Meghan Markle gana la demanda de difamación que le puso su hermana: Samantha no podrá volver a denunciarla
La hija mayor de Thomas Markle pedía 75.000 dólares por daños por las “mentiras maliciosas, hirientes y dañinas” que, según ella, había lanzado la duquesa de Sussex. La jueza de Florida ha vuelto a desestimar su querella
No solo Kate Middleton, la esposa de Guillermo de Inglaterra, copa titulares estos días. También su cuñada Meghan Markle, la esposa de Enrique de Inglaterra, es noticia, aunque esta vez por una cuestión judicial. En este caso, porque ya ha acabado la pelea legal entre la duquesa de Sussex y su hermana, Samantha Markle. Una jueza de Florida ha puesto punto, y parece que definitivo, a una riña familiar que ha ido creciendo hasta convertirse en un asun...
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No solo Kate Middleton, la esposa de Guillermo de Inglaterra, copa titulares estos días. También su cuñada Meghan Markle, la esposa de Enrique de Inglaterra, es noticia, aunque esta vez por una cuestión judicial. En este caso, porque ya ha acabado la pelea legal entre la duquesa de Sussex y su hermana, Samantha Markle. Una jueza de Florida ha puesto punto, y parece que definitivo, a una riña familiar que ha ido creciendo hasta convertirse en un asunto judicial.
Samantha Markle, de 59 años (hija del padre de Meghan y de su primera mujer) demandó a la duquesa, de 42, el pasado mes de noviembre ante un tribunal de Tampa (Florida, puesto que vive en ese Estado, en la localidad de Lakeland), defendiendo que su hermana menor había realizado declaraciones que habían arruinado su vida y su reputación y por las que había llegado a recibir amenazas de muerte. Le pedía 75.000 dólares (unos 69.000 euros, al cambio) en daños por lo que denominaba “mentiras maliciosas, hirientes y dañinas” que la habían perjudicado y habían hecho daño a su imagen dentro de su comunidad.
Según Samantha Markle, su hermana había hablado mal de ella en la célebre entrevista que la pareja concedió a la presentadora Oprah Winfrey hace ahora tres años, en marzo de 2021, y también en el documental que Netflix estrenó hace 15 meses sobre la historia del matrimonio y su salida de la familia real británica. Samantha aseguraba que la duquesa la difamó también en la biografía Finding freedom (Encontrando la libertad), publicada en agosto de 2020, y la acusaba de “orquestar una campaña para difamar y destruir la reputación de su padre y su credibilidad con tal de preservar y promover una falsa narrativa ‘de la pobreza a la realeza’ que Meghan ha fabricado sobre su vida con la familia real y los medios mundiales”. Según la hermana mayor, la menor hizo comentarios para “demonizar” su imagen y mostrarla como “una mentirosa en busca de fama”, por lo que algunos seguidores de la duquesa lanzaron “una campaña de odio” contra ella.
Medios como el británico The Mirror y el estadounidense Page Six, que han tenido acceso este martes 12 de marzo a los documentos legales, explican que la jueza del distrito Charlene Edwards Honeywell afirma que Samantha “ha errado a la hora de identificar las declaraciones que podrían apoyar una demanda por difamación o una difamación por implicación en este punto, en el que es su tercer intento de enmendar su demanda”. Honeywell especifica que no hay ejemplos de difamación en la entrevista, la serie ni el libro, y afirma que todo lo dicho por Meghan eran “ejemplos puros de opiniones”. Además, la jueza ha desestimado la demanda “con prejuicio”, lo que implica que Samantha Markle no podrá volver a denunciar por este asunto a su hermana pequeña.
El desprestigio de Samantha contra su hermana viene de lejos. Primero en su libro, The Diary of Princess Pushy’s Sister, lanzado en febrero de 2021, pero también en los tribunales. En marzo de 2022 la misma jueza Honeywell ya archivó una demanda que Samantha puso contra Markle, y entonces argumentó que en la entrevista con Winfrey (donde la duquesa dijo que ambas eran “prácticamente desconocidas” desde la infancia, porque no se habían criado juntas) expresó “una opinión sobre su infancia y su relación con su media hermana” y, que al contar un sentimiento acerca de su niñez, “no podía demostrarse que era falsa”. Acerca del libro Finding Freedom, al no ser una biografía escrita directamente por la duquesa, no se pudo mostrar que esta interviniera en su contenido.
Los duques de Sussex viven en California y están muy lejos, física, mental y sentimentalmente, de sus respectivas familias. En el caso de Markle, es habitual verla con su madre, Doria Ragland, que vive en Los Ángeles, a apenas dos horas de carretera de la residencia de los duques en Montecito (Santa Bárbara), más al norte del Estado. El padre de Markle, Thomas, vive en Rosarito, en México, cerca de la frontera con Estados Unidos, pero apenas tiene relación con su hija. Samantha vive en Florida y el hermano mayor de Meghan, Thomas Jr., tampoco tiene relación con ella. En el caso del príncipe Enrique tampoco pasa un buen momento con su familia, que tiene sus propios, y muchos, problemas. El rey Carlos III tiene cáncer, y su hijo menor voló desde California hasta Londres para visitarle a principios de febrero, cuando se conoció la noticia. También su cuñada, la princesa de Gales, está en una situación delicada: hace unos meses pasó una cirugía abdominal y desde entonces no se sabe nada de ella, entre infinitos rumores y comentarios acerca de qué le pasa y cómo estará realmente, puesto que no se la ve en público y la única fotografía en estas semanas que ella ha difundido estaba editada.