Matadlos a todos
Está de moda ridiculizar la ley, los derechos humanos, los escrúpulos, la cultura, Europa, como una debilidad
El 7 de diciembre es San Ambrosio. Ustedes dirán: ¿y a mí qué? Verán, uno de los más respetados filósofos alemanes, Peter Sloterdijk, decía el otro día en una entrevista que este obispo del siglo IV protagoniza un momento fundacional de Europa cuando en el año 390 (y eso que aún no era santo, que impone más) no deja entrar en una iglesia al emperador Teodosio I hasta que no se arrepienta de haber masacrado 7.000 personas en Salónica. Para Sloterdijk ahí nace la civilización europea porque una autoridad espiritual se opone al poder temporal, una fuerza moral se impone a la fuerza bruta, por muc...
El 7 de diciembre es San Ambrosio. Ustedes dirán: ¿y a mí qué? Verán, uno de los más respetados filósofos alemanes, Peter Sloterdijk, decía el otro día en una entrevista que este obispo del siglo IV protagoniza un momento fundacional de Europa cuando en el año 390 (y eso que aún no era santo, que impone más) no deja entrar en una iglesia al emperador Teodosio I hasta que no se arrepienta de haber masacrado 7.000 personas en Salónica. Para Sloterdijk ahí nace la civilización europea porque una autoridad espiritual se opone al poder temporal, una fuerza moral se impone a la fuerza bruta, por mucho que sea quien mande y tenga soldados y policías. Opina que, más allá de lo religioso, es el germen de una cultura intelectual que se distingue de la política, y redondea la idea con una frase de san Agustín, discípulo de Ambrosio: “Si se elimina la justicia, los reinos no son más que grandes bandas de ladrones (magno latrocinio)”. “Creo que es una de las más grandes conquistas de la cultura europea, haberse concebido a sí misma como algo distinto de una gran banda de ladrones. Hoy es muy importante, porque se tiene de nuevo la impresión de que la violencia desnuda vuelve al poder”, dice el filósofo. Los ropajes jurídicos son imprescindibles para civilizar esa violencia, que sin ellos se muestra brutalmente.
No teman, no voy a hablar de la justicia española, sino del pobre derecho internacional, que mantiene en pie esta frágil barraca de nuestro desastrado mundo. Estamos normalizando la ley del más fuerte y se habla a diario de empezar guerras como si fuera subir el precio de la gasolina. Antes por lo menos había que guardar las apariencias, vestir esa violencia. Si querías invadir Irak tenías que inventarte unas armas de destrucción masiva, ir al consejo de seguridad con un cuento chino, buscarte unos aliados (como la España de Aznar). Pero ya no es necesario. De Israel ya sabíamos, lleva años así. Lo último, según una investigación de la CNN, es que en Gaza se asesinaba a tiros a personas que iban a coger un saco de harina y luego pasaba una excavadora para hacerlas desaparecer en fosas comunes. De Rusia también teníamos idea, y lo último es que se avala un plan que viene a decir que puedes invadir un país porque al final dejan que te lo quedes. Pero es en Estados Unidos donde hay grandes progresos. Ya saben que la Casa Blanca aprueba ejecuciones sin juicio previo en el Caribe y el Pacífico: bombardea lanchas, asesinando a sus ocupantes, porque dice que son narcotraficantes. Lleva 87 muertos. Pero al mismo tiempo Donald Trump indulta a un líder político de Honduras al que Estados Unidos ha condenado a 45 años de cárcel por narcotráfico (“ha sido tratado con mucha dureza e injusticia”, ha dicho). Y hay más: The Washington Post ha revelado que en el ataque a una de esas lanchas sobrevivieron dos personas, flotando en el mar, y fueron rematadas en un segundo momento. Según el diario, la orden del jefe del Pentágono, Pete Hegseth, fue esta: “Matadlos a todos” (él lo niega). Esto es lo último de un país que amenaza con una intervención militar en México, Colombia, Venezuela, Canadá, Groenlandia y quizá me deje algún país. Lo autoritario está de moda. Está de moda ridiculizar la ley, los derechos humanos, los escrúpulos, la cultura, Europa, como una debilidad. Y lo peor es quien lo hace en la propia Europa, precisamente quienes están más obsesionados con su identidad y la tradición. Pedazo de mentecatos, esa es vuestra tradición. Quien les vote, vota por unirse a la banda de ladrones. Por mi parte, este domingo celebro San Ambrosio.