El dilema Kit Connor: ¿debe conocerse la sexualidad de un actor para interpretar un papel gay?
El actor hizo pública su bisexualidad la semana pasada como respuesta a los seguidores de ‘Heartstopper’, el éxito LGTB de Netflix que protagoniza, que lo acusaban estar rentabilizando su imagen para el colectivo
“Soy bisexual. Enhorabuena por obligar a un chico de 18 años a salir del armario. Creo que algunos de vosotros no entendisteis de qué iba la serie”. Con este tuit, Kit Connor, el londinense que coprotagoniza la serie británica de Netflix Heartstopper, puso fin el pasado 1 de noviembre a meses de señalamiento: durante ese tiempo había recibido no ...
“Soy bisexual. Enhorabuena por obligar a un chico de 18 años a salir del armario. Creo que algunos de vosotros no entendisteis de qué iba la serie”. Con este tuit, Kit Connor, el londinense que coprotagoniza la serie británica de Netflix Heartstopper, puso fin el pasado 1 de noviembre a meses de señalamiento: durante ese tiempo había recibido no pocos insultos por la aprovechada imagen de ambigüedad que, según algunos de sus seguidores, estaba transmitiendo al no hacer pública su orientación y dar a entender que, en realidad, era heterosexual.
Connor, que pese a su edad tiene ya a sus espaldas una dilatada carrera en cine y televisión, se había convertido este año en uno de los rostros favoritos de la ficción LGTBIQ+ por su papel de Nick Nelson, un jugador de rugby con corazón de oro ante el que se rendía personaje principal de la serie, alguien cuyo proceso de descubrimiento y aceptación de su identidad sexual es, curiosamente, uno de los motores narrativos de la historia.
Al no haber hecho público o haber evitado pronunciarse explícitamente sobre su orientación, parte de los fans de Heartstopper consideraban que el actor estaba haciendo queerbaiting, que, traducido literalmente como “cebo queer”, es el concepto con el que se denomina la monetización de una imagen LGTBIQ+ por parte de quien no pertenece al colectivo ni tiene un compromiso real con sus reivindicaciones. En el artículo Kit Connor no nos debía nada, publicado en la edición británica de Vogue, el periodista Scott Bryan recordaba el final de la primera temporada de la serie: el personaje de Connor llegaba a sentirse definitivamente preparado para sentarse con su madre y salir del armario. “Esa escena no solo fue tierna y emotiva, sino también empoderadora, porque Nick decidía que había llegado el momento de decírselo, sin verse forzado ni obligado por ninguna circunstancia externa. Es una pena que, públicamente, no se le haya dado a Kit la misma oportunidad”, escribía.
“Salir del armario y asumir tu orientación, bisexual en este caso, requiere un tiempo, requiere madurar, comunicarlo en primer lugar con quienes tienes más confianza”, dice a ICON Gabriel J. Martín, experto en psicología afirmativa gay. “Siendo alguien conocido en todo el mundo, entiendo que a este chico primero le hubiera gustado hablar tranquilamente con su familia, con sus seres más queridos y luego ya, si le hubiera apetecido, decírselo al resto, aunque sin estar obligado porque es su intimidad. No ha tenido más remedio que hacerlo público para no seguir recibiendo ataques. Lo cierto es que le han hecho bullying, el mismo bullying que muchas personas LGTBIQ+ nos quejamos de recibir”.
Connor había eliminado su cuenta de Twitter el pasado mes de septiembre, después de que se publicaran unas fotos suyas paseando de la mano junto a la también actriz Maia Reficco, su compañera de reparto en A Cuban’s Girl Guide to Tea and Tomorrow, película actualmente en fase de producción. Tras reactivar su perfil para anunciar su bisexualidad, tanto su compañero de reparto Joe Locke como Alice Oseman, guionista de la serie y creadora del tebeo original en el que se inspira, han apoyado al actor y afeado el comportamiento del sector de seguidores que le presionaba.
“Sinceramente, no entiendo cómo la gente puede ver Heartstopper y luego pasar felizmente su tiempo especulando sobre sexualidades y juzgando en base a estereotipos. Espero que todas esas personas se avergüencen”, tuiteó Oseman. Asimismo, a raíz de la polémica, otros usuarios reflexionaron sobre hasta qué punto era lícito acusar a personas particulares de hacer queerbaiting en lugar de a las empresas que, en último término, comercian con esa imagen.
Además de Kit Connor, otras celebridades señaladas frecuentemente por jugar con códigos LGTBI siendo heterosexuales son los cantantes Harry Styles, Charlie Puth o Shawn Mendes. Styles, por ejemplo, experimenta con su forma de vestir, luce la bandera LGTBIQ+ en el escenario y da vida a un policía homosexual en la recién estrenada My Policeman y tuvo que dar explicaciones en Rolling Stone: “De vez en cuando la gente me dice: ‘Solo has salido públicamente con mujeres’, pero no creo que haya salido con nadie públicamente. Si alguien te saca una foto estando con alguien, eso no significa que haya hecho pública mi relación”. Shawn Mendes ha puesto en boga el término wishdar: hordas de fans que se empeñan en dictar la orientación sexual de alguien más de acuerdo a sus propios deseos que a la realidad. Él se quejó así en The Guardian: “Había desesperación por que yo saliera del armario, lo que es ridículo. Me cabrea porque conozco a gente que es gay y no han salido del armario, y conozco el sufrimiento que les supone. Que la gente siga con esa mierda es ignorante e insensible”.
Ansiosos por verse representados
El hecho de que Connor fuera bisexual, entre acusaciones de ser secretamente hetero para obtener beneficios del público gay, tampoco ha pasado desapercibido entre quienes consideran que hay una invisibilización de las personas de esa orientación. “Salir con una chica no te quita nada de bisexual, es parte de la definición. Lo que ocurre es que muchas veces somos muy extremistas sin ningún sentido y todo es blanco o negro, como si solo pudieras ser heterosexual o gay”, opina el psicólogo Gabriel J. Martín. Para el profesional, lo sucedido es otro ejemplo de fandom tóxico, “como pasa con Star Wars, El Señor de los Anillos o cualquier otra serie que tenga éxito”.
No obstante, respecto a si pudiera estar repitiéndose a la inversa lo que sucedía en épocas anteriores, cuando actores no heterosexuales tenían que ocultar su orientación si no querían que su carrera terminase, Martín cree que la situación es más compleja: “[Los miembros del colectivo LGTBIQ] Estamos hambrientos de representación. Es comprensible que una persona que está asumiendo quién es, averiguando su identidad, qué le gusta y de quién se enamora necesite unos referentes. Así que te proyectas en otras personas. Pero esas proyecciones pueden ser excesivas”.
“Esa búsqueda de uno mismo, ese proceso que es personal, lo terminamos convirtiendo en una exigencia de comportamiento a alguien ajeno, que es independiente, libre y que puede y debe actuar como le dé la gana”, reflexiona Martín. “La búsqueda de referentes es algo natural, pero a veces se lleva con demasiado celo y, cuando alguien no actúa como esperabas, te decepciona personalmente, lo exteriorizas en redes sociales… Por otra parte, cuando alguien es una estrella de la comunidad LGTBIQ somos muy demandantes con su comportamiento público, cosa que no hacemos con personas heterosexuales. Es un exceso de pureza preocupante, como si necesitásemos que nos representara a nosotros y al colectivo de manera inmaculada”.
En el podcast Reign with Josh Smith, al que Kit Connor acudió el pasado mes de mayo, apenas un mes después del estreno de Heartstopper, el actor habló de los debates en torno a su sexualidad: “Somos todos aún muy jóvenes [en referencia a él y los compañeros de reparto]. En mi caso, me siento perfectamente seguro y cómodo con mi sexualidad, pero no me gustan demasiado las etiquetas y cosas así. No me apetece etiquetarme a mí mismo, y menos públicamente”.
“Como hombre trans bisexual, estoy frustrado por la frecuencia con la que actores cishetero ganan premios por papeles en los que interpretan a personas queer”, escribió, por su parte, el periodista Quinn Rhodes en una columna publicada en la edición británica de Metro. “Pero Connor, queriendo tomarse su tiempo y no poniendo una etiqueta a su sexualidad, está a kilómetros de distancia del ejemplo de un hombre cis interpretando a una mujer trans”. Con el rodaje en curso de los ocho capítulos que compondrán la segunda temporada de Heartstopper, se espera de los nuevos episodios, que aparte de lo que narran los tebeos, profundice en las consecuencias de la decisión del personaje de Kit Connor de salir del armario. Y habrá que ver si la guionista Alice Oseman aprovecha la oportunidad para mandar un mensaje a los seguidores de la serie.
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