Una Gala Starlite con Will Smith como invitado de honor refresca el largo verano marbellí
El evento solidario organizado por Antonio Banderas y Sandra García-Sanjuán vuelve a reunir en Marbella a los rostros más conocidos del panorama nacional para celebrar sus 15 años de vida
Solo 15 años son necesarios para que algo deje de ser novedad y se convierta en una tradición. Sobre todo, en el caso de las tradiciones veraniegas. Existen las ya oficiales, como la recepción a la sociedad civil organizada por los Reyes en el Palacio de Marivent de Palma, en Mallorca, y las extraoficiales y de reciente adopción entre los ricos y famosos, ya sean estas posar en bellas calas de aguas cristalinas o anunciar un divorcio en el tórrido mes de agosto. Una de estas últimas sería, sin duda, el evento que reúne en Marbella a todo un conjunto de actores y cantantes, modelos y socialités en torno a una cena benéfica y que arranca con el autógrafo de Antonio Banderas sobre un coche. Hablamos de la Gala Starlite organizada por la fundación del mismo nombre, la obra social de la plataforma Starlite, que celebra este año sus 15 de andadura y no hay medio que no cubra en pleno verano de conciertos en los que se dan cita, entre otros, Luis Miguel, Malú, Nick Carter, Plácido Domingo o Sebastián Yatra para alargar hasta la madrugada las ya de por sí largas noches marbellíes.
Este domingo, sin embargo, la icónica imagen con la que se da inicio a la noche benéfica en la cantera de Nagüeles no se produjo. Antonio Banderas no posó junto a un Ford, uno de los patrocinadores del evento. Según se comentó, fue debido a un compromiso del actor con otra marca de coches del que se tuvo aviso en el último momento. En su lugar, lo hizo una muy sonriente Cayetana Guillén-Cuervo, veterana de esta gala, quien posó junto a la modelo Valeria Mazza, su presentadora habitual, y Sandra García-Sanjuán, organizadora de la misma, frente al nuevo Ford Capri, cuya novedad es que es 100% eléctrico: “Es una maravilla pertenecer a la familia Starlite”, dijo la actriz y presentadora a su llegada al evento; “En esta vida intentamos hacer las cosas bien y, con un poco de suerte, esto al final se conoce y reconoce”.
Los invitados comenzaron a llegar en torno a las ocho de la tarde de este domingo 4 de agosto a la cantera de Marbella, lugar en el que tiene cada año lugar la gala, vestidos de etiqueta para homenajear en esta edición al país de México, donde la fundación desarrolla parte de su labor filantrópica de la mano de la Fundación Niños En Alegría, creada por la anfitriona y cara más visible de todo el concepto Starlite, Sandra García-Sanjuán. Ella es la amiga de toda esta beautiful people que asiste, religiosamente, cada año a este evento benéfico en el que los famosos se sienten como en casa. “Va a ser la gala más importante hasta la fecha”, anunció al inicio de la velada. Mucha calavera, mucha flor de Cempasúchil, mucho sombrero charro y mucho mariachi adornaban la llegada de los invitados en un guiño al Día de los Muertos.
Entre los que desfilaron bajo el último sol de la tarde, rostros de lo más variopinto que dan muestra de la curiosa agenda de García-Sanjuán: los presentadores de la gala, el cómico Carlos Latre y Valeria Mazza, la presentadora María Casado y una ecléctica lista de invitados como la pareja de artistas formada por Macarena Gómez y Aldo Comas, la cantante Blanca Paloma, la inclasificable Carmen Lomana, la aristócrata Gunilla Von Bismarck o el cantante Juan Peña. Irene Villa, Mónica Hoyos, Miguel Poveda, Toni Acosta, Paula Echevarría o Alfonso de Borbón y María Margarita Vargas Santaella formaban también parte de esta lista de invitados difícil de ver en cualquier otra fiesta. El otro anfitrión de la noche, Antonio Banderas, se hizo rogar hasta el último minuto, en el que apareció junto al invitado de honor, el actor estadounidense Will Smith, que acaparó todos los focos y las atenciones de la prensa, pero solo dijo que esta era su primera vez en la ciudad malagueña.
No faltaron los premiados. Aquellos a quienes la organización de Starlite valora por su compromiso social: el cantante Carlos Vives, que mediante su propia fundación Tras La Perla practica la promoción cultural, la mejora de la calidad de vida y la revitalización de su ciudad natal, Santa Marta (Colombia). Cayetana Guillén-Cuervo, de quien se destacó su trabajo por la igualdad de género y la lucha contra la violencia machista. La cantante India Martínez, por su trayectoria no solo como artista, sino por visibilizar y promover causas de vital importancia, como el apoyo a la infancia y la educación. El exfutbolista argentino Javier Zanetti, quien a través de la Fundación Pupi persigue una mejora de las condiciones de vida de los niños de su país natal. Y, por último, Margarita Vargas, que fue reconocida por su “compromiso y generosidad”, especialmente en la prevención y tratamiento de distintas enfermedades mediante su trabajo con diversas organizaciones benéficas.
Y a estas caras conocidas se sumaron otros tantos asistentes más, dispuestos a pagar los 1.000 euros del cubierto por una buena causa y, por qué no decirlo, por cenar cerca de Will Smith. Porque a pesar de toda la pompa y viejo glamur, esta no deja de ser una gala benéfica a la estadounidense, donde los invitados pagan por cubierto y pujan en subasta por diversos objetos (como una guitarra firmada por Carlos Vives y Antonio Banderas —que acudió acompañado de su pareja, Nicole Kimpel— o un vestido diseñado en exclusiva por Michael Costello, que alcanzó los 20.000 euros en la puja) o por experiencias (como una visita privada al Guggenheim Bilbao seguida de una cena en el restaurante Neura, con una estrella Michelin, o un tratamiento de belleza en el Mandarin Oriental Ritz) y cuyos beneficios van a las fundaciones de Banderas y García-SanJuán.
El menú de la noche estuvo a cargo de Goyo Catering y consistió en tortillas de trigo rellenas de queso crema y emmental, jalapeños, cebolla blanca, pimiento rojo y tiras de pollo acompañadas de guacamole (lo que viene siendo, en cristiano, una quesadilla) y un solomillo de ternera napado con mole rosa, pétalos de ídem y granada. De postre, una tarta de cumpleaños donde las velas marcaban los 15 años de la gala. Hay que soplar velas por las nuevas tradiciones, mientras duren.