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Enrique de Inglaterra regresa al Reino Unido en su visita más larga desde la muerte de la reina Isabel II

El hijo pequeño del monarca viaja a Londres con una agenda cargada de compromisos profesionales y con la incógnita de si se verá con su padre después de reconocer públicamente sus deseos de reconciliarse con la familia

El príncipe Enrique está de regreso en el Reino Unido. Y lo hace en una fecha especial para la familia real británica: este 8 de septiembre se cumplen tres años del fallecimiento de la reina Isabel II. El hijo pequeño del monarca ha vuelto a su país natal para asistir a los WellChild Awards, una gala benéfica para niños enfermos y de la que es padrino desde hace 17 años. Además de su agenda de compromisos, los medios británicos apuntan que, aprovechando la visita —la más larga desde que falleciera su abuela—, se reunirá con su padre, el rey Carlos III. No le ve desde febrero de 2024, cuando el rey hizo pública la noticia de su diagnóstico de cáncer, del que siguen sin conocerse detalles.

Nada más aterrizar en Londres, tal y como confirma el tabloide Daily Mail, el príncipe Enrique se ha trasladado hasta el castillo de Windsor y la capilla de San Jorge para visitar la tumba de la reina Isabel II, coincidiendo con el aniversario de su muerte. Además, aseguran que el duque fue recogido en el aeropuerto de Heathrow por un coche oficial en servicio de la policía Metropolitana del Escuadrón de Protección de la Realeza y Especialistas. Un movimiento que sugiere que, en esta ocasión, sí que está recibiendo protección policial a medida.

Su llegada al hotel Royal Lancaster, donde se celebran los Well Child Awards, se ha mostrado sonriente y feliz de poder formar parte de esta cita que tiene como objetivo ayudar a niños enfermos. En otra de las imágenes, ya en el interior del recinto, se ha mostrado cercano con los pequeños e incluso ha iniciado un duelo de espadas hechas con globos. También se ha reunido con algunos de los invitados a la gala.

Esta apunta a que será una visita diferente a las demás. Desde hace meses, el príncipe Enrique ha pulsado el botón de reinicio en busca de una reconciliación con su padre que parecía imposible después de todos sus movimientos tras decidir abandonar la familia real británica en 2020. Y más después de la controvertida entrevista que dio a la BBC el pasado mes de mayo tras perder la batalla legal contra el Gobierno británico por su seguridad, la de Meghan Markle y la de sus dos hijos cuando visitan el país. “No me imagino un mundo en el que pueda traer a mi esposa e hijos de vuelta al Reino Unido en este momento”, declaró en una entrevista. Afirmó sentirse “devastado” y señaló a su padre por la situación que atravesaba: “No sé cuánto tiempo más le queda a mi padre. No me habla por este asunto de la seguridad. Algunos miembros de mi familia nunca me perdonarán por escribir un libro”.

Pero el pasado mes de julio representantes del monarca y del duque de Sussex se reunieron en Londres para tender puentes entre padre e hijo. Todo ello después de que el cuarto en la línea de sucesión al trono británico reconociese sus deseos de reconciliarse con su familia. “No tiene sentido seguir peleando”, afirmó en la citada entrevista con la televisión británica. Aunque los medios británicos apuntan a que la reunión entre ellos sí que se producirá durante los cuatro días que Enrique estará en el Reino Unido, para ello el príncipe tendría que viajar hasta la residencia en Balmoral, donde Carlos III pasa los veranos. O que su encuentro coincida con el día en el que viaja a Londres para recibir tu tratamiento contra el cáncer. No se espera que se vea con su hermano, el príncipe Guillermo de Gales, con quien mantiene una tensa relación y a quien no ve desde agosto de 2024, cuando ambos coincidieron en el funeral de su tío Robert Fellowes. Estuvieron en el mismo lugar, pero no se dirigieron ninguna palabra y mantuvieron las distancias para evitar una foto de los dos juntos.

Esta visita de cuatro días a Londres está cargada de citas, pero todas ellas desde un perfil discreto e intentando no generar polémicas que puedan romper la tan ansiada tregua. Este martes 9 de septiembre, el príncipe Enrique también estará en Nottingham para un evento centrado en ayudar a jóvenes afectados por la violencia y donde anunciará una donación a la ONG Children in Need para programas de jóvenes vulnerables; también visitará el Community Recording Studio, entidad de formación en música y cine a la que ya acudió en 2019. El miércoles y el jueves asistirá a recepciones privadas y reuniones con la mayoría de las organizaciones benéficas y patrocinadores con los que colabora desde la distancia: la Fundación Invictus, los premios Diana de Gales y Scotty’s Little Soldiers, la fundación focalizada en los niños militares en duelo.

Las intenciones del príncipe son claras, pero no todo es tan fácil como se espera. Si ya era complicado encontrar un hueco en la apretada agenda de padre e hijo, tras el fallecimiento de la duquesa de Kent el pasado jueves todo se ha complicado. Fue el rey Carlos III quien decretó el luto oficial en la familia real británica, pudiendo cambiar así los compromisos ya confirmados de los Windsor. Será el próximo 15 de septiembre cuando sus restos mortales se trasladen mediante un coche fúnebre a la catedral de Westminster; y el 16 de septiembre tendrá lugar el funeral. No está previsto que el príncipe Enrique acuda a ninguno de los dos actos.

En el horizonte hay una fecha clave: julio de 2027. Será entonces cuando los Juegos Invictus, fundados por el duque de Sussex en 2014, se celebren en Birmingham. Su deseo es contar con el apoyo familiar en esta señalada cita, pero mucho tiene que cambiar la situación para que se repitan las imágenes que protagonizaron el año de su inauguración en Londres, donde estuvo flanqueado por su padre y su hermano. Solo el tiempo dirá si lo que parecía imposible hace unos meses acaba convirtiéndose en una realidad en dos años. Al menos, entre padre e hijo.

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