Donald Trump juega al golf y tuitea en Virginia el pasado Día de Acción de Gracias.Tasos Katopodis (getty)

¿Es Onlyfans, la célebre plataforma de contenido sexual explícito, la última oportunidad de Donald Trump para seguir en las redes sociales?

Las redes sociales fantasean con que el futuro de Donald Trump, tras ser suspendida su cuenta en Twitter y bloqueado en Facebook e Instagram, se encuentra en Onlyfans, la plataforma de moda para el consumo de pornografía y erotismo. La única que podría no encontrar sus mensajes ofensivos

Desde que @realDonaldTrump pasara a figurar en la lista negra de cuentas suspendidas de Twitter, el presidente saliente de Estados Unidos perdió el que se había convertido en su canal de comunicación predilecto. Para muestra, el crecimiento experimentado por un perfil que pasó de los 2,5 millones de seguidores cuando presentó su candidatura en 2015 a 88 millones justo antes de ser cancelado. Privado del altavoz con el que, según afirmó la propia red social, “estaba incitando a la violencia” después de que una turba de sus pa...

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Desde que @realDonaldTrump pasara a figurar en la lista negra de cuentas suspendidas de Twitter, el presidente saliente de Estados Unidos perdió el que se había convertido en su canal de comunicación predilecto. Para muestra, el crecimiento experimentado por un perfil que pasó de los 2,5 millones de seguidores cuando presentó su candidatura en 2015 a 88 millones justo antes de ser cancelado. Privado del altavoz con el que, según afirmó la propia red social, “estaba incitando a la violencia” después de que una turba de sus partidarios irrumpiera por la fuerza en el Capitolio, y desprovisto también de sus cuentas oficiales en otras plataformas como Facebook o Instagram, las redes han comenzado a bromear acerca de cómo OnlyFans podría ser la última vía del magnate para comunicarse con su colérica fanaticada.

De hecho, su propio nombre y su objetivo original (alejado del que ha hecho célebre a la plataforma) hablan por sí solos. “Only fans”, o sea, “solo para fans”, nació para que influencers y celebridades de las redes sociales ofreciesen un contenido premium por el que cobraban aparte. En el caso de cocineros o ídolos foodies, una receta. En el caso de entrenadores, una tabla o consejo. Pero como suele ocurrir, el sexo llegó antes. Y llegó mejor.

Hoy OnlyFans es una de las plataformas de mayor éxito reciente para consumir contenido erótico y pornografía en Internet. Bajo su apariencia de casta red social, la compañía permite a sus creadores –célebres, en muchos casos– alojar todo tipo de contenido sexual explícito. Desde imágenes hasta vídeos, pasando incluso por chats privados, accesibles a sus seguidores a cambio de una suscripción mensual. Un “Uber del porno”, como lo bautizaba este artículo, que fue colonizado primero por las estrellas del cine adulto hasta que durante los meses del confinamiento vivió una explosión mediática que hizo que cantantes, modelos, tronistas, socialités de todo cuño e incluso personas anónimas terminaran uniéndose para sacarse unos ingresos extras. Así, la compañía cuenta a día de hoy con más de 85 millones de seguidores y un millón de creadores de contenido que, según Bloomberg, generarán casi dos mil millones de euros este año (la plataforma retiene el 20% de cada suscripción mensual, que puede oscilar entre los 4 y los 40 euros). Ahora, el patio de Twitter fantasea socarrón con sumar a la alineación al que sería, sin duda, el más ilustre creador de contenido: Donald J. Trump.

Esa es la solución que muchos proponen para que el magnate pueda mantener línea directa digital con sus adeptos en un momento en el que también el emergente canal de streaming Twitch o el mediático TikTok, pasando incluso por otras plataformas más inocuas como Pinterest o Shopify, han vetado o restringido contenido relacionado con el presidente. “No puede ni usar Internet, me pregunto si todavía puede coger un Uber”, escribía sarcástico el rapero estadounidense Freddie Gibbs. “Más os vale que lo sometáis a un impeachment antes de que se abra un OnlyFans”, apresuraba con idéntica ironía la popular actriz porno Mia Khalifa. “Censurar la cuenta de Twitter de Trump no acabará con la mentira ni con la polarización. Buscará nuevas formas para transmitir su mensaje. Se abrirá un OnlyFans. Convencerá a la gente de que no solo él es el camino al orden y a la libertad, sino que también es sexy”, añadía la escritora, filósofa y sexóloga española Loola Pérez en un hilo de Twitter.

Votante de Trump sujeta un cartel con la lista de los sitios en los que ya no dejan entrar al presidente número 45 de los EE UURingo Chiu (getty)

Los memes tampoco se han hecho esperar. Desde un mail ficticio del presidente anunciando su incorporación a la explícita red social bajo el asunto “Nunca he hecho esto antes, pero creo que es necesario” hasta los que llevan la broma hasta el final photoshopeando el supuesto desnudo que el magnate se pondría como foto de perfil. “A Trump solo le queda OnlyFans como red social” puede leerse en multitud de tuits que continúan expandiendo el rumor en la red. Durante el pasado fin de semana llegaron incluso a publicarse imágenes en Internet de una supuesta cuenta verificada del mandatario, que fue tachada de falsa por los responsables de la plataforma. Preguntado por Insider, un portavoz de Onlyfans ha evitado pronunciarse todavía sobre si Trump se toparía con alguna restricción o no a la hora de abrir un hipotético perfil.

Aunque no parece probable que el acrónimo @POTUS se instale en OnlyFans, el presidente se refugió temporalmente en Parler, otra red social similar a Twitter a la que muchos de sus simpatizantes se mudaron después de que tanto esta como Facebook modificaran las normas de comportamiento a principios de 2020 para acabar con las noticias falsas, la desinformación y el discurso de odio. Allí se trasladaron también los tuiteros suspendidos por Twitter llegando a convertirla en “la red de la ultraderecha”. Sin embargo, ni siquiera en el nuevo destino tendrán fácil continuar la conversación: ya no es posible descargar la aplicación ni en la tienda de Apple ni en Google Play después de que ambas tecnológicas, secundadas por Amazon, hayan decidido darle la espalda a la plataforma tachándola de no haber atajado la violencia y haber evitado moderar mensajes como los que llevaron a una turba de fanáticos de Trump a asaltar el Capitolio el pasado 6 de enero.

Telegram (competencia de WhatsApp, propiedad de Facebook) y Gab, enésima alternativa de las hordas reaccionarias tras el bloqueo de Parler, son los reductos digitales en los que, de momento, aún se concentran los partidarios del 45 presidente de Estados Unidos. A la comunidad tuitera no le falta razón en su delirio viral: OnlyFans es de las pocas vías de comunicación que le quedan a Trump.

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