Regé-Jean Page, el duque de ‘Los Bridgerton’, reconocido por ‘Time’ como persona influyente
El actor vive un momento de gran fama gracias a la serie de Netflix mientras firma como protagonista de ‘Dragones y mazmorras’ y se baraja su candidatura para ser James Bond
El actor Regé-Jean Page, que interpreta al aristócrata Simon Basset en la ficción de Netflix Los Bridgerton, se ha convertido en el rostro más popular del momento. Prácticamente desconocido hasta la fecha, protagoniza los ocho capítulos de la primera temporada junto a Phoebe Dynevor, que interpreta a Daphne Brid...
El actor Regé-Jean Page, que interpreta al aristócrata Simon Basset en la ficción de Netflix Los Bridgerton, se ha convertido en el rostro más popular del momento. Prácticamente desconocido hasta la fecha, protagoniza los ocho capítulos de la primera temporada junto a Phoebe Dynevor, que interpreta a Daphne Bridgerton, y ahora su nombre se baraja como el nuevo James Bond. A esta corriente de popularidad se suma ahora haber sido reconocido por la revista Time como una de las personas más influyentes de 2021. “Completamente sin palabras. Pero, afortunadamente, Shonda siempre tiene las mejores. Gracias, @shondarhimes Gracias @TIME y gracias. Es un momento emocionante”, dijo al ser seleccionado por la revista. En paralelo ha sido confirmado para un papel protagonista en la película de Dragones y mazmorras, una adaptación del mítico juego de rol en la que también confirmados Chris Pine, Michelle Rodríguez, Justice Goldstein y John Francis Daley. Por todo ello su popularidad también se nota en las redes sociales donde en apenas unos meses ha pasado de tener 34.000 seguidores a tener más 5 millones.
El actor ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el Reino Unido, país donde nació y donde ahora vive con su novia Emily Brown, una escritora de 30 años que trabaja como freelance para firmas como Nike, Converse y Uber. Su afición por el deporte va más allá, ya que también juega al fútbol, concretamente en el equipo FBB Warrior del suroeste de Londres. La pareja convive en una casa que compraron juntos en la capital en febrero del año pasado, unos meses después de que terminara la grabación de la primera y exitosa temporada de Los Bridgerton.
El actor, sin embargo, cuando era niño se mudó a Zimbabue. Es el tercero de cuatro hermanos, su madre es una enfermera originaria del país africano y su padre un predicador británico, por lo que desde niño ha vivido el racismo en un país donde los matrimonios interraciales no estaban aceptados socialmente. Por ello ha expresado en más de una entrevista que la representación de personas con distintos tonos de piel en Los Bridgerton le complace sobremanera. En la revista Square Mile, Page dijo: “No ayuda en nada cuando la gente dice que no ve el color (de la piel) … Por favor, hazlo, porque si no lo haces, no me ves. Y no ves el modo en el que camino por el mundo, ni comprendes las conversaciones que estamos teniendo sobre el color, porque para ti no existe”. Además, en otra charla afirmó que trataba de “romper los límites de lo que se considera ‘normal’ y eliminar las etiquetas”.
Tras regresar a Londres, en su adolescencia Page montó un grupo de música punk con su hermano y se tiñó el pelo de verde. El arte le llamaba y decidió estudiar en la prestigiosa Drama Centre London, una escuela de la que han salido alumnos como Colin Firth, Pierce Brosnan, Emilia Clarke o Michael Fassbender. Tras su graduación en 2013 llegaron las primeras obras de teatro, como una aclamada adaptación por parte de Jonathan Munby de El Mercader de Venecia en el teatro Shakespeare’s Globe en 2015.
Tras varios papeles secundarios, su oportunidad para incorporarse al universo de Shondaland —como se llama al universo de Shonda Rhimes, la creadora de Anatomía de Grey o Scandal— le llegó en 2018, con la incorporación a la serie For the people, una ficción de abogados producida por Rhimes. Ese fue su momento para que la todopoderosa productora se fijara en él.
El actor ha contado que para su papel en Los Bridgerton tuvo que seguir una dura preparación. “La pregunta es más bien: ¿hubo alguna habilidad que no tuviera que aprender? Bailar, montar a caballo, boxear, dicción e historia y costumbres del periodo Regencia. Este papel exigió muchísima preparación, tanto física como académica. Mi parte favorita de este trabajo es poder aprender cosas sobre el mundo que me rodea entrando y jugando en él. Lo de montar a caballo fue divertidísimo. Solo había montado una vez en Texas hacía tres años, ¡y resulta que cabalgar caballos texanos no tiene nada que ver! Mi diplomacia ecuestre internacional está en pañales”, ha explicado.