Canas, gafas y un esmoquin rosa: Seth Rogen, de “superfumado” de Hollywood a inesperado icono de estilo en los Globos de Oro
El actor cómico ha confirmado su aplaudido olfato para la moda valiéndose de algo fundamental: confianza en sí mismo y sentido del humor
El esmoquin rosa de Seth Rogen, como de baile de fin de curso americano de los años ochenta, y firmado por Dior, ha sido uno de los grandes protagonistas de la gala de la 80º edición de los Globos de Oro. Rogen, consumidor confeso de entre siete y ocho porros diarios, se presentó en la alfombra roja de la mano de su esposa, Laurie Miller, y demostró, una vez más, que el adolescente nerd que en 2007 deslumbró con Supersalidos se ha convertido en un adulto sin complejos. Y en un insospechado icono de la moda ...
El esmoquin rosa de Seth Rogen, como de baile de fin de curso americano de los años ochenta, y firmado por Dior, ha sido uno de los grandes protagonistas de la gala de la 80º edición de los Globos de Oro. Rogen, consumidor confeso de entre siete y ocho porros diarios, se presentó en la alfombra roja de la mano de su esposa, Laurie Miller, y demostró, una vez más, que el adolescente nerd que en 2007 deslumbró con Supersalidos se ha convertido en un adulto sin complejos. Y en un insospechado icono de la moda masculina. Sus looks crean tendencia: el penúltimo, con rebeca y zuecos Birkenstok, ha sido descrito por la web de moda Highsnobiety como “el librero cool al que todos querríamos emular”.
Rogen entró muy joven en la industria, apadrinado por el rey de la comedia estadounidense, Judd Apatow. Le fichó en la serie Freaks and Geek, que con el tiempo se ha convertido en obra de culto. En 2012, el propio Rogen explicó los motivos por los que le escogieron para este papel, en una entrevista realizada por Vanity Fair: “En ese momento estaba confundido, ya sabes, porque todavía no había conseguido que ninguna chica se acostara conmigo. Estaba increíblemente enfadado y reprimido, y creo que me vieron como alguien extraño y sarcástico, y comenzaron a escribir sobre ello. Pero luego me conocieron y me vieron como un buen tipo, y eso se reveló a medida que avanzaba el show”. Rogen saltó a la fama gracias a su papel protagonista en un Lío embarazoso (2007), que demostró que podía liderar la apuesta cómica de un gran estudio. Una oportunidad que se cobró llevando al cine sus primeros guiones que había escrito junto a su amigo de la infancia Evan Goldberg cuando ambos estaban en el instituto: Supersalidos (2007) y Superfumados (2008).
Muchas de estas películas encajan dentro de la categoría de stoner movie, un subgénero cinematográfico cuyas tramas giran en torno al consumo recreativo del cannabis. Rogen es un gran defensor y consumidor de la marihuana. Recientemente, el director Steven Spielberg declaró su admiración por estas películas de Rogen, al que escogió para interpretar el papel de tío Benny en su última película (y gran ganadora de los Globos de Oro), Los Fabelman: “Como nunca me he colocado, no las veo como películas de fumetas. Los veo como películas sobre un oficial de policía que da consejos sólidos y sensatos a una persona joven e impresionable”, explicó Spielberg.
De hecho, en 2019, Rogen junto a su inseparable Goldberg, creo The Houseplant, una empresa que se dedica a vender tanto cannabis como complementos del hogar para fumadores. Es una marca de lujo que vende, en las propias palabras de Rogen, “la marihuana que a él le gustaría fumar”. También los objetos (desde lámparas, ceniceros de cerámica artesanal especialmente adaptados para dejar reposando el porro, bandejas de liar, o vinilos de música para escuchar bajo los efectos de la marihuana) son la expresión creativa de la afición de Rogen a la marihuana. En los últimos años, el actor ha adquirido una gran popularidad en las redes sociales al colgar vídeos en los que aparece manufacturando y consumiendo porros utilizando sus propios productos. Pero nada que ver con el gran Lebowski: la estampa que ofrece Rogen está envuelta en impecable diseño contemporáneo.
Hasta este momento, era habitual ver desfilar por galas y estrenos de películas vestido con camisas de cuadros por fuera o el típico traje prestado. Había pocas diferencias entre la persona y el personaje de chico de al lado que interpretaba en sus películas. Según cuenta, fue después del rodaje de Casi imposible (2019), con Charlize Theron, cuando decidió renovar su vestuario. “Me di cuenta de que iba a estar junto a Charlize en muchas fotos. Me vino a la cabeza esa imagen de Beyoncé al lado de Ed Sheeran vestido con una camiseta y no quería eso”. Acudió a aquel estreno con un traje rosa de Paul Smith, con características similares al que ha llevado en los últimos Globos de Oro.
Desde entonces, numerosas publicaciones de moda masculina han puesto el foco en el nuevo estilo del actor, que abandonó definitivamente la imagen de “cómico amigo de todos tus amigos”, para convertirse en un actor de Hollywood genuinamente cool. Hace solo cinco meses, una foto de Rogen rapado, teñido de rubio platino y ataviado con una camisa de flores, pantalón tostado, alpargatas y gafas transparentes fue calificada como “rabiosamente elegante” por Highsnobiety. En 2019, S Moda aplaudía su viraje estilístico por resultar interesante sin “parecer orquestado por un estilista de Hollywood”, aludiendo a las estrellas de cuerpo perfecto y trajes impecables, pero con poca personalidad, que poblaban las alfombras rojas.
En 2023 el panorama es más rico, como ha demostrado la pasarela de los Globos de Oro: siguen abundando los esmóquines impecables (mención aparte merece el de Eddie Murphy), pero el de Eddie Redmayne, de Valentino y con una gran flor de satén en la solapa, ya no cosecha titulares, y los alardes de libertad queer de figuras como Billy Porter están felizmente integrados en el panorama.
El caso de Seth Rogen supone una vuelta al origen: hablamos de un hombre de cuarenta años con canas, gafas de ver y de complexión grande, pero con un inesperado olfato para la moda y la suficiente confianza en sí mismo para cultivarlo. Alguien que asume su edad y su cuerpo y expresa su personalidad sin que esto signifique temer llamar la atención. Suena a cliché pero lo más obvio siempre es lo más difícil.
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