Camela: “Gustemos a unos más y a otros menos, somos historia de la música española”
El dúo madrileño vuelve a reivindicar su característico estilo y su lugar en el panorama musical español con su nuevo disco, ‘Que la música te acompañe’. Hablamos con ellos del amor, la familia, la pandemia y de uno de sus sueños por cumplir después de 28 años de carrera
Cuenta el director de cine Juan Antonio Bayona (Barcelona, 47 años) en el documental Pongamos que hablo de Camela (ATRESplayer), estrenado en marzo de 2021, que cuando vio la película Pearl Harbor pensó: “Este es el argumento perfecto para un videoclip de Camela”. Así que decidió plasmarlo en Por siempre tú y yo, uno de los que el director de Lo imposible rodó...
Cuenta el director de cine Juan Antonio Bayona (Barcelona, 47 años) en el documental Pongamos que hablo de Camela (ATRESplayer), estrenado en marzo de 2021, que cuando vio la película Pearl Harbor pensó: “Este es el argumento perfecto para un videoclip de Camela”. Así que decidió plasmarlo en Por siempre tú y yo, uno de los que el director de Lo imposible rodó en 2004 con el grupo del barrio madrileño de San Cristóbal de Los Ángeles. “Yo no entiendo nada, esta mañana me han matado y ahora estamos rodando que estoy vivo”, explicaba el cineasta entre risas que le decía Dionisio Martín Lobato (Madrid, 51 años) durante el rodaje.
De aquellas escenas militares y de sus días en el desierto de Tabernas (Almería) rodando la historia que imaginó Bayona para su éxito Cuando zarpa el amor, María de los Ángeles Muñoz Dueñas (Madrid, 47 años) guarda muy buenos recuerdos. “Mira, yo no pienso que nos quedan metas por cumplir, demasiados sueños estamos cumpliendo después de 28 años de carrera dedicándonos a lo que más nos gusta hacer; pero si tuviera que elegir nos falta hacer una película de nuestra vida con Juan Antonio Bayona”, reconoce sonriente la voz femenina de Camela sentada en un sofá chester en la sede de su discográfica, Warner, en Madrid. “Desde luego para la primera peli sería a quien elegiríamos”, añade Dioni, a su lado. “Y otra con Santiago Segura, que también es amigo y lo queremos mucho”, remata Muñoz con una sonrisa.
Pocos sabían o se podían imaginar este tándem entre el aclamado director de El Orfanato y el grupo que inventó y abandera desde 1994 la tecno-rumba, “tecno-Camela” o “tecno-salaíllo”, como ellos mismos definirían su estilo a un extraterrestre que aterrizara mañana en el planeta Tierra, el único capaz de no saber tararear alguno de sus grandes éxitos.
Este particular estilo lo vuelven a defender en su nuevo disco, Que la música te acompañe, que ya es el número 31 de su discografía, esta vez con espadas láser a semejanza de La guerra de las galaxias —que ha levantado alguna que otra ampolla entre los fans de la saga— y que blanden de manera muy resolutiva en uno de sus temas de lanzamiento No me hables, junto a la presentadora Cristina Pedroche.
“Son 12 canciones con la misma temática de siempre: el amor, el desamor... Pero además de plasmar estas historias, hemos querido evolucionar con sonidos más actuales, pero sin salirnos de nuestra esencia, de nuestra marca que es la que procuramos siempre mantener. A lo mejor la gente se piensa que hacer un disco de Camela es muy sencillo, pero no lo es”, se defiende Dioni. “La mayoría de nuestras canciones hablan de historias reales”, asegura María Ángeles, que explica que dedicó la canción La más bonita a su abuela, que padeció alzhéimer y a la que se sentía muy unida. “Al final son canciones de amor, pero no solo el sentimental, sino dedicadas al amor hacia las personas, a la familia”, matiza la cantante.
Una familia que se convirtió en uno de los pilares fundamentales para los dos durante la pandemia. Ángeles capeó el encierro como mejor pudo, alejada de componer y de la música y al cuidado de su madre, que padece asma. Y Dioni da gracias a la tecnología y a las videollamadas, que fueron esenciales para poder conectarse y tocar junto a su hijo Rubén, que desde los 14 años —ahora tiene 36— compone junto al dúo, tras la salida en 2013 del teclista y el tercer componente, Miguel Ángel Cabrera. “Con nuestro piano y la guitarra le íbamos dando forma a alguna de las canciones de este disco. La música sí que se convirtió en nuestro refugio”, explica Dioni, que se muestra muy orgulloso de lo que su hijo aporta al grupo. “Cuando empezó con nosotros, con su juventud, nos daba ese aire fresco necesario, con sus historias del primer amor, de los primeros desengaños. Incluso a veces, en las letras nos metía frases del estilo: ‘No te rayes, chiquilla’ y cosas así que no sabíamos cómo iban a sentar y que ya no eran propias de nuestra generación. Pero desde luego se ha sabido adaptar estupendamente a la esencia de Camela”, asegura el cantante.
Una esencia que Dioni no se cansa de repetir en su discurso y de la que asegura sentirse muy orgulloso, después de casi tres décadas de trabajo y siete millones y medio de discos vendidos en España. “Nuestros comienzos no fueron nada fáciles. A nosotros nos decían de todo, vendiendo todo lo que vendíamos y con las grandes giras que hacíamos. Y claro, sentíamos el rechazo de los medios sin entrevistarnos ni hablar con nosotros, como tú estás haciendo ahora”, lamenta. “Pero llegó un momento en que ya nos daba igual lo que dijeran. Así que desde hace unos años nos sentimos muy orgullosos de lo que hemos logrado, de que nos respeten y que, sobre todo, vean que Camela no era pan para hoy y hambre para mañana, sino que, gustemos a unos más y a otros menos, hay que reconocer que somos historia ya de la música española”, sentencia.
Una historia que en lo tocante a premios ha sido un poco injusta, según recuerda María Ángeles. “¿Por qué Camela después de tantos años que llevan en la música y con millones de copias de discos vendidos, nunca ha tenido ni una nominación a los premios Grammy? Es una pregunta que nos hacen mucho y nunca sabemos que contestar”, explica la cantante, que cree que en realidad ya atesoran el mejor galardón. “El cariño de nuestra gente, de nuestro público. Que cada concierto se llena de gente y todo el amor que te dan allí. Eso no se puede comparar con ningún otro premio de la música. Ese no es físico, no se puede enseñar, pero se siente y no hay otra cosa mejor”, explica Muñoz, que evoca cómo empezaron a cantar los fines de semana como una afición más para ellos, “como el que se va a esquiar o hacer otra cosa”.
Si tuviera que rebobinar, como aquellas primeras cintas de casette que vendían en cada gasolinera de España, María de los Ángeles le diría a aquella joven que empezaba a cantar que se preparase para no parar de hacer maletas. “La peor parte de mi profesión”, asegura, “que es un verdadero regalo”. “Le diría que disfrute, con sus pros y sus contras, pero que disfrute”, señala Dioni. “Nosotros siempre decimos que estaremos haciendo música hasta que Dios y nuestra gente quiera”. Con el inicio de la nueva gira en el WiZink Center de Madrid, el 13 de enero, después de 92 conciertos en 2022 y con ese mantra por bandera, queda Camela para rato.