La historia de Frankie Jonas, el cuarto hermano a la sombra de los Jonas Brothers: sueños rotos, acoso y drogas
El pequeño de la familia, que acaba de estrenar la segunda temporada del programa ‘Claime to Fame’ junto a Kevin, ha dejado atrás sus años más oscuros y busca hacerse su propio hueco en la industria musical
Los hermanos Kevin, Joe y Nick unieron su talento en la música para crear en 2005 uno de los grupos de adolescentes más reconocidos de este siglo: Jonas Brothers. Una fama que les llevó a protagonizar su propia serie de televisión en Disney Channel, Jonas, aparecer en portadas de revista y ser foco mediático por su vida privada. Pero lo que pocos saben es que hay un cuarto hermano, que desde pequeño ha estado a la sombra de la banda, y que ahora intenta hacerse su propio nombre en la in...
Los hermanos Kevin, Joe y Nick unieron su talento en la música para crear en 2005 uno de los grupos de adolescentes más reconocidos de este siglo: Jonas Brothers. Una fama que les llevó a protagonizar su propia serie de televisión en Disney Channel, Jonas, aparecer en portadas de revista y ser foco mediático por su vida privada. Pero lo que pocos saben es que hay un cuarto hermano, que desde pequeño ha estado a la sombra de la banda, y que ahora intenta hacerse su propio nombre en la industria: Frankie Jonas (Ridgewood, Nueva Jersey, 22 años), artísticamente también conocido como Franklin Jonas.
El pequeño de los Jonas nació ocho años después de Nick (sus padres buscaban una niña después de tres chicos). Cuando tenía cinco años, sus hermanos ya habían dado el salto a la industria musical y él pasó a estar, de manera indirecta, en el foco de toda esa fama repentina. En 2005, sus padres le dieron una noticia que no esperaba: la familia se mudaba a Los Ángeles para seguir de cerca la carrera musical de Jonas Brothers. En un momento, esos sueños a los que aspiraba, como convertirse en una estrella del fútbol americano en la Universidad de Princeton, se esfumaron. Pero también cambiaron: a los siete años asistiría a su primera audición, en la que consiguió el papel para poner voz en la película animada Ponyo en el acantilado.
Aun así, Frankie seguía siendo el cuarto Jonas, al que los seguidores de sus hermanos apodaron como Bonus Jonas, algo que él consideraba degradante. “Siempre odié ese apodo. Gran parte de mi problema con estar en el ojo público se debía a que me veían como una visión mercantilizada de mí mismo”, defendió en 2021 en una entrevista a la revista Bustle. Un nombre que utilizaban hasta sus hermanos para referirse a él, aunque pronto dejaron de hacerlo, tal y como contó Joe en el mismo reportaje: “Después de que se sincerara sobre cómo eso le dolía, me negué a llamar a Frankie Bonus Jonas. Hemos tenido largas conversaciones a puerta cerrada en las que demostré mi comprensión y respeto por sus deseos. Sentir que eres el segundo, tercero o cuarto mejor de algo es injusto. Todos somos iguales”.
Al cumplir los 12, Frankie se creó una cuenta en Twitter y no dudó en buscar su nombre para ver qué era lo que se decía de él: “Eran cosas bastante horribles de leer para un niño. Muchas de ellas decían: ‘Si alguna vez te sientes olvidado, recuerda a este chico’ o ‘Frankie Jonas es un saco de mierda sin talento”, contó en la misma entrevista, una de las pocas que ha protagonizado hasta la fecha. Además, también se burlaban de su peso y su imagen, algo que afectó su autoestima. “Se convirtió en una forma de autolesionarme. Lo miraba todos los días y tenía que hacerlo para sentirme bien. Mucho de eso perpetuó la idea de que era solo eso, un meme”.
Ese mismo año se dio cuenta de que siempre había querido parecerse a sus hermanos y, por fin, decidió coger las riendas de su propia vida. Todo comenzó con su primer orgasmo mientras disfrutaba de un popular hentai —género de manga y anime de contenido pornográfico—. En su mano portaba el anillo de la pureza —que había suplicado tener pues lo llevaban sus hermanos—, lo que significaba una promesa religiosa de celibato hasta el matrimonio: “Me lo quité y me escapé. Hice un pequeño fuego y lo metí dentro. Me senté allí durante dos horas mientras el metal se derretía lentamente. Era como un ritual ceremonial: seguía adelante con mi vida y recuperaba mi voluntad”.
Su carrera cinematográfica no ayudó a cambiar esta falta de autoestima y de destrucción propia, así que decidió retirarse de la actuación —hasta ese momento había aparecido en 12 capítulos de Jonas y en Camp Rock 2—: “Quería desaparecer, pero quería hacer todo lo posible para volver a esa vida normal que creí ver morir. Quería huir de todo”. Y lo consiguió. Su familia se mudó a Texas, donde pudo empezar de nuevo y ser un adolescente normal: se graduó en Secundaria y se matriculó en la Universidad de Belmont para estudiar cine. Una experiencia que no tardó en empañarse. Un amigo le recomendó contar públicamente quién era y presentarse con apellido incluido para tener más éxito en el amor: “A cada persona que conocía me presentaba: ‘Hola, mi nombre es Frankie Jonas”. Algo que pronto le convirtió en el hazmerreír de sus compañeros.
Fue entonces cuando comenzó la época más oscura de su vida: recurrió al alcohol y las drogas para alejarse de la sombra que le perseguía. Ahora todo ha cambiado gracias al apoyo de sus familiares y de profesionales. De regreso en las redes sociales, de donde un día huyó para esquivar las críticas, confesó en su cuenta de TikTok cómo afectaron las adicciones en su vida: “Desde muy joven luché con la bebida y las drogas como vía de escape porque odiaba la vida y no quería estar aquí”. Incluso relató que hubo un momento en el que pensó en el suicidio.
Ahora está en proceso de escribir su propia historia y ser conocido por él y no por el trabajo de sus hermanos. En 2020 comenzó a labrarse su propio nombre gracias al contenido de humor que publicaba en TikTok —acumula casi dos millones de seguidores—. Aprovechó también esta nueva ventana para contar algunos detalles de su vida que, hasta ese momento, eran desconocidos, pero que ya ha borrado de la plataforma.
La realidad es que Frankie ha sacado la misma vena artística que sus tres hermanos: en febrero publicó Cocaine, su primera canción. “Me inspiré en mi tiempo viviendo en Nashville. Mientras estuve allí, estuve en lugares muy oscuros. La canción va de eso, de como incluso en los momentos más oscuros podemos tener momentos de felicidad. Es una luz que está rodeada por el túnel de tu propia mierda”, explicó el pasado febrero a la revista musical Rolling Stone. Pero no se ha quedado en eso. El cantante acaba de publicar su primer EP, un disco con cinco canciones, Sewer Rat.
La música ha sido un salvavidas para el más joven de los Jonas: “Siempre trato de ser lo más honesto, vulnerable y auténtico posible. Eso puede ser difícil cuando creces en un mundo en el que estás en Disney Channel”. Pero no es su única pasión. A pesar de haber dejado el mundo de la televisión hace casi una década, ahora está de regreso junto a su hermano mayor, Kevin. Ambos presentan el programa Claim to Fame, que esta semana ha estrenado la segunda temporada en ABC: 12 concursantes, cada uno con familiares famosos, conviven para descubrir con qué celebridad están relacionados (el ganador se lleva 100.000 dólares).
Nada queda de aquel joven que escapaba de la alargada sombra de sus hermanos, que se aprovechó de su fama para ser popular y que recurrió a las drogas para olvidar todos esos capítulos de su vida.