La actriz Amanda Bynes vuelve a ingresar en un centro psiquiátrico

La intérprete, que hizo públicos sus problemas mentales y de adicciones hace años, ha decidido por ella misma que le conviene estar en un entorno más terapéutico que el que le proporcionaba su programa ambulatorio actual

Amanda Bynes, en una imagen de diciembre de 2013 en Los Ángeles. J. Sharma/Bruja,PacificCoastNews (ContactoPhoto)

Han pasado poco más de tres meses desde que la actriz Amanda Bynes (California, 37 años) fue dada de alta como interna de la institución mental en la que tuvo que ser ingresada en marzo. Fue ella misma quien llamó al servicio de emergencias para recibir ayuda y una ambulancia ...

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Han pasado poco más de tres meses desde que la actriz Amanda Bynes (California, 37 años) fue dada de alta como interna de la institución mental en la que tuvo que ser ingresada en marzo. Fue ella misma quien llamó al servicio de emergencias para recibir ayuda y una ambulancia la trasladó al centro hospitalario después de hallarla desorientada y desnuda por las calles de Los Ángeles. Permaneció ingresada en el hospital tres semanas y después volvió a su casa, donde vive sola, pero con el propósito de comenzar un tratamiento ambulatorio, trabajando con médicos y especialistas, para asegurarse su estabilidad mental, según informó entonces el medio estadounidense TMZ. Sin embargo, esto no ha sido suficiente y, tal y como ha confirmado el mismo medio, la estrella infantil de Nickelodeon ha vuelto a ingresar en un nuevo centro psiquiátrico, derivada de su centro de tratamiento anterior.

Las fuentes consultadas por TMZ aseguran que la intérprete de películas como Hairspray o Ella es el chico ha ingresado en un nuevo centro de tratamiento intensivo de salud mental para pacientes hospitalizados en el Condado de Orange a principios de julio. Una vez más, fue la propia Bynes, que según ha revelado en pasadas entrevistas sufre de trastorno bipolar y maníaco depresivo, quien sintió que necesitaba más ayuda de la que le proporcionaba el programa ambulatorio y decidió optar “por un entorno más terapéutico”, confirma el medio. El nuevo centro proporcionará a la actriz un equipo médico, terapeutas y otros pacientes con los que socializar durante su estancia, algo que aseguran que prefiere a la soledad de su hogar.

En abril, Bynes también alarmó a los medios cuando fue detenida después de que la policía recibiera una llamada sobre una mujer que estaba en peligro. La mujer era Bynes, que alertó de que estaba angustiada y sentía que podía hacerse daño. Entonces también fue llevada a un centro psiquiátrico para una evaluación de salud mental, en la que se determinó que necesitaba atención psiquiátrica y pasó un tiempo en un centro antes de pasar brevemente a atención ambulatoria.

Según las fuentes de TMZ, Bynes está ahora recibiendo un nivel de ayuda médica más alto que el que recibió en la institución anterior. “Está en un tratamiento residencial, recibiendo atención las 24 horas del día, los siete días de la semana, mientras que también participa en sesiones diarias de terapia y actividades para ayudarla a desarrollar habilidades para usar cuando salga del centro”, afirman. En octubre de 2022, la actriz, alejada desde hace más de una década de la interpretación, se inscribió en una escuela de cosmética con planes de convertirse en manicurista.

Hace años que Bynes ha hecho públicos sus problemas mentales y de adicciones. En una entrevista que llevó a cabo en 2018 con el medio Paper Magazine, la intérprete dio a conocer sus inicios en las drogas. Comenzó a los 16 años fumando marihuana y más tarde probó otras sustancias más fuertes como la cocaína, el éxtasis y el MDMA, pero según la actriz, ninguna de estas drogas le causó una adicción. Los verdaderos problemas comenzaron con el Adderall (anfetaminas), una sustancia de la que abusó, en parte, porque tenía fama de ayudar a las mujeres a bajar de peso, según reveló Bynes. “Cuando estaba rodando Pase Libre (2011), recuerdo que estaba en la caravana y masticaba las pastillas de Adderall. Recuerdo masticar un montón de ellas y estar literalmente atolondrada y no ser capaz de concentrarme en mis líneas o memorizarlas. Recuerdo ver mi imagen en la pantalla y, literalmente, tropezarme y pensar que mi brazo se veía tan gordo porque estaba en primer plano o lo que fuera y recuerdo salir corriendo del set y pensar: Dios mío, qué mala pinta tengo”, admitió en la entrevista.

Desde 2013, Bynes estaba bajo la custodia legal de sus padres, quienes se encargaba de medicarla para controlar sus arranques psicóticos. Sin embargo, en 2022 la intérprete solicitó el fin de esta tutela y le fue concedido al considerar el juez que “ya no era necesaria”. A pesar de los erráticos acontecimientos de este año, sus padres no han vuelto a pedir la tutela de su hija y mantienen su independencia. Las fuentes de TMZ aseguran que saben dónde está y apoyan sus decisiones y, que Bynes, “sabe que sus padres están ahí para ella si los necesita”.

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