Ir al contenido

Paula Echevarría: “Cuando empecé a hacer publicidad estaba muy mal visto y eras menos actriz por ello. Pero el tiempo me dio la razón”

Tras seis años alejada de la interpretación, estrena ‘Camino a Arcadia’, serie que protagoniza con William Levy. En este tiempo, además de mantener sus facetas como creadora de contenido e imagen de marcas, ha estado centrada en el cuidado de sus dos hijos

En el hotel Urso, en Madrid, el trasiego de periodistas lleva repitiéndose toda la mañana. En el bar probablemente haya más personas de lo habitual: son varios grupos de fans del actor William Levy, que llevan horas esperando a que la jornada de promoción de la serie Camino a Arcadia se termine y puedan, con un poco de suerte, hablar con él. No está solo en su nuevo proyecto: le acompaña la actriz, creadora de contenido y diseñadora Paula Echevarría (Candás, Asturias, 48 años), que regresa a la pantalla como intérprete seis años después de su último proyecto, Velvet Colección, que llegó a su fin en 2019. “¿Han pasado ya seis años? Me parece que fue ayer”, repregunta con cierta curiosidad antes de comenzar la entrevista con EL PAÍS.

Está ilusionada con el inicio de una etapa profesional que pausó por decisión propia. Este 10 de noviembre se estrena la serie de SkyShowtime en la que da vida al personaje de Irene, pareja del actor cubano: “Es como un rayo de luz. Es una chica luchadora, cariñosa y protectora de lo suyo”. Las grabaciones fueron el año pasado en las islas Canarias, una etapa que recuerda con “mucho cariño”: “A estas alturas de mi vida, si me das a elegir entre un proyecto que sea la leche y un proyecto donde sea muy feliz... Prima mucho lo personal, y este tiene las dos cosas”.

Pero, ¿por qué ha tardado seis años en volver? “No era cosa de los proyectos. Era por el momento, necesitaba ese parón en mi vida. Que no ha sido un parón laboral, ha sido un parón a nivel interpretación. Tenía toda esa parte laboral cubierta, estaba bien económicamente y me sentía realizada porque seguía trabajando. Por eso me pude permitir el lujo de esperar a que fuera el momento”, reconoce. Pero un día, entendió que era la oportunidad de regresar a las pantallas: “Me lo pedía el cuerpo. Todos esos trabajos [como creadora de contenido e imagen de marcas] me hacen muy feliz, me llenan y me divierto, pero necesitaba volver un poco al origen”.

Hace más de dos décadas que comenzó su exitosa carrera en series como El comisario, Gran Reserva y Velvet. “No quiero que me falte nunca la ficción”, asegura sobre su regreso. Pero sabe que esta decisión también implica cambios en su día a día. “Se te lleva mucho tiempo, tu vida deja de ser tuya y pertenece al rodaje, a un equipo, los planes cambian de un día para otro, son muchas horas con viajes incluidos. Pasas a pertenecer un poco a ese proyecto y eso se me enquistó un poco. Se me hacía bola pensar en desaparecer de mi casa, pero llegó un momento en el que sentí que podía volver”.

Desde 2019, se ha centrado en otras facetas profesionales. “La primera parte [del parón] fue obligada por la pandemia y el embarazo. No soy una embarazada que pueda trabajar, no puedo disimularlo desde el segundo mes. Después fue ya por decisión personal”, explica Echevarría, que dio la bienvenida a su segundo hijo en 2021. “Llevaba muchísimos años encadenando una cosa con otra. En ese momento sentía que mi cuerpo me pedía y mi cabeza me decía que tenía que estar, que tenía un niño recién nacido y una hija entrando en la adolescencia por la puerta grande, y necesitaba estar en mi casa”.

Coincidiendo con el estreno de Camino a Arcadia, Echevarría inicia las grabaciones de una nueva serie de Atresmedia: “La balanza está para todo: en una relación de pareja, en un trabajo... Siempre tiene que pesar más lo bueno que lo malo. Si no vas a ser feliz, mejor no lo hagas. Ahora me embarco en otro proyecto en el que la balanza está muy, muy a favor”. También sabe que aceptar este tipo de propuestas conlleva un sacrificio. “Este mes ha sido imposible de gestionar. Cuando no estoy rodando, intento hacer todos esos trabajos de una manera que mi ausencia no se note en casa: en horario escolar, los shootings por la mañana; intento llevarles o recogerles al cole y llegar a casa a una hora prudente para poder estar con mi hija, ayudarle con los estudios o gestionar su cabeza, y juego con mi hijo. Ahora voy a ausentarme otra vez, pero bueno, para eso están las figuras paternas”, afirma.

La actriz tiene dos hijos: Daniella, de 17 años y fruto de su matrimonio con el cantante David Bustamante, y Miki, de cuatro, nacido de su relación con el exjugador de fútbol Miguel Torres y actual concursante de MasterChef Celebrity. El pequeño, tal y como explica, no sabe todavía que sus padres son famosos: “Nos ve en la televisión como quien ve a Pocoyo. A mi hija le pasó lo mismo. Siempre nos vio en la tele, pero nunca lo vio como algo excepcional. Empezó a darse cuenta cuando sus amigos se lo empezaron a decir o le mandaban fotos”. A punto de cumplir la mayoría de edad, su primogénita posó por primera vez con ella en una alfombra roja el pasado mes de junio. A pesar de que es hija de dos rostros muy populares en España, ha sabido mantener un discreto perfil todo esto tiempo: “No hablo de ella porque es suficiente persona como para decidir lo que quiere o no contar de su vida. Solamente te diré que, como madre, estoy muy orgullosa y que la amo con locura”. Cada vez que aparece públicamente, es por decisión propia: “Si hay una foto con ella en Instagram, es porque ella ha decidido que sea así. Y cuando no la veis, es porque ella ha decidido que sea así”.

Reconoce que en estas más de dos décadas de profesión nada sigue como al principio. Ella fue una de las primeras actrices en España que empezó a protagonizar también campañas de publicidad, y no le importó que le señalasen por dar ese salto: “Cuando empecé a hacer publicidad, y otro tipo de cosas, en mi profesión estaba muy mal visto. Eras menos actriz por hacer publi. Hoy todo el mundo lo hace y el tiempo me dio la razón a mí. Siempre me importó bastante poco lo que los demás opinaran de mí”. Lo mantiene incluso ahora, cuando es más fácil hacer llegar todo tipo de comentarios (buenos y malos) a las figuras públicas a través de las redes sociales: “Dice más de quien lo dice que de mí. Siempre pienso eso”.

También fue pionera en Instagram, donde actualmente acumula 3,7 millones de seguidores. Su perfil en la red social se ha convertido desde hace años en un pequeño escaparate en el que muestra sus proyectos, sus campañas, sus pensamientos y unas pinceladas de su vida privada. Puede parecer que todo ha sido un camino de rosas para ella, pero afirma que la fama le ha pesado en momentos de su vida —aunque no entra a concretar cuáles—. Ahora es ella la que controla la narrativa de lo que se dice. “Somos nosotros mismos los que nos exponemos. En redes, tú manejas el cotarro. Hace años no era así: yo no decidí exponerme y me exponían los medios de comunicación que estaban en la puerta de mi casa, en la puerta del trabajo, en el parque... No era una decisión mía”, lamenta.

Ha habido momentos, asegura, en los que ha querido desaparecer y “ser invisible”. Ahora, sabe cuáles son las líneas rojas de las redes sociales y cuándo tiene que parar: “Hay cosas que me quiero guardar para mí. No porque no sean enseñables. Estoy superorgullosa de mis hijos, orgullosa de mi chico... Estaría todo el día grabándoles. De hecho, estoy todo el día grabándoles. Pero para mí. No hace falta exponer todo”. “La vida hay que enseñarla hasta cierto punto porque, si no, rompes cualquier tipo de misterio”. Así que descarta la idea de un reality familiar. Paula Echevarría tiene otros sueños por cumplir y metas que alcanzar, aunque siempre se deja sorprender: “Espero que la vida me vaya poniendo delante oportunidades y vea si es el momento para hacerlas o no”.

Sobre la firma

Más información

Archivado En