico urbano desde las dos de la madrugada de mañana hasta las seis de la tarde, y todos las oficinas públicas, museos, colegios e institutos permanecerán cerrados.

Además, el espacio aéreo romano ha sido restringido a los vuelos privados por debajo de los 6.500 metros de altitud en un radio de 63 kilómetros. La misma prohibición, pero en un radio de nueve kilómetros, pesa desde hoy sobre los aviones comerciales, lo que ha obligado a las distintas compañías a cancelar muchos de los vuelos previstos para hoy y mañana. Para afrontar eventuales violaciones de estas restricciones, la OTAN ha facilitado un avión radar Awacs, mientras está lista para despegar en cualquier momento una patrulla de cazas italianos. "La ciudad está reaccionando de manera extraordinaria", ha subrayado el ministro Pisanu, antes de recordar que el monumental despliegue que se vive estos días "no tiene precedentes en la historia".

Uno de los primeros en pisar suelo italiano ha sido el presidente estadounidense, George W. Bush, que aterrizó a última hora de ayer en el aeropuerto romano de Fiumicino y se dirigió directamente a la capilla ardiente del Papa, en la Basílica de San Pedro tunto con su esposa, Laura, su padre, el ex presidente George Bush, el también ex presidente Bill Clinton y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Antes de su cierre, por el templo han pasado ya otras personalidades como los Reyes de España y el resto de la delegación española, integrada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy.