Warren Buffett, actor clave en el matrimonio y la fundación de Bill y Melinda Gates
El millonario, íntimo del fundador de Microsoft, es el tercer administrador de la organización benéfica de la ya expareja, que tuvo una reunión con él poco antes de anunciar su divorcio
Los millonarios también necesitan amigos. Incluso los multimillonarios. Todos buscan un guía, un mentor y alguien que les apoye en sus proyectos. Y en el caso de Bill Gates ese es el empresario y filántropo Warren Buffett. El fundador de Microsoft, de 65 años, es íntimo del presidente de Berkshire Hathaway, de 90, con el que hace décadas comparte confidencias y millones. Pero también ideas solidarias. Tanto es así que Buffett es el tercer administrador...
Los millonarios también necesitan amigos. Incluso los multimillonarios. Todos buscan un guía, un mentor y alguien que les apoye en sus proyectos. Y en el caso de Bill Gates ese es el empresario y filántropo Warren Buffett. El fundador de Microsoft, de 65 años, es íntimo del presidente de Berkshire Hathaway, de 90, con el que hace décadas comparte confidencias y millones. Pero también ideas solidarias. Tanto es así que Buffett es el tercer administrador de la fundación de Bill y Melinda Gates, porque fue una de las primeras que personas que apostó por ese nuevo desarrollo solidario. Y también fue de los primeros en conocer que el matrimonio, tras 27 años casados, se separaba, como anunciaron a principios de mayo.
Buffett se reunió con Bill y Melinda pocos días antes de que ellos anunciaran su separación. Además de los encuentros que puedan tener en privado, la pareja mantiene uno oficial con él cada año porque Buffett es el tercer administrador de su fundación benéfica. Y fue pocos días después de esa reunión cuando los Gates hicieron público su divorcio, algo que no han dejado en absoluto al azar, según explica el diario The New York Times en un amplio reportaje sobre la pareja publicado este fin de semana. “Al esperar hasta después de su reunión anual, le ahorraron a Warren tener que lidiar con ello”, explicó uno de los empleados de la fundación al diario neoyorquino.
Buffett cumplirá 91 años el próximo verano y, cuando el pasado agosto llegó a los 90, el fundador de Microsoft le quiso rendir un pequeño homenaje en sus redes sociales preparándole una inmensa tarta de chocolate rodeada de galletas Oreo “en honor a sus preferencias nutricionales”. Algo que acompañó con una carta que arrancaba con este mensaje: “De todas las cosas que he aprendido de Warren Buffet (y han sido muchas), la más importante podría ser sobre qué trata la amistad. Aquí los motivos por los que es una persona que admiro y quiero”.
La relación entre Gates y Buffett se remonta a 1991, cuando se conocieron, y se ha asentado tanto que, como revelaba el de Seattle en esa carta, en su despacho tiene dos números de teléfono guardados en marcación rápida: el de Melinda Gates y el del propio Buffett. De hecho, fue él quien le dio una cierta configuración a la filantropía del matrimonio tal y como es ahora. Su organización se creó hace más de 20 años. Melinda Gates asumió más tareas que su esposo, dedicado entonces y hasta 2008 a Microsoft, aunque ella mantenía un perfil bajo. Sin embargo, en 2006 Buffett decidió donar 31.000 millones de dólares a la fundación (que ya contaba con un fondo de otros 30.000). Entonces Buffett poseía 44.000 millones y esa donación suponía el 70% de su fortuna. Donó otro 15% más de la misma a otras cuatro fundaciones y ya ha anunciado que pretende dar de forma solidaria hasta el 99% de la misma.
Entre sus alabanzas, Bill Gates afirma que su amigo —con una fortuna estimada por Forbes en 90.320 millones de euros— tiene “un inquebrantable sentido del bien y el mal”, así como “un ojo increíble para el talento”: “Compra grandes negocios manejados por gente brillante, y les da autonomía para tomar sus propias decisiones”. Además, afirma que uno de los aprendizajes que le han marcado de Buffett fue cuando le dijo que era “importante unirse a gente que es mejor que tú misma”. “Los amigos que tengas te harán recorrer la vida de un modo. Haz buenos amigos, mantenlos el resto de tu vida, pero logra que sean personas a las que admiras y que te gustan”, le dijo. “Esa es la descripción perfecta de lo que opino de Warren”, afirma Gates.
Desde aquel acto de cesión de su fortuna de hace ya 15 años, Buffett ha estado vinculado al matrimonio y también a su fundación, pero siempre en un discretísimo segundo plano, muy por detrás de Bill y Melinda. Fue en esa donación de 2006 que firmaron en la Biblioteca Pública de Nueva York —uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad— cuando Melinda Gates empezó a tomar el rumbo de las acciones que querían asumir, dio un discurso público por primera vez y explicó que invertiría en microcréditos, agricultura y en la lucha contra enfermedades infecciosas, además de la igualdad de la mujer.
Ella misma ha explicado que ese momento fue clave para su desarrollo y, como explican varios colaboradores suyos, fue ahí donde se vio capacitada para hacerlo y aceptó la posición de liderazgo en la que la ponía darle tal empujón financiero y social a la fundación. “Vio claro que tenía que usar su voz a favor de las mujeres”, dice una doctora que trabaja con ella desde 2008. Una voz que en algunas ocasiones le ha causado problemas al matrimonio. Melinda explicaba en su biografía sus desencuentros con su marido a causa de la carta anual que ambos envían, una especie de memorando de sus proyectos. “Creía que nos matábamos el uno al otro. Pensé que era el final de nuestro matrimonio”, decía sobre la misiva de 2012. La de 2013 la firmó él solo y ella aportó un pequeño texto. “La cosa se calentó, los dos nos enfadamos. Fue una gran prueba. Tardamos un tiempo en solventarlo”.
Otros de los aspectos de su relación que podían dar pistas sobre su separación era que ambos ya tenían proyectos completamente separados en sus fundaciones (hasta con nombres distintos: Pivotal Ventures el de ella, fundada en 2015; Gates Ventures el de él, fundada en 2018; ) e intereses distintos. Además, fuentes cercanas afirman que la mayor madurez de sus hijos (Jessica tiene 25, Rory 21 y Phoebe 18) también les han influido a la hora de tomar caminos separados.
Ahora queda por ver cómo afecta esta reestructuración familiar a su fundación, y si los tres jóvenes Gates también entran en ella. De hecho, la organización filantrópica también se enfrenta a cambios tras la muerte del padre de Gates el pasado septiembre —era miembro del consejo de administración— y con la futurible marcha de Buffett, dada su edad. Por ahora, mientras que este sigue siendo apoyo y mentor de Bill Gates, Melinda tiene otro espejo donde mirarse: el de Mackenzie Scott (antes Bezos). La exesposa del fundador de Amazon es la mujer más rica del mundo y está destinando sus 53.000 millones de dólares (unos 44.450 millones de euros) a proyectos sociales de más de 100 organizaciones de diversos ámbitos.