La Fiscalía rebaja a dos años la petición de cárcel a Arantxa Sánchez Vicario y mantiene cuatro para Josep Santacana
El exmarido de la extenista, ambos acusados de alzamiento de bienes, ha desmentido el testimonio de la deportista en su declaración en el juicio: “En ningún momento me beneficié de su patrimonio”
El pasado martes 12 de septiembre, Josep Santacana, exmarido de Arantxa Sánchez Vicario, se mantuvo callado y atento en un segundo plano mientras veía cómo la extenista declaraba en ...
El pasado martes 12 de septiembre, Josep Santacana, exmarido de Arantxa Sánchez Vicario, se mantuvo callado y atento en un segundo plano mientras veía cómo la extenista declaraba en la primera sesión del juicio donde ambos están acusados de alzamiento de bienes por ocultar supuestamente patrimonio para evitar pagar una deuda millonaria al Banco de Luxemburgo. “Yo quería pagar, pero él me dijo que no. Que mejor que pagarle al banco era que tuviéramos nosotros el dinero. Me fie de él. Me arrepiento”, contó la ella desviando las balas hacia Santacana. Tres días después, ha sido su turno de declarar en la última sesión del juicio. Pero en esa misma sesión la Fiscalía ha rebajado su petición de condena a la extenista a dos años de prisión (inicialmente reclamaba cuatro), que también ha alcanzado un acuerdo para evitar entrar en la cárcel. Tanto la Fiscalía como la acusación particular del Banco de Luxemburgo ha mantenido la petición de cuatro años de cárcel para Santcana.
El empresario, separado de Arantxa desde 2018, ha llegado a la Ciudad de la Justicia de Barcelona alrededor de las nueve de la mañana de este viernes para asistir a la continuación del juicio en el que se acusa a la pareja de ocultar su patrimonio a través de testaferros para evitar pagar una deuda de 7,5 millones al Banco de Luxemburgo con “ánimo de enriquecimiento ilícito”. La versión de la exdeportista es que era Santacana el que movía todos los hilos y ella no fue consciente hasta que se separaron. “Él eligió a los testaferros, daba todas las órdenes, fijaba los precios de venta, iba a las notarías…”, relató ante la jueza: “Me he arrepentido. Y quiero que se sepa la verdad”.
La verdad de Santacana es otra. Ha asegurado que en ningún momento se benefició del patrimonio de su exesposa y, ante la pregunta de su abogado sobre si “en algún momento ha llevado a cabo alguna operación o asesorado a Arantxa Sánchez Vicario con la finalidad de ocultar su patrimonio”, lo ha negado. A diferencia de lo que declaró la extenista el martes, Santacana ha dicho que él no era quien daba órdenes a los gestores y abogados encargados del patrimonio de su hoy exmujer. También ha desmentido que él participara en la gestión de las sociedades de Sánchez Vicario y que se negara a pagar la deuda con el Banco de Luxemburgo, y ha asegurado que en las reuniones con la entidad él solo fue para “acompañarla”.
Tras su declaración del martes, la jueza eximió a la extenista de tener que asistir a todas las sesiones, pero Sánchez Vicario también ha querido estar presente hoy en los juzgados. Esta mañana se la ha vuelto a ver entrando al Juzgado Penal 25 de Barcelona, pocos minutos antes de que lo hiciera Santacana, para usar o renunciar a su derecho al último turno de palabra en este juicio —finalmente, no ha hablado—. Esta vez le ha tocado a ella sentarse detrás a escuchar la versión de su exmarido. “Estoy tranquila”, les ha comentado a los periodistas que le esperaban a la puerta de los juzgados.
En el trámite de conclusiones finales del juicio, la fiscal ha valorado que debe añadirse una atenuante de confesión para Sánchez Vicario, que declaró que quien gestionaba su patrimonio era su exmarido, y también la atenuante de reparación del daño porque ha devuelto parte del dinero antes del juicio y se ha comprometido a abonar al banco el 50% de sus ingresos hasta cubrir la deuda. El letrado de la defensa de Sánchez Vicario ha aceptado la pena de dos años que le solicitan las dos acusaciones, y ha pedido la suspensión de la pena de prisión en caso de que finalmente sea condenada, algo a lo que las dos partes no se han opuesto. La extenista también ha visto reducida la multa que se le reclama: de ser condenada, deberá pagar 5.400 euros en lugar de los 8.640 que le reclamaban al principio y aún reclaman a Santacana. Además, los dos se enfrentan a la obligación de pagar conjuntamente 6,6 millones de euros al Banco de Luxemburgo en concepto de responsabilidad civil por la deuda todavía no sufragada.
En la tercera sesión del juicio, celebrada el jueves, se presentaron dos informes periciales contrapuestos que discrepan sobre si ella tenía el patrimonio suficiente para hacer frente a la deuda con el Banco de Luxemburgo. El informe de parte de Santacana señala que, a inicios de 2010, su entonces mujer tenía un patrimonio de 7,8 millones en inmuebles en España, además de activos inmobiliarios en Andorra, que podía vender para conseguir liquidez y saldar la deuda. Sin embargo, el informe del Banco de Luxemburgo expone que algunas de las sociedades titulares de estos activos estaban a nombre de Santacana, no de Sánchez Vicario, por lo que considera que al vender los inmuebles hubo “un auténtico cambio de manos de unos cinco millones de euros” y, por tanto, la responsabilidad era compartida.
También se quiso hacer constancia el jueves sobre el hecho de que Santacana ya tenía un buen nivel de vida antes de comenzar la relación sentimental con la deportista. El perito de parte manifestó que el empresario estaba “aportando fondos a la unidad familiar” con el objetivo de contribuir a mejorar la situación económica, en contra de la imagen que se ha dado de él, según la cual se aprovechaba de la extenista. Hace unos días, Arantxa Sánchez Vicario confesaba en una entrevista con EL PAÍS que se había sentido traicionada por su exmarido: “Es muy injusto. Con lo que he ganado, no poder vivir del tenis es un golpe muy duro que no me esperaba. Mi error, como he dicho otras veces, fue enamorarme. Confié en la persona que tenía al lado, en mi marido, y me la jugó”.
Según el perito, Santacana “no tenía nivel de reconocimiento mediático (antes de salir con Sánchez Vicario) pero había efectuado determinadas operaciones donde iba obteniendo fondos económicos importantes, con un ritmo de vida que le permitía tener vehículos de alta gama”. También añadió que “no es que fuera un don nadie sin ningún euro, sino que tenía fondos económicos a su disposición”.
El propio Santacana se defendió de las acusaciones de su expareja en otra conversación con EL PAÍS, donde aseguraba que, cuando se casó con la extenista, ella ya era insolvente: “Ya todo estaba hecho y la mayoría de su patrimonio había desaparecido. Entré en la vida de Arantxa en el momento ideal para buscar un perfecto culpable de todos los errores que habían cometido”, lamentó.
Según la versión del ministerio público, Sánchez Vicario, “bajo las consignas” de su exmarido y la colaboración de otros cinco acusados, ideó un plan consistente en descapitalizar su numeroso patrimonio, con el objetivo de frustrar el cobro de la cantidad por parte de la entidad bancaria. La extenista aún opta a una absolución si la jueza se decanta por la tesis de la defensa de Santacana, que sostiene que no cometieron ningún delito, sino que no pagaron la deuda por insolvencia. En caso de que finalmente sean condenados, tanto la acusación pública como la particular se han mostrado favorables a suspender la pena de prisión de Sánchez Vicario, pero la decisión corresponde a la jueza. El juicio se retomará el próximo jueves 19 de octubre con los informes finales de las partes, y después de este trámite, Santacana optará a usar o renunciar a su derecho al último turno de palabra.