Alex Ubago, cantante: “La gente piensa que soy un tío muy introvertido, tristón, sosito... y soy todo lo contrario”

El artista vasco presenta ‘Galerna’, un disco que mezcla baladas como las que han caracterizado su carrera con sonidos más rompedores y arriesgados. “Por desgracia para mis ‘haters’, nunca me he planteado un parón”, garantiza

El cantante Alex Ubago en una céntrica calle de Madrid, el 17 de octubre de 2024.Claudio Álvarez

El pasado 1 de octubre, recién acabada la gira en la que conmemoraba sus 20 años de carrera, Alex Ubago (Vitoria-Gasteiz, 43 años) se dirigió a sus seguidores con “una sensación agridulce”, según contaba el cantante en un vídeo publicado en los stories de su perfil de Instagram. “Tengo una cierta nostalgia o bueno, no sé, melancolía, pero sobre todo mucho agradecimiento por lo que me habéis dado en esta gira”, se sinceraba con sus 805.000 seguidores horas después de su concierto en el Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío de Madrid. Nostalgia, melancolía. Son dos términos que se han asociado tantas veces al trabajo de Ubago que ya las ha hecho suyas. “A ver, yo creo que a nadie le gustan las etiquetas, pero es verdad que no se puede negar que hay un componente de melancolía en mi voz y en mi manera de interpretar, que es quizá un poco parte de mi sello”, reconoce a EL PAÍS apenas seis horas antes del lanzamiento de su nuevo disco. “No trato de renegar de eso”, confirma.

Desde este viernes 18 de octubre ya está disponible Galerna, el nuevo álbum del cantante vasco. Los cinco temas de la cara A, dice, representan ese temporal súbito y violento que da nombre al disco y es tan característico de San Sebastián, la ciudad que considera su hogar desde los cuatro años: “Son canciones y ritmos que cambian bastante respecto a lo que he hecho en trabajos anteriores”. La cara B, en cambio, la define como la calma que viene después de la tormenta. “Es una parte del disco más tradicional, más orgánica y con un sonido más cercano a lo que he hecho en el pasado. Tiene esas dos partes, una un poco más arriesgada y otra más conservadora”, explica.

Antes de subir a la sala en la que tiene lugar la entrevista, Ubago se deja fotografiar en una céntrica, pero apartada calle de Madrid.

―¡Estás igual! ―le dice un hombre que pasa por ahí en plena sesión de fotos―. Lo digo porque eres de mi quinta.

―Eso es porque no me ha visto por dentro ―bromea él después de devolverle una sonrisa.

Alex Ubago, fotografiado junto a la Gran Vía de Madrid el 17 de octubre de 2024, un día antes del lanzamiento de 'Galerna'.Claudio Álvarez

Cuando grabó su primer álbum de estudio, en 2001, tenía 20 años. “Era un chaval que solo tenía que preocuparse de cuidarse a sí mismo”, recuerda. Considera que ha perdido inocencia y ganado experiencia desde entonces, pero que todavía conserva mucho del Alex que empezaba en la industria musical, la misma ilusión “o incluso más” por hacer canciones, conciertos y conectar con la gente a través de la música. “Hoy soy un señor con dos hijos [Pablo, de 12 años, y Manuela, de 8, que sonríen en el fondo de pantalla de su móvil], con una mujer [María Alcorta, su novia de toda la vida, con la que se casó en 2011] y con un concepto de lo que es el éxito y de lo que son mis prioridades en la vida en el que tiene más peso la compañía de mi familia, de mis amigos y de mis padres, que son lo que sostiene, a día de hoy, mi felicidad”, relata como uno de los principales cambios en su vida en estas últimas dos décadas.

Alex y María se casaron en una ceremonia muy íntima en el Ayuntamiento de San Sebastián a la que solo asistieron los familiares y amigos más cercanos. Entre ellos, el fallecido Pau Donés o los componentes de La Oreja de Van Gogh (con Leire Martínez). “Dicen que los amigos de verdad los cuentas con los dedos de la mano y en la industria musical también hay pocos amigos de esos que puedes considerar amigos de verdad. Los chicos de La Oreja o Amaia [Montero, exvocalista del grupo], son unos de ellos”, asegura. Los caminos de Ubago y La Oreja, como los llama él, siempre han ido de la mano. Fue Íñigo Argomaiz, el representante de la banda en sus comienzos, el que primero apostó por el talento del vitoriano de nacimiento pero donostiarra de corazón. En 2012 sacaron juntos la canción Estar contigo, por no hablar de ese Sin miedo a nada, cantado por Amaia Montero y Alex Ubago en 2001 y cuyo éxito se mantiene inmune generación tras generación. “Siempre he considerado a Amaia mi madrina en esto de la música, porque ella decidió participar en mi primer disco con aquel dueto tan icónico, que quedó un poco para la historia, cuando yo era un artista totalmente desconocido”, confiesa. El pasado mes de julio, después de la reaparición de la cantante en el concierto de Karol G en Madrid, Ubago publicó una foto de las dos artistas abrazándose en su perfil de Instagram. “Cómo me alegró verte brillar de esa manera y recordarles a todos lo grande que eres y lo eternas que son tus canciones, amiga”, celebraba en el mensaje que la acompañaba.

Alex Ubago y Amaia Montero en un concierto en el estadio Vicente Calderón de Madrid el 17 de junio de 2006.Gianni Ferrari (Cover/Getty Images)

Amaia llevaba cinco años sin pisar un escenario cuando apareció por sorpresa en el Santiago Bernabéu junto a Karol G, un parón que a Ubago nunca se le ha pasado por la cabeza. “Por desgracia para mis haters, no, no me lo he planteado nunca”, comenta sonriente. Aun así, basta escuchar su nuevo disco para darse cuenta de que los kilómetros que lo separan de su casa cuando está de gira o de promoción no se le hacen fáciles de llevar. “Puta vida de artista, para verme necesitas comprar una revista y yo no es lo que quiero, pero no sé cómo dividirme entre el amor y el dinero”, dice la letra de Idiota. “Siete mares y Yo no te olvido [otras dos canciones de Galerna] hablan claramente del amor a distancia y de las ausencias, del pasar tiempo lejos de casa y de esos sentimientos que uno tiene cuando está lejos de su gente. Muchas de ellas son como cartas que le escribo a mi pareja, a mis hijos o a mi gente para decirles que no me olvido de ellos cuando estoy lejos”, confirma. “Tengo la suerte de tener una pareja que siempre ha entendido muy bien lo que implica tener una profesión como la mía y creo que en parte por eso llevamos tantos años juntos, porque me lo hace fácil”, le reconoce a su mujer.

Ubago responde a todo con mucha calma, y eso que lleva un día maratoniano de entrevistas en diferentes radios y todavía le quedan un par más. “Tengo días en los que estoy más tranquilo y días que estoy desatado”, advierte. Lo malo, dice, es que mucha gente identifica su personalidad con sus lacrimógenas baladas. “Me considero un tipo muy sensible, tranquilo… soy vasco”, se justifica divertido. “Pero los que me conocen de verdad a veces se ríen porque mucha gente se piensa que soy un tío muy introvertido, tristón, sosito... y para nada. Creo que soy todo lo contrario, muy sociable, bastante payaso y bastante dado a la risa, al chiste”, defiende.

Hace poco, el cantante escuchó una pregunta que le gustó: ¿Eres mosca o abeja? Él lo tiene clarísimo. “Si eres mosca es que siempre buscas la mierda y si eres abeja, aunque haya mucha mierda, buscas lo positivo, buscas la flor de la que puedas sacar el néctar. Yo creo que soy un poco así, siempre voy a donde me siento a gusto y me acuerdo siempre de lo positivo, soy bastante olvidadizo con lo malo”, reconoce. No recuerda malas experiencias en la industria ni grandes decepciones por parte de nadie. Mantiene prácticamente el mismo equipo que cuando empezó su carrera hace dos décadas, más allá de incorporaciones jóvenes que se han ido sumando. “Soy, como dicen en el fútbol, un one club man, ¿no?”, ríe.

Dice la nota de prensa de su nuevo disco que este representa “una nueva era para el artista”, pero el secreto de Alex Ubago es, precisamente, que está muy cómodo como está. Que lo único que parece pedirle a la vida es que sus nuevas eras se parezcan en la esencia a las anteriores y por eso sigue viviendo en San Sebastián, con sus amigos de siempre, alejado de atascos como el que le ha hecho llegar tarde a la entrevista. “Donosti me aporta la sensación de pertenecer a un sitio, de tener un nido, sobre todo en una profesión como esta en la que estás constantemente viajando. Valoro mucho tener la sensación de tener un hogar al que volver, donde te pones las zapatillas de casa y el pijama y te sientes en casa”, comenta. “Esa es una sensación que creo que todos necesitamos para sentirnos un poco en paz. Y ese lugar para mí es Donosti”, comenta convencido. Este sábado 19 de octubre, Ubago tiene una firma de discos en Madrid y el martes que viene tiene otra, ya en San Sebastián.

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