“Ese chico no es mi hijo”: Pepe Navarro busca salida legal a la encrucijada por su paternidad
El expresentador asegura que dos pruebas de ADN acreditan que él no tuvo un hijo con Ivonne Reyes
Pepe Navarro (69 años), quien fuera presentador del programa de televisión Esta noche cruzamos el Mississippi –que alcanzó altas cotas de audiencia en la franja nocturna durante los apenas dos años en que se emitió, de septiembre de 1995 a julio de 1997–, está sumido desde hace más de una década en un conflicto con la exmodelo Ivonne Reyes, de 53 años. El enfrentamiento se debe al litigio por la paternidad de Alejandro Reyes (22 años). El Tribunal Supremo confirmó en 2017 la sentencia de un juzgado de Madrid qu...
Pepe Navarro (69 años), quien fuera presentador del programa de televisión Esta noche cruzamos el Mississippi –que alcanzó altas cotas de audiencia en la franja nocturna durante los apenas dos años en que se emitió, de septiembre de 1995 a julio de 1997–, está sumido desde hace más de una década en un conflicto con la exmodelo Ivonne Reyes, de 53 años. El enfrentamiento se debe al litigio por la paternidad de Alejandro Reyes (22 años). El Tribunal Supremo confirmó en 2017 la sentencia de un juzgado de Madrid que había declarado la paternidad del expresentador ante la negativa de este a someterse a una prueba de filiación tras la demanda interpuesta por Yvonne Reyes contra Navarro en 2009.
Tras el fallo judicial, otro juez le impuso el pago de una pensión mensual de alimentos de 600 euros. La decisión se recurrió ante la Audiencia Provincial de Madrid, que elevó la cantidad en 200 euros. Con los años, Alejandro también ha desfilado por los platós de televisión: fue concursante de Supervivientes, de Tele 5. Además ha trabajado como modelo.
Andrea Navarro, hija del presentador, buscó a un detective tras el fallo judicial. Este se hizo con un tenedor que Alejandro supuetamente había usado en un bar y el cubierto fue enviado al centro LabGenetics para analizar el ADN adherido a él. El informe del laboratorio, fechado el pasado mes de noviembre, excluía que Pepe Navarro fuera padre de la persona a la que pertenecía la muestra presuntamente tomada del tenedor. También Ivonne Reyes, según Navarro, acudió a un detective, que se hizo con una taza de café al parecer utilizada por el expresentador en un bar. El resultado de esta otra prueba fue el mismo, según asevera Navarro, que insiste en que no es el padre “de ese chico”. Ivonne Reyes, sin saberlo, recurrió al mismo laboratorio al que Pepe Navarro llevó el tenedor.
Con el resultado de la prueba biológica, Andrea, la hija de Navarro, intentó que el Supremo revisara la sentencia en la que confirmaba la paternidad del expresentador. Pero el alto tribunal rechazó la pretensión por cuestiones de procedimiento, sin entrar en el fondo del asunto. Ni la hija había sido parte en el proceso, sostuvo el tribunal, ni se cumplían los requisitos del artículo 510 de la Ley de Enjuiciamiento Civil que permiten anular una sentencia ya firme. El Supremo señaló también que las supuestas pruebas que ahora se esgrimen debieron haberse presentado en el momento procesal oportuno. Como el expresentador se negó a someterse a los test correspondientes cuando tuvo la oportunidad, jurídicamente el hijo es suyo. Según fuentes del Supremo, este asunto ha quedado judicialmente zanjado.
Navarro admite ahora su error: “Me equivoqué, debí hacerme la prueba de ADN, pero entonces entendía que no debía prestarme a una farsa, sin ni siquiera haber indicios. De hecho, las dos pruebas de ADN que existen sobre este asunto revelan que no soy el padre. Aun así, Ivonne Reyes no se ha cansado de dar entrevistas y cobrar por ello: en estos años ha podido obtener cerca de un millón de euros”, calcula Navarro.
Con su abogado, Víctor Sunkel, no para de darle vueltas a la encrucijada en la que se encuentra. “Debe haber una fórmula jurídica que permita aclarar la verdad, porque la cuestión es que no es mi hijo”. Navarro interpuso hace tres años una demanda para modificar la pensión que debía pagar a Alejandro. El juicio se celebró hace unas semanas. Alejandro, ya emancipado, evitó acudir a la cita judicial y renunció a la pensión. Ivonne Reyes dejó entrever que la renuncia era una aproximación entre padre e hijo. Navarro desmiente cualquier acercamiento y lo atribuye a una estrategia de la defensa para evitar que, con ocasión de este procedimiento, pueda originarse un nuevo proceso al que puedan aportarse los informes de paternidad ahora disponibles. Este periódico ha intentado, sin éxito, recabar la versión de Ivonne Reyes y de su abogada.