Votar al PP y rezar un poco
Ojalá lleguemos a votar con la dignidad en la mano en vez del prejuicio, la propaganda o la cartera
La democracia se basa en la idea de que cada ciudadano está capacitado para defender sus intereses. Así, el próximo 23 de julio habrá millones de personas que votarán al PP o a Vox convencidos de que esa opción es la que más les conviene. Ahora bien, los intereses son cambiantes, como la vida. Por eso, después de entregar la papeleta a la derecha, puede ser buena idea encomendarse a los dioses. ¿Rezar para qué?
En primer lugar, reza para no vivir una jornada electoral con los termómetros ...
La democracia se basa en la idea de que cada ciudadano está capacitado para defender sus intereses. Así, el próximo 23 de julio habrá millones de personas que votarán al PP o a Vox convencidos de que esa opción es la que más les conviene. Ahora bien, los intereses son cambiantes, como la vida. Por eso, después de entregar la papeleta a la derecha, puede ser buena idea encomendarse a los dioses. ¿Rezar para qué?
En primer lugar, reza para no vivir una jornada electoral con los termómetros por encima de los 40 grados en nuestra desértica España. Y para no padecer ansiedad climática en los próximos años. Puestos a votar por un regreso al pasado en política medioambiental, no quedará otra que clamar al cielo para que llueva.
Añade una plegaria para que no te toque tener algo que decir capaz de incomodar al poder. Recuerda que la censura es una promesa que Vox está convirtiendo en realidad allí donde el PP lo ayuda a gobernar. Implora pues para que tus ideas no necesiten libertad para expresarse.
A continuación suplica para no atravesar una situación de pobreza en ningún momento de tu vida. Ni tú ni tus herederos. Vas a votar a quienes no ven pobres por las calles de Madrid ni aun cuando se esfuerzan en encontrarlos. Así pues, si votas pensando que a ti no te tocará jamás, reza para estar en lo cierto.
Asegúrate de no ser una persona trans y suplica para que no te toque ser el padre o la madre de ninguna, antes de votar contra los derechos de este colectivo. Y no me refiero a la polémica ley trans, sino al esfuerzo político que es preciso para que ninguna persona sea socialmente condenada por ser quien es. Porque el tuétano de la ley trans no son las hormonas ni los plazos, sino el derecho a la felicidad de todas las personas.
En caso de ser mujer, encomiéndate al cielo para no ser víctima de violencia machista. Que eso les pase siempre a otras y nunca a ti ni a ninguna de las tuyas. Porque los ultraconservadores votantes de Vox, varones por descarada mayoría, defienden políticas machistas sin complejos. Y el PP no tiene la determinación política necesaria para ponerles límites.
Reza también para que nadie te viole. Porque, si por un momento te vieras en semejante infierno, sabrías que, la mayoría de las veces, las víctimas no llegan a denunciar. Que nuestra sociedad les hace sentir que las violaron por provocar, que a menudo se reprochan no haberse resistido lo suficiente, que temen ser juzgadas más duramente que sus agresores… Y no me refiero al juicio penal sino al juicio social que padecen las víctimas de abusos sexuales y que la ley del solo sí es sí intentó encarar. Y sí, fue una ley con un error, pero nombrar el consentimiento fue el comienzo de un diálogo social imprescindible.
Y, por último, ruega al cielo para que nunca tengas que reivindicar el derecho a una muerte digna. Y que nadie a quien ames se vea en el complicado trance de necesitar ayuda para morir. Porque tu voto les reserva una sentencia de vida tan cruel como la que dicta Isabel Díaz Ayuso: “Yo siempre he dicho que la muerte no es digna, es muerte; lo que es digno es la vida”.
Y yo digo que ojalá lleguemos a votar con la dignidad en la mano en vez del prejuicio, la propaganda o la cartera. Ya saben, ese valor tan humano y solidario que nada, ni siquiera la muerte, debería quitarnos.
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