Ariana Grande, Harry Styles, Austin Butler y el curioso caso de los famosos con acento cambiante
La cantante estadounidense ha sido la última en dar explicaciones por su cambio de voz, algo por lo que también pasaron recientemente el exmiembro de One Direction o el actor que dio vida a Elvis. “He trabajado con actrices y actores que, durante el proceso de práctica del acento de un personaje, han tenido dificultades para retornar a su acento habitual”, explica una experta
“Hay una parte del mundo que no está familiarizado con lo que se necesita para transformar tu voz, ya sea cantar, adoptar un dialecto para un papel o para hacer la voz de un personaje concreto”. Con estas palabras, la cantante Ariana Grande se mostró tajante hace unas semanas con quienes criticaban los cambios de su voz. Todo comenzó cuando el pasado verano, durante una entrevista en el podcast del actor Penn Badgley, Podcrushed, la artista mostró otro tono de voz que no pasó desapercibido en redes sociales, donde el asunto más nimio es susceptible de magnificarse. Esa modificación en su voz, según ha explicado ella misma, es consecuencia de su preparación para el papel de Glinda, la bruja buena del sur, personaje que interpreta en la esperada adaptación cinematográfica del musical Wicked, todavía sin fecha de estreno confirmada.
“Los actores usan sus voces y acentos como una forma de mantener las circunstancias imaginarias del personaje que interpretan en el contexto de la historia”, apunta Scott Cleverdon, quien, además de actor y guionista, es coach de interpretación y acentos. “El proceso comienza simplemente escuchando e imitando la voz deseada”, señala acerca de esa fase de preparación previa ante determinados papeles. “Algunas personas pueden captar estos acentos rápidamente o incluso hacerlo sin pensar. Ariana Grande, por ejemplo, es una increíble imitadora con su voz al cantar. ¿Por qué? Porque los cantantes comienzan imitando a otros cantantes”, comenta el experto.
Ella no ha sido la primera en dar explicaciones tras mostrar un súbito cambio en su forma de hablar. El año pasado, una de las comidillas en la temporada de premios cinematográficos fue el acento de Austin Butler. Después de tres años metido en la piel de Elvis Presley para el taquillero biopic dirigido por Baz Luhrmann, el intérprete terminó por adoptar el marcado acento del rey del rock and roll. Durante la intensa promoción de la película y en su carrera hacia el Oscar (estuvo nominado a mejor actor), los periodistas que le entrevistaron se quedaron perplejos al comprobar que Butler seguía hablando como si fuera Elvis. Su coach vocal para la película explicó en una entrevista al portal de noticias Vox que las clases vocales se dilataron a lo largo de nueve meses, durante tres o cuatro horas, cinco días a la semana. Esa dedicación exhaustiva terminó por hacer que el actor “olvidara” su voz real.
Isabel Pastor es coach de acento y Profesora de Voz y Lenguaje en la Real Escuela de Arte Dramático (RESAD), y cuenta que en sus años de experiencia sí ha trabajado con actrices y actores que, durante el proceso de práctica del acento de un personaje, han tenido dificultades para retornar a su acento habitual. Si bien matiza: “En ningún caso el acento del personaje se mantuvo mucho más allá del tiempo de rodaje”. Para deshacerse del acento de Presley, Butler contó en televisión que necesitó un experto en dialecto para poder seguir encarnando a otros personajes. Su caso fue muy sonado por lo llamativo del cambio y la popularidad de la película, pero no se trata de un fenómeno aislado. Tal y como relata Pastor, se ha encontrado casos en los que ha tenido que trabajar para recuperar la voz y el habla propias. “Hemos utilizado grabaciones anteriores del actor o actriz para que, a través de la observación e imitación, lograra recuperar su voz y habla habituales”, explica.
En el contexto de Hollywood es muy habitual que los actores británicos o australianos desarrollen buena parte de su carrera sin emplear su voz original. Así lo relataba hace unos días Andrew Garfield, que, si bien nació en Los Ángeles, pasó su infancia y juventud en Inglaterra. “Creo que ha sido la primera vez que uso mi voz real [en una película]”, dijo en un pase de prensa de su nuevo filme, Vivir el momento. Lo mismo le sucedió a su compañera de reparto, Florence Pugh, tan acostumbrada a poner acento estadounidense en sus trabajos que cuando emplea su acento original de Oxford el público cree que es ficticio: “Es la segunda película en la que muestro mi propia voz”, desveló en la misma promoción. “Mucha gente cree que soy estadounidense. Cuando hago otras cosas en público, como presentar un premio o salir a un escenario, dicen: ‘Es el acento británico más falso que he oído nunca”, bromeó.
Al hablar de acentos no hay que olvidar las connotaciones sociales que encierran (influyen sobremanera en cómo se percibe a un individuo), motivo por el que muchos actores afincados en Estados Unidos pertenecientes a minorías, como la colombina Sofía Vergara —quien ya dejó claro en su visita a El Hormiguero lo poco que le gusta que se reían de su acento— o el cómico pakistaní Kumail Ali Nanjiani, han denunciado públicamente cómo han recibido comentarios para modificar su acento a la hora de conseguir un papel. Una práctica tan vieja como el propio Hollywood, pues ya a Ava Gardner le instaron a eliminar su acento sureño de Carolina del Norte.
Quien tampoco se ha librado de que su acento se convierta en noticia es Harry Styles. En 2022, justo cuando el cantante lanzó el álbum Harry’s House y se convirtió en el artista más seguido del momento, los fans detectaron un deje distinto en su voz, más próxima al acento americano que al de su Cheshire natal. Y no era la primera vez. En los Brit Awards de 2021, X (por aquel entonces, Twitter) se revolucionó al escuchar el discurso de agradecimiento del exmiembro de One Direction, premiado por la canción Watermelon Sugar. “No sabía que Harry Styles era americano”, “¿Qué ha pasado con el acento de Harry Styles?”, se preguntaban en la red social.
Ese acento cambiante de Styles, cuya vida transcurre entre Estados Unidos e Inglaterra, es probable que sea fruto de lo que la directora del Instituto de la Voz, la logofoniatra Judith Wuhl, define como “convergencia fonológica”. Este término tiene que ver con copiar o imitar un acento, de manera voluntaria o involuntaria. “Partiré de la más básica: la involuntaria. Existe, a nivel de circuitos neurológicos, una directa conexión entre el nervio que inerva el oído y el de la laringe. Lo que escuchamos lo intentamos reproducir, de una manera automática. Así es como un niño adquiere la lengua materna, el lenguaje de su comunidad”, señala Wuhl. Cuando uno se mimetiza con otro acento, “se comienza a imitar el ritmo, la entonación y los sonidos de esa forma de hablar, a menudo sin darnos cuenta. La facilidad con la que un acento se contagia varía de una persona a otra. Hay gente que tiene una gran capacidad para adoptar acentos diferentes al suyo por estar viviendo en una ciudad en concreto o incluso por influencia de su pareja, mientras que otras personas no son tan sensibles a estos aspectos”, explica Alba Llanos, logopeda especializada en voz, reducción de acento y pronunciación en soylogopeda.
Dejando a un lado los acentos, otro cambio vocal que obsesionó al mundo hace unos años fue el de Elizabeth Holmes. La fundadora de Theranos, actualmente en prisión acusada de fraude, tenía una característica voz grave y profunda que resultó ser falsa. La que fuera la gran promesa de Silicon Valley presentaba un tono de voz diferente cuando hablaba en público o cuando estaba en ambientes más relajados (algunas personas cercanas llegaron a comentar que Holmes se “olvidaba” a veces de usar su voz grave). ¿Qué tipo de persona falsea su voz? se preguntaba The Cut en un artículo al respecto en 2019. En el texto describían la voz de Holmes como “barítono profundo”, un tono grave distinto a su voz original, algo más aguda. En 2023, la empresaria, que ahora se hace llamar Liz Holmes, ya no utilizaba esa voz grave al hablar, según aseguró una reportera que la entrevistó para The New York Times. Igual que recurrió al jersey negro de cuello alto como uniforme no oficial de sus actos públicos, es posible que Holmes fingiera esa voz grave para proyectar una imagen determinada y reforzar su autoridad en Silicon Valley, tal y como especuló la prensa estadounidense, donde se publicaron decenas de artículos sobre el tema.
“Existen estudios que demuestran que las características vocales influyen en las impresiones iniciales que formamos sobre los demás”, recalca Llanos. Y puntualiza: “Las personas que hablan con tonos graves y de manera pausada suelen ser percibidas como más autoritarias y seguras. Por el contrario, personas con voces agudas y que hablan a mayor velocidad tienden a transmitir más energía, pero también pueden mostrar signos de nerviosismo, lo que a veces reduce su autoridad”. En este sentido, a su consulta acuden “personas que desean entrenar su voz para ajustarse a las convenciones sociales relacionadas con su género, su puesto laboral o las sensaciones que desean transmitir”. Sin duda, el tono de voz y el acento de cada uno puede dar mucho que hablar.