El grupo que se atrevió a convertir la zarzuela en pop
La música española tradicional cobra una nueva vida de la mano de Elías e Ignacio, un dúo madrileño que bebe de toda la música en nuestro idioma que les emociona
Elías e Ignacio presumen de compartir discográfica con Elvira Lindo y Sergei Dovlátov. Música española, su primer LP, no ha sido publicado por una compañía al uso, sino por la editorial Fulgencio Pimentel. Aunque la decisión pueda resultar extraña, todo cobra sentido cuando se conoce la inusual propuesta de este dúo, surgido por casualidad “en una tarde tonta y caliente”, en el número 69 de la madrileña calle Grandeza Española. ...
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Elías e Ignacio presumen de compartir discográfica con Elvira Lindo y Sergei Dovlátov. Música española, su primer LP, no ha sido publicado por una compañía al uso, sino por la editorial Fulgencio Pimentel. Aunque la decisión pueda resultar extraña, todo cobra sentido cuando se conoce la inusual propuesta de este dúo, surgido por casualidad “en una tarde tonta y caliente”, en el número 69 de la madrileña calle Grandeza Española. “Recuerdo estar tirados en mi salón buscando coplas y zarzuelas en Spotify, hablando de la música popular española y de que había que hacer algo con todo eso. Dos semanas después ya teníamos un par de canciones y estábamos como niños con juguete nuevo, enseñándoselas a nuestros amigos. Entre ellos, gente de Fulgencio Pimentel, que nos ha visto nacer, crecer y que decidió publicar el disco en vinilo como un acto de amor”, recuerda Elías.
Sus composiciones beben de toda la música en nuestro idioma que les emociona. Desde Los Manolos hasta Vainica Doble, pasando por la música tradicional española y latinoamericana. Esta situación hace que Música española esté lleno de referencias a la cultura hispana. Aparecen iconos como Sonia y Selena, mascotas como Currupipi o Platero y objetos épicos como la sangría, las navajas o el azafrán. Temas que hacen de Elías e Ignacio lo más parecido a unos Hermanos Cubero posmodernos o heterodoxos. “Si se nos quiere etiquetar como los Hermanos Cubero heterodoxos, adelante. Sería muchísimo mejor que otras cosas que hemos tenido que oír”, comenta Ignacio, que reconoce su relación de amor-odio con todos esos referentes arriba mencionados. “A mí, España me flipa y me da náuseas a partes iguales, lo que, por otra parte, es una actitud puramente española. En ese sentido, es muy reconfortante ponerse a escribir sobre ello y soltarlo todo, porque me sale muy natural”. A lo que añade Elías, encargado de la música: “Aunque resulte increíble, hasta ahora nos hemos ceñido a nuestro propio concepto. En mi caso, me veo reflejado en lo que hacen The Decemberists, The Divine Comedy o incluso Air, en el sentido de coger la música que han escuchado en sus respectivos países y juguetear con ella”.
En los temas de Elías e Ignacio hay bromas, como las puede haber en Parklife de Blur, pero en ningún momento su objetivo es mofarse de los géneros que tocan. “Nuestra intención es robar toda esa música que culturalmente nos pertenece para vestir de una forma divertida canciones en las que realmente creemos”. Unas composiciones que podrían ser calificadas de pop aunque, puntualizan, “quizás decir pop es decir nada, porque pop es el heavy metal de los ochenta, Camela y Raphael. Al final hacemos música de estructuras sencillas, melodías pegadizas y ganas de gustar a esa gente que dice que escucha de todo”. Para llegar a ese público no dudarían en que temas como Las chinas guapas, Sangría o Triste y español sonasen “en Radiolé, en los coches de choque, en La ruleta de la suerte, en los acústicos de Radio 3, en el Starlite, en OT o en la fiesta de los 15 años de las infantas”.
En todo caso, habrá que esperar a que remita la pandemia para que concreten esas citas y comience su gira de presentación. Cuando eso suceda, el dúo desplegará su particular puesta en escena en la que Ignacio canta mientras Elías dispara las bases y hace air guitar. “A algunos les parecerá una chufla, pero nadie dice nada de los dj pinchando frente a miles de personas que se vuelven locas”, comenta Elías, e Ignacio remata: “Como no tenemos otra cosa que nuestros cuerpos serranos, más nos vale tener desparpajo; si no, estamos listos. Lo bueno es que nos dimos cuenta muy rápido de ese hecho y el público lo ha entendido perfectamente porque, cuando entras en el terreno de lo performático, ya no hay vuelta atrás”.
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