Tini Stoessel: “Toqué fondo y ahora voy día a día”
La estrella argentina, que empezó a trabajar como actriz y cantante de la mano de su padre siendo niña, confiesa su vulnerabilidad al iniciar una gira de 11 conciertos en España: “Mi vida mola a ratos, como la de todo el mundo”
Martina Stoessel, Tini para sus más de 40 millones de seguidores en redes y en vivo, debe de estar sudando la gota gorda ensayando su espectáculo en un pequeño estudio situado en un polígono industrial madrileño, lleno de oficinas informáticas y centros de atención telefónica. A su alrededor, un tropel de bailarines, estilistas, técnicos, promotores y relaciones públicas, el séquito habitual de las grandes estrellas, protege a la diva hasta que sale, rutilante, de la sa...
Martina Stoessel, Tini para sus más de 40 millones de seguidores en redes y en vivo, debe de estar sudando la gota gorda ensayando su espectáculo en un pequeño estudio situado en un polígono industrial madrileño, lleno de oficinas informáticas y centros de atención telefónica. A su alrededor, un tropel de bailarines, estilistas, técnicos, promotores y relaciones públicas, el séquito habitual de las grandes estrellas, protege a la diva hasta que sale, rutilante, de la sala, saluda, correctísima, y posa disciplinada para el fotógrafo. Es luego, sentadas en un chester, cuando parece bajar la guardia y se muestra frágil, fragilísima, ante la grabadora y los ojos de cualquiera que los tenga en la cara. Su novio, el futbolista argentino del Atlético de Madrid Rodrigo de Paul, y su psicóloga la arropan en silencio con su presencia.
¿Para quién canta?
En gran parte, para mí. Intento hacer algo que yo misma tenga ganas de decir y escuchar. Y no es lo mismo a los 13, que a los 20, que a los 26. Eso también se me fue aclarando con el tiempo.
Empezó muy niña. ¿Cuándo empezó a sentirse una mujer?
Qué pregunta [se le aguan los ojos]. Creo que aún estoy en el proceso de sentirlo completamente. He tenido una vida particular. Tenía 13 años, pero el trabajo de una persona mayor. No entendía muy bien eso de ser recontra adulta y seguir siendo una recontra adolescente, ¿viste? A día de hoy, me sigue pasando con ciertas cosas. La evolución que he tenido como persona ha sido increíble. Desde la pandemia toqué fondo y ahora voy día a día.
No es frecuente su sinceridad.
Ahora puedo serlo porque me estoy trabajando mucho por dentro, mi cuerpo me lo pidió solito.
¿Enfermó?
Empecé a tener ataques de pánico. Son temas de los que nunca había hablado y no había sanado.
¿Con quién se enfrentaba?
Conmigo misma. Mi entorno es muy especial. El amor de mis amigas, las mismas desde los 3 años, es increíble, pero, a veces, no alcanzaba. El cuerpo me estaba pidiendo otro tipo de amor: el que le das a tu cabeza, a tu alma. Puedo actuar, hacer fotos, entrevistas. Pero el cuerpo te dice que tiraste tanto de la soga desde los 13 años que necesitabas frenar. Es mucha información la que retuve tantos años y necesitaba ese espacio de introspección, ahí empecé a entender la mujer que soy.
¿Se había olvidado de usted?
Bueno, son tantas las etiquetas que te ponen que, al final, te las acabas creyendo. Y, obvio, para muchos soy Violetta, la niña buena y perfecta de la telenovela, pero no soy solo eso, y el conocerme y entenderme va a ser un trabajo para el resto de mi vida. Tuve un crecimiento extraño. Yo laburo con mi padre desde niña y ese papel de padre y mánager a veces es difícil de entender como hija y seguramente también como padre, y hay un montón de cosas que, a determinada edad, se tienen que hablar.
¿Ha cortado ya ese cordón?
Con mi viejo, con mis papás, creo que sí. Pero, igualmente, entiendes que muchas cosas que te suceden ahora son por lo que viviste siendo niño, con los padres y el entorno que te tocaron, y son cosas que se pueden sanar, no importa lo grande que seas. Me parece interesante que nos llamen la generación de cristal. Lo somos porque nos animamos a hablar de las cosas, a sentirlas, a planteárnoslas. A pensar que, quizá, ese ataque de pánico que tienes, viene de tal cosa, y no llegar a los 50 sin haber hablado nada.
¿Entiende a Miley Cyrus, que ha cancelado su gira porque no soporta la soledad que conlleva?
Obvio que la entiendo. Uno no es igual siempre, va madurando.
Y, sin embargo, usted aparece en su nuevo vídeo con Becky G. y Anitta, como una mujer poderosa vital y sexualmente.
Es que no somos una cosa nada más. Yo soy esa del vídeo, pero también la chica vulnerable y sensible que necesita un abrazo. Obvio que soy una mujer empoderada: trabajo desde los 13 años y desde los 15 tengo mi independencia. Soy superadulta, pero también tengo mi espacio donde soy, si quieres llamarlo así, muy niña. Yo lo llamo ser persona.
¿Qué le sugiere esa unión sin rivalidad entre mujeres artistas?
Me encanta. Veo muchos documentales de mujeres que me inspiraron: Madonna, Britney Spears, Whitney Houston, Beyoncé, Lady Gaga. Ellas tuvieron que sufrir para ser libres y cantar a su sexualidad. Yo lo hago libremente. Mi generación seguimos haciendo ese trabajo. Si soy un canal para que las nuevas generaciones sean más libres, me siento orgullosa. Juntas somos más fuertes.
Tiene 40 millones de seguidores entre todos sus perfiles en redes sociales. ¿Le importan los comentarios?
Intento no meterme en eso, porque en su momento me afectó un montón. Se inventaron que estaba internada por un trastorno alimentario, y yo estaba comiendo leche con galletas con mi madre. Yo creo que es una herida que me hicieron desde que tengo 15, ahora la estoy tratando y tengo herramientas. Lo más fuerte es que no hay nadie más exigente conmigo misma que yo, para que los demás vayan a venir con exigencias. Suficiente es con lo que tengo dentro como para lidiar y salir a defender cosas que ni siquiera me he planteado. Las redes las uso para inspirar e inspirarme, el resto lo mantengo en privado. Intento vivir el presente, siento que somos tan ansiosos que nos cuesta vivirlo. Desde que mi papá estuvo en coma, el año pasado, soy muy consciente de que no puedes controlar lo que va a pasar mañana.
Es multimillonaria, pero ¿qué cosas no puede comprar?
El amor, la salud, los buenos momentos, una charla con alguien que te entienda y te quiera. Lo más importante para mí.
¿Es una estrella idolatrada por muchos. ¿Le gusta su vida?
Mira, literalmente, hace tres semanas estuve en un proceso de tocar fondo. No me podía levantar de la cama. Tenía ataques de pánico, por diferentes razones, mías, personales. Pues mira, gracias a eso, hoy estoy aquí. No me veía capaz de dar una entrevista, de volver a peinarme, y fue pensar en tener esta gira en España, donde tengo una comunidad enorme, y saqué fuerza para alcanzar esa meta. Me ayudan mis amigas, que viajaron conmigo, mi novio, mi psicóloga, con la que hace dos meses que estoy con terapia todos los días. Y aquí estoy. Así que mi vida mola a ratos, como la de todo el mundo.
¿Por qué me cuenta esto?
Porque soy fuerte, tengo al lado gente que me quiere y voy a estar bien. Y siento que contar esto hace que mucha gente pueda sentir que no está sola, que no está loca, que todos podemos pasar por algo así y salir fortalecidos.
CARRERÓN
Martina Alejandra Stoessel Muzlera (Buenos Aires, Argentina, 26 años), Tini para sus millones de seguidores, comenzó a actuar a los 10 años, de la mano de su padre, el productor Alejandro Stoessel. Actriz, cantante, compositora, modelo y bailarina, Tini pasó de protagonizar la telenovela infantil Patito Feo, y la más adolescente Violetta, de la factoría Disney en Latinoamérica, a convertirse en diva del pop latino. En último trabajo, Cupido, se muestra como una mujer poderosa y autosuficiente. Otra cosa son sus sentimientos. Ahora inicia una gira de 11 conciertos por grandes auditorios de España.