Tamara Falcó e Íñigo Onieva, la boda del año y el negocio de la década: una exclusiva valorada en más de medio millón de euros
La marquesa de Griñón y su prometido se casan este sábado. Detrás del acontecimiento social hay una maraña de acuerdos comerciales, compromisos con marcas y contratos de confidencialidad. Esta podría ser una de las últimas grandes exclusivas pagadas de la historia
La mayoría de la gente conserva las fotografías de su vida en álbumes familiares. Tamara Falcó (Madrid, 41 años) guarda las suyas en la hemeroteca de la revista ¡Hola! La hija de ...
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La mayoría de la gente conserva las fotografías de su vida en álbumes familiares. Tamara Falcó (Madrid, 41 años) guarda las suyas en la hemeroteca de la revista ¡Hola! La hija de Isabel Preysler y del fallecido Carlos Falcó lleva más de cuatro décadas protagonizando portadas de la llamada “biblia del corazón”. No hay un solo momento significativo de su existencia que no esté documentado en las páginas de esta cabecera. Desde su nacimiento hasta su pedida de mano, pasando por su hipotiroidismo —“cuando me miro al espejo, no me reconozco”, dijo en 2016—, sus proyectos profesionales —diseñadora de moda, concursante de talent shows, chef de Le Cordon Bleu—, sus romances o sus rupturas sentimentales. Su boda con Íñigo Onieva, que tiene lugar este sábado 8 de julio en la finca El Rincón, a las afueras de Madrid, no será la excepción. ¡Hola! está preparando un número monográfico sobre el enlace y ha adelantado su publicación al lunes.
La marquesa de Griñón siempre se refiere a la revista como su álbum familiar, pero el semanario también es una importante fuente de ingresos para ella y para otros ricos y famosos que gestionan su intimidad como una empresa. La novia ha cerrado un acuerdo económico con ¡Hola! para que la cabecera tenga acceso exclusivo a todos los festejos nupciales, un pack que incluye la preboda en el hotel Mandarín Oriental Ritz de Madrid, que tuvo lugar el viernes; la boda en el palacio El Rincón, propiedad de la familia Falcó, que se celebra esta tarde; y la luna de miel en el Índico. Ninguna de las fuentes consultadas por EL PAÍS se atreve a poner un precio exacto a la exclusiva que llegará el lunes a los quioscos, pero todas ellas coinciden en que la suma supera fácilmente el medio millón de euros.
“Ese cálculo es muy complicado por muchos factores. La cifra siempre es confidencial y sería una mala profesional de lo mío si me metiera ahí”, explica a EL PAÍS Sandra Aladro, directora de Gtres, la agencia de noticias líder en información del corazón y famosos. “La revista habrá ampliado páginas, habrá contratado más publicidad… todo lo que se puede gestionar desde el medio para poder hacer de este evento un éxito periodístico y empresarial. Nadie paga más de lo que espera recibir”, continúa Aladro, quien reconoce que esta boda podría ser la apuesta más fuerte que ha hecho el medio en los últimos años. “Será el número más vendido de los últimos tiempos. Reúne varios factores para ello: el éxito en sí de las bodas y que sea la de la hija de la musa por excelencia de la revista. Es una apuesta muy fuerte porque va dirigida a la nueva generación, a las hijas de las míticas lectoras de ¡Hola! a las que hay que fidelizar para que el papel se muera lo más lento posible”, concluye. Efectivamente, las seguidoras que tiene la marquesa en las redes —un millón y medio en Instagram— tendrán que cambiar el móvil por el semanario para ver el episodio más emocionante de la relación entre Falcó y Onieva, un noviazgo con idas y venidas contado a golpe de posts y stories.
Hace unas semanas, el veterano paparazi Antonio Montero dijo en Telecinco que el “sí, quiero” de la marquesa de Griñón podría valer un millón de euros. La única exclusiva millonaria que se conoce abiertamente es la boda de Borja Thyssen-Bornemisza y Blanca Cuesta, celebrada en octubre de 2007. Gracias a una investigación de Hacienda, se supo que el hijo de Carmen Cervera llegó a cobrar 1.400.000 euros por un reportaje de 50 páginas. Para evitar filtraciones, se casó entre semana, de noche, cuatro días antes de lo previsto y ante solo un puñado de amigos. A esa portada siguieron otras, parte de un pack. La pareja “abrió sus puertas” a la revista al mes de casarse y, poco después, presentó a uno de sus hijos en ¡Hola! Fueron meses de reportajes.
“Los precios de las exclusivas se han desinflado mucho desde 2007. Hace 15 años, la boda de Tamara tranquilamente podría haber valido un millón de euros. Hoy vale entre 500.000 y 600.000 euros. No más”, explica a EL PAÍS un conocido personaje de la farándula que sale habitualmente en las revistas del corazón. La caída de la venta de ejemplares y de la inversión publicitaria ha impactado directamente en las tarifas que cobran los famosos por publicitar su vida privada en este tipo de cabeceras. Para las fuentes consultadas por EL PAÍS, esta podría ser una de las últimas grandes exclusivas pagadas de la historia. Para proteger el valor del reportaje, los novios han recomendado a sus invitados que no utilicen sus teléfonos móviles ni hagan fotografías durante el transcurso de los festejos.
Pero la exclusiva no es el único negocio que hará la marquesa de Griñón con su boda. Todo el evento se sostiene por una maraña de acuerdos comerciales, compromisos con marcas y contratos de confidencialidad. El reportaje en sí será un gran anuncio del palacio El Rincón, la propiedad que la novia quiere explotar y alquilar para bodas, eventos y celebraciones privadas. Falcó llevará unos pendientes de Tous, firma de la que es embajadora. “Tiene un contrato que le exige llevar exclusivamente joyas de la marca. Pero han hecho una excepción para que pueda lucir tres piezas que no son de Tous: su alianza, su brazalete de pedida y una tiara antigua de la familia”, explica un entendido en este negocio. La marquesa y su prometido también han cerrado un acuerdo con Moët & Chandon, que será “el champagne oficial” de los festejos, según anunció la propia marca en una nota de prensa. El chef Eneko Atxa, de Azurmendi, ha confeccionado el menú para los más de 400 invitados. Según ha podido saber EL PAÍS, el cocinero con cinco estrellas Michelin ha tenido que firmar un contrato de confidencialidad que le impide hablar sobre los detalles del menú o las condiciones de su contratación.
Falcó ya ha promocionado en sus redes sociales los servicios de su wedding planner —la agencia A-Típica, una de las favoritas de la clase alta madrileña— y hasta el esmalte de uñas que lucirá este sábado —de la marca OPI, de la que es embajadora—. También tenía un contrato con la firma de moda nupcial Sophie et Voilà, que iba a confeccionar su vestido de novia. Pero a dos meses de la boda, la marca rompió el acuerdo alegando incumplimiento contractual por parte de la marquesa. La propia aristócrata confirmó que iba a ser imagen de Sophie et Voilà durante un año, prolongable a dos, y que a cambio ellos le iban a hacer su traje. “Pero yo no cobraba por mi vestido de novia, sino por el contrato de imagen”, aclaró hace unas semanas en El Hormiguero. Finalmente, llevará un vestido de Carolina Herrera inspirado en el que lució Grace Kelly en su boda con el príncipe Raniero de Mónaco. Según ha podido saber este periódico, en este caso no habría un acuerdo comercial con la marca.
La primera boda que los propios novios decidieron vender directamente a una revista del corazón, sin mediación de agencias, fue la de Merry Martínez-Bordiú, nieta del dictador Francisco Franco, y Jimmy Giménez-Arnau, celebrada en el Pazo de Meirás, en el verano de 1977. Según reconoció el propio Giménez-Arnau en su libro Yo Jimmy, mi vida entre los Franco, publicado en 1981, la pareja cobró un millón de pesetas por el reportaje en ¡Hola! Aquel número de la revista inauguró un género en el papel cuché: las exclusivas nupciales. Cuarenta y seis años después, casarse sigue siendo un buen negocio para los famosos.