Sam Asghari, el discreto novio y apoyo de Britney Spears que rehúye la fama
El modelo, entrenador personal y actor de origen iraní emigró a Estados Unidos en 2006. Pese a mantener una relación con la estrella del pop desde hace cinco años no ha sido hasta 2021 cuando ha manifestado públicamente su animadversión hacia su suegro
Si algo ha caracterizado a Sam Asghari, el hombre con quien comparte desde hace un lustro su vida Britney Spears, es su gran discreción. El modelo, entrenador personal y aspirante a estrella de Hollywood durante años no quiso pronunciarse públicamente acerca de la tutela que Jamie Spears, el padre de la artista, ha ejercido sobre la cantante desde 2008 y hasta finales del pasado septiembre. Sin embargo, este 2021 ha roto su silencio en favor del movim...
Si algo ha caracterizado a Sam Asghari, el hombre con quien comparte desde hace un lustro su vida Britney Spears, es su gran discreción. El modelo, entrenador personal y aspirante a estrella de Hollywood durante años no quiso pronunciarse públicamente acerca de la tutela que Jamie Spears, el padre de la artista, ha ejercido sobre la cantante desde 2008 y hasta finales del pasado septiembre. Sin embargo, este 2021 ha roto su silencio en favor del movimiento #FreeBritney. En febrero, un día después de estrenarse el documental Framing Britney Spears, producido por The New York Times, dijo en la revista People: “Siempre he querido lo mejor para mi media naranja y seguiré apoyándola para que siga sus sueños y cree el futuro que quiere y se merece. Estoy agradecido por todo el amor y el apoyo que está recibiendo de sus seguidores de todo el mundo, y estoy deseando que tengamos un futuro normal e increíble juntos”.
Ahora bien, más llamativa fue la historia que, escasas horas más tarde, colgó en su cuenta de Instagram. Por primera vez, ante sus 2,2 millones de seguidores, compartió lo que piensa de su suegro: “Ahora es importante que la gente entienda que tengo cero respeto por alguien que intenta controlar nuestra relación y que constantemente nos pone obstáculos. En mi opinión, Jamie es un completo imbécil. No voy a entrar en detalles porque siempre he respetado nuestra privacidad, pero al mismo tiempo no vine a este país para no poder expresar mi opinión y mi libertad”.
Precisamente estas palabras cobran un nuevo sentido después de las informaciones que The New York Times publicó la semana anterior al fin de la tutela de la cantante. A través de ese artículo, y el documental Controlling Britney Spears, se supo que Jamie Spears obligaba a los novios de su hija a firmar un contrato de confidencialidad —según el diario, Asghari tuvo que hacerlo en 2020—. Y, asimismo, que las parejas de la intérprete de Gimme More tenían prohibido colgar en sus redes sociales cualquier publicación referente a Spears sin el consentimiento escrito del propio Jamie. Dicha cláusula llama enormemente la atención. En especial, porque ambos jamás han escondido su amor en Instagram.
Pese a esa presencia en redes, lo poco que se conoce de la vida de Asghari es por las contadas entrevistas que ha concedido. Ni siquiera cuenta con una página propia en Wikipedia. Nacido el 4 de marzo de 1994 en Teherán, Irán, se sabe que tiene tres hermanas mayores y que con dos años su padre, Mike, se trasladó a Los Ángeles (California) para trabajar como conductor de grúas con la esperanza de que la familia al completo pudiera reunirse con él en Estados Unidos. En 2006, al fin, Asghari pudo tomar ese ansiado avión. Sin embargo, tal como narró en marzo en Forbes, no todo fue fácil: “Dejé a mis familiares atrás en ese momento porque todavía estaban pasando por el proceso de verificación y de inmigración del FBI. Dejé atrás a mis hermanas y a mi madre. Venir aquí, con un idioma completamente diferente, fue un choque cultural. No hablaba ni una palabra de inglés, pero siempre tuve una mentalidad positiva”.
Al principio todo hacía pensar que iba a enfocar su carrera en el fútbol americano, ya que eso mismo le hizo entrar en la Universidad de Nebraska-Lincoln. Pero, después de que le echaran repentinamente del equipo, y por consiguiente de perder una beca, se vio obligado a volver a Los Ángeles. En 2013, mientras compaginaba sus estudios de Derecho Penal con tres trabajos precarios —en la tienda de electrónica Best Buy, como representante de ventas en la cadena de gimnasios Gold’s Gym y, de noche, ejerciendo de portero de discoteca—, tocó fondo. Sobre todo porque al no disponer de tiempo material para practicar deporte dejó de reconocerse en el espejo. “Comía Doritos para desayunar, comida rápida, azúcar, dulces, muchos carbohidratos y bebía refrescos azucarados. Mi alimentación era horrible. El estrés y el miedo a no ir a ninguna parte en la vida se juntaron para provocarme una depresión. Tenía que volver a empezar”, rememoró en 2018 en Men’s Health. Por ello, con 19 años se apuntó a un curso de nutrición y entrenamiento personal. En apenas seis meses perdió 45 kilos. Esa transformación física le llevó a crear su propio negocio por internet, Asghari Fitness, donde sigue ofreciendo entrenamientos personalizados y consejos de nutrición en línea.
En 2015, alentado por su hermana Faye —para entonces su familia ya había conseguido mudarse a Estados Unidos—, hizo sus pinitos como modelo desfilando para Michael Costello. Aunque si un año marcó un antes y un después en la vida de Asghari ese fue 2016. Pocos meses después de participar en el videoclip Work from Home del grupo musical femenino Fifth Harmony, volvió a ponerse delante de las cámaras en Slumber Party, de Britney Spears. “Estaba emocionado de poder conocer a una de las mayores artistas de todos los tiempos. Tenía mariposas en el estómago. Ella me dijo: ‘Hola, soy Britney’. Y yo le respondí: ‘Lo siento. ¿Cómo te llamas?’. Intenté ser gracioso”, contó en Men’s Health. La broma surtió efecto. No solo se intercambiaron los teléfonos antes de concluir el rodaje, sino que agendaron una cita para cenar sushi. El resto es historia.
“Lo que más amo de mi relación es el hecho de que es muy normal. No es glamurosa ni nada por el estilo. Ella me inspira en mi trabajo y puedo darle mucho yendo al gimnasio, yendo al trabajo, teniendo una vida equilibrada. Podemos inspirarnos el uno al otro aquí y allá y realmente crecer juntos”, confesó en septiembre de 2019 en el programa Entertainment Tonight, donde ya dejaba la puerta abierta a una posible boda. Finalmente, el pasado 13 de septiembre ambos oficializaron la noticia mostrando sus anillos de compromiso en Instagram. “Quiero llevar mi relación al siguiente paso. No me importa ser padre. Quiero ser un padre joven”, avanzó Asghari en Forbes. Ahora que se ha puesto fin a la custodia de Britney, su sueño podría materializarse en breve.
De todos modos, Asghari continúa teniendo una cuenta pendiente: ser el nuevo Dwayne Johnson, La Roca. Tras haber conseguido algunos papeles menores en las series Navy: Investigación criminal, The Family Business, Hacks o Black Monday, acaba de confirmarse que participará en la próxima temporada de Dollface, protagonizada por Kat Dennings y producida por Margot Robbie. Independientemente de que triunfe o no como actor, tiene muy claras sus prioridades. “La fama no es un trabajo, así que no quiero tomármela demasiado en serio. Y no creo que eso vaya a cambiar nunca, para ser sincero“, aseveró en Men’s Health. “No quiero jugar ni con mi felicidad ni con mi espíritu. Ninguna fama en el mundo vale eso”.