La nueva vida de AJ, de los Backstreet Boys: dos años sobrio y terapia intensiva para tratar “traumas pasados”
El cantante se ha reencontrado con su padre después de 42 años, lucha por salvar su matrimonio y trabaja para lanzar una compañía de ropa y expandir su marca de belleza. Además, sigue en activo con el grupo que le hizo famoso en los noventa
Los Backstreet Boys fueron una de las boy bands más famosas de la segunda mitad de los años noventa. Ya no llenan los estadios como hace décadas, pero tras la separación de Take That y de las Spice Girls son la única banda pop que se mantiene unida, y con los mismos cinco integrantes que la empezaron. De hecho, el pasado mes de mayo terminaban una gira que les llevó a subirse a escenarios de todo el mundo (Madrid y Barcelona incluidos). Pero menos de una semana después de poner fin al ...
Los Backstreet Boys fueron una de las boy bands más famosas de la segunda mitad de los años noventa. Ya no llenan los estadios como hace décadas, pero tras la separación de Take That y de las Spice Girls son la única banda pop que se mantiene unida, y con los mismos cinco integrantes que la empezaron. De hecho, el pasado mes de mayo terminaban una gira que les llevó a subirse a escenarios de todo el mundo (Madrid y Barcelona incluidos). Pero menos de una semana después de poner fin al tour The DNA World, AJ McLean (45 años, West Palm Beach, Florida) decidió que era el momento de parar, se subió a su camioneta y se fue hasta Scottsdale (Arizona), donde pasó 10 semanas sometiéndose a una terapia intensiva.
“Pasé 10 semanas haciendo un programa intensivo para tratar traumas del pasado, trastorno de estrés postraumático, depresión y ansiedad”, ha contado ahora el cantante al medio estadounidense Page Six. Una experiencia que, matiza, no ha tenido nada que ver con seguir manteniendo su sobriedad, pues hace dos años que no prueba el alcohol. “No [fui] tanto por mi sobriedad, porque es bastante sólida”, asegura la estrella del pop. “Asisto a mis reuniones con regularidad y sigo mi programa de 12 pasos [de Alcohólicos Anónimos]. Tengo mi espónsor. Sé que me lo tomo muy en serio. Pero necesitaba ir a la raíz del problema”.
Y de la experiencia, de la que ha preferido no compartir excesivos detalles, sí que sacó una cosa en claro: quería conocer a su padre, a quien no veía desde que tenía 3 años. Ambos habían mantenido un contacto esporádico a través de mensajes, pero la terapia fue “un catalizador” que llevó a AJ a contactar con su padre: “Oye, ¿por qué no nos sentamos un poco? Me encantaría conocerte. Mi madre, mi tío y mi otra familia me dijeron una cosa sobre cómo eras”. Quería conocer su versión de la historia para tomar sus propias decisiones. Así que padre e hijo se vieron 42 años después de la última vez.
El encuentro se produjo hace unos meses, y lo quiso compartir con sus 1,3 millones de seguidores de su Instagram. “Hace 42 años, mis padres se divorciaron. Durante los últimos 35 años me he culpado a mí mismo. Nunca conocí a mi padre, excepto a través de lo que me dijo el resto de mi familia. Mi padre aparecía en un concierto u otro, pero nunca quise verlo ni hablar con él. Esta noche fue la primera vez en 42 años que mi padre y yo nos sentamos como dos hombres adultos y tuvimos una conversación sobre la vida, mi vida, su vida y la vida en general”, empezaba un mensaje que acompañaba con dos fotografías del reencuentro familiar, al que asegura que llegó sin expectativas, y con miedo, ira, resentimiento y dudas. “Realmente lo pasé bien, aprendí cuándo es el cumpleaños de mi padre, algo que nunca supe. Supe que mi padre era músico. Algo que nunca supe. Aprendí de dónde viene mi nombre, algo que nunca supe. Pero hoy sé que lo que pasó entre mi madre y mi padre realmente no tuvo nada que ver conmigo, pero durante los últimos 35 años, perdí mi autoestima y creé un camino horrible para mí rodeándome de personas tóxicas, relaciones tóxicas, y la más tóxica fue mi relación conmigo mismo”. Y terminaba: “Hoy es el comienzo de un nuevo capítulo en mi vida con mi padre nuevamente, solo un pie delante del otro. Gracias papá por tomarte el tiempo para sentarte con tu hijo y verme tal como soy”.
“Sabía que tenía un espacio de tiempo, así que dije: ‘¿Sabes qué? Necesito hacer un trabajo interior. Lo de la sobriedad es bueno. Necesito regresar e indagar un poco’. Diez semanas por el resto de mi vida, estoy muy agradecido por ello. Valió completamente la pena”, le contaba a People el pasado septiembre sobre la terapia, aunque entonces no reveló más.
McLean reconoce ahora en la entrevista que muchas cosas están cambiando en su vida, como el hecho de haberse dado cuenta por fin de que puede separar su yo artista de su yo como persona. “AJ es un trabajo. No es lo que realmente soy. No me define”, asegura quien hoy prefiere que lo llamen Alex cuando “no está en modo Backstreet”. “Probablemente, lo más importante que he aprendido es la autenticidad, ser mi yo verdadero y auténtico”, decía también hace un par de días a la revista People sobre su viaje transformador desde que decidió dejar de beber hace dos años.
Además del gran cambio en su vida que ha supuesto reencontrarse con su padre, antes hubo otro quizá aún mayor: el pasado mes de marzo el cantante anunciaba su separación de Rochelle McLean, con quien llevaba casado 11 años y tiene dos hijas (Ava, de 10 años, y Lyric, de 6). “El matrimonio es difícil, pero vale la pena. Hemos decidido mutuamente separarnos temporalmente para trabajar en nosotros mismos y en nuestro matrimonio con la esperanza de construir un futuro más fuerte”, anunciaron en un comunicado conjunto. Ese “trabajar en nosotros mismos” fue probablemente lo que le llevó ese mismo mes de marzo a esas 10 semanas de terapia. “Hablamos todos los días, cada vez pasamos más tiempo juntos. Simplemente tenemos que reconstruir algo que nunca estuvo ahí desde el principio”, contaba AJ McLean al podcast Sex, Lies, and Spray Tans la semana pasada sobre cómo está hoy su relación. “Yo vine con equipaje, ella vino con equipaje, ella tuvo un trauma, yo tuve un trauma. No estaba sobrio ni preparado para estar sobrio. Ella estaba lidiando con su propia mierda. Era simplemente un tira y afloja constante: ella escondía sus sentimientos debajo de la alfombra o yo me sumergía en una botella”.
Hoy se enorgullece cada vez que le preguntan de haber dejado atrás 25 años de problemas con las drogas y el alcohol. Su apuesto por la sobriedad fue por un episodio muy concreto que compartió con People en octubre de 2022. “Hace literalmente 10 meses, fui a ver a Shania Twain a Las Vegas. Antes incluso de subirme al avión, ya había planeado toda la noche. Sabía dónde iba a conseguir mis drogas. Sabía dónde iba a emborracharme. Lo sabía todo y pensé: ‘Está bien, es una noche. Mientras no pase cierta hora y no huela así, puedo ir y luego volver a casa. Mi esposa no lo sabrá; todo va a ser genial”, recordaba de cómo empezó la noche que determinó su cambio de vida. “Nunca, nunca funciona así”, añadía antes de proseguir con el relato: “Nunca dormí. Perdí mis primeros dos vuelos de regreso a casa y apestaba a alcohol cuando llegué. Mi esposa y yo siempre habíamos tenido un acuerdo, que era que, si olía a alcohol, no se me permitía jugar con mis hijas, no podía estar cerca de mis hijas, pero lo que realmente me impactó fue el momento que mi hija menor, Lyric, me dijo esa noche: ‘No hueles como mi papá’. Y cuando ella me dijo eso, eso fue todo. Me sentí asqueroso”.
Su vida ha cambiado también en lo profesional. Ya no solo se dedica a la música, aunque además de seguir con los Backstreet Boys prepara un disco en solitario que espera que vea la luz, al menos una parte, en enero de 2024 probablemente firmado como Alexander James El año que viene tiene previsto lanzar una compañía de ropa y expandir Ava Dean, su marca de belleza vegana inspirada en sus hijas.
“Hay una [forma de ser] egoísta saludable, y ahora estoy tomando mis propias decisiones”, cuenta a Page Six. “Y con suerte, si cometo errores, aprender de ellos. No soy perfecto. No quiero ser perfecto. Nadie lo es”.