La tragedia azota a la familia Getty con una nueva muerte
El músico John Gilbert Getty, de 52 años, nieto del magnate petrolero, fue hallado en una habitación de hotel. Su fallecimiento se suma a otros dramas vividos por la multimillonaria familia
John Gilbert Getty, nieto del magnate petrolero J. Paul Getty, murió el pasado viernes en San Antonio, Texas. Tenía 52 años, se dedicaba a la música como su padre, el compositor Gordon Getty, y por el momento se desconocen las causas del fallecimiento, que ocurrió después de que fuera encontrado inconsciente en la habitación de un hotel. La policía investiga el suceso y está pendiente del resultado de la autopsia para esclarecer los hechos aunque por ahora, como ha informado el medio estadounidense ...
John Gilbert Getty, nieto del magnate petrolero J. Paul Getty, murió el pasado viernes en San Antonio, Texas. Tenía 52 años, se dedicaba a la música como su padre, el compositor Gordon Getty, y por el momento se desconocen las causas del fallecimiento, que ocurrió después de que fuera encontrado inconsciente en la habitación de un hotel. La policía investiga el suceso y está pendiente del resultado de la autopsia para esclarecer los hechos aunque por ahora, como ha informado el medio estadounidense TMZ, no se sospecha que se trate de un suicidio.
La noticia se ha conocido a través de un representante que ha actuado en nombre de Gordon Getty: “Con el corazón apesadumbrado Gordon Getty anuncia la muerte de su hijo, John Gilbert Getty. John era un músico talentoso que amaba el rock and roll. Lo extrañaremos profundamente. Deja atrás a su hija, Ivy Getty, a quien amaba sin medida, y a sus hermanos Peter y Billy. Su otro hermano, Andrew, falleció antes que John y su madre, Ann Gilbert Getty murió el pasado septiembre”.
La única hija del músico también ha realizado una conmovedora publicación en su cuenta de Instagram este mismo fin de semana en la que lamentaba las circunstancias de la muerte de su padre y le rendía un cariñoso homenaje. “Odio publicar algo tan pronto, pero la gente se ha encargado de compartir la noticia que desearía haber podido publicar yo misma”, decía junto a unas imágenes en las que aparece junto a su progenitor. “Mi padre fue increíble, el hombre más genial que jamás haya aterrizado en este planeta y yo siempre seré la hija más orgullosa. Te quiero mucho papá... la vida es cruel a veces... No tengo uno, sino dos ángeles guardianes cuidándome ahora... Aquí están algunas de mis fotos favoritas de él (y egoístamente un par de nosotros)”.
Otros miembros de la familia realizaron comentarios sobre la pérdida y haciendo mención a esos dos ángeles que les protegen y que se supone se refieren también a Andrew Rork Getty, hermano del músico fallecido este viernes y que como él fue encontrado muerto en su casa de Los Ángeles en 2014 cuando tenía 47 años.
Sobre los dos hermanos se conoce poco más allá de que son dos de los descendientes de J. Paul Betty, el petrolero multimillonario que dejó una fortuna familiar que se calcula actualmente en unos 5.000 millones de dólares (más de 4.200 millones de euros) y cuya colección de arte sirvió de base para la creación del Museo Getty en Los Ángeles. Su hijo, Gordon, progenitor a su vez de los dos hermanos fallecidos, además de compositor y filántropo, ayudó a vender el negocio de su padre, Getty Oil, tras la muerte del multimillonario en 1973, según publicó The New York Times y una vez se convirtió en el único benefactor del fideicomiso de la familia, organizó la división del mismo en otros seis fideicomisos separados. A él la revista Forbes le atribuye un patrimonio neto de 2.100 millones de dólares y fundó en 1995, junto al gobernador de California Gavin Newson, PlumpJack Winery, un viñedo de calidad en el valle de Napa. Su trayectoria personal tampoco ha escapado a la controversia. Hasta 1999 mantuvo una existencia discreta en San Francisco donde vivía con su esposa y sus tres hijos, pero en ese momento se supo que mantenía una doble vida y que durante 10 años había mantenido una relación paralela con una mujer llamada Cynthia Beck con quien tuvo tres hijas a las que terminó teniendo que reconocer después de que la madre le demandara ante los juzgados.
La muerte de John Gilbert Getty no es la primera tragedia que azota a la multimillonaria familia que a lo largo de la historia ha estado plagada de infortunios pese a la inmensa fortuna acumulada. Secuestros, suicidios, muertes por sobredosis, hijos ilegítimos... forman parte también del devenir de este apellido relacionado en todo el mundo con el petróleo, el arte y el dinero.
J. Paul Getty nació en Minnesota en 1982 hijo de un empresario que ya se había hecho rico con el petróleo. Él mismo empezó a acumular su propia fortuna en California en las primeras décadas del siglo XX. Adquirió pequeñas compañías petroleras y las fue fusionando hasta crear Getty Oil Co. y convertirse él mismo en el hombre más rico de Estados Unidos, según le ungió la revista Forbes. Pero el éxito empresarial no corrió paralelo al personal: se casó cinco veces, tuvo numerosas amantes y cinco hijos, de los cuales dos murieron a edades muy tempranas, uno de ellos en 1958 a los 12 años a causa de un tumor cerebral y otro en 1973 en lo que pareció un suicidio. Antes, en 1971, Talitha Pol, la segunda esposa de su hijo J. paul Getty Jr., había fallecido por una sobredosis de heroína.
Él murió en 1976, distanciado de sus hijos a quienes nunca trató de forma muy cercana y decidido a no dejarles su fortuna, que destinó en su mayor parte a la creación del Museo Getty. Los herederos tuvieron suerte de que la madre del multimillonario dejara un fondo fiduciario para sus nietos en acciones de Getty Oil Co., un paquete que según la revista Forbes, se valoró en la década de los años ochenta en más de 4.000 millones de dólares.
Con todo la más conocida de las tragedias familiares fue el secuestro en Roma de J. Paul Getty III cuando tenía 16 años, por quien una banda criminal exigió un rescate de más de 17 millones de dólares. Tres meses duraron las negociaciones porque el padre del joven no pudo conseguir la cantidad que le exigían y el abuelo se negó a ayudarle alegando que si pagaba, sus otros 14 nietos podían ir detrás. Ni siquiera cedió cuando los secuestradores enviaron a un diario local una oreja del joven y amenazaron con matarlo. Finalmente la familia pagó 2,8 millones y el nieto del duro petrolero fue liberado. Ocho años después de recuperar su libertad, el joven, adicto a las drogas y el alcohol, sufrió un ataque que lo dejó tetrapléjico y casi ciego. Murió en 2011 cuando tenía 54 años y había pasado casi tres décadas en una silla de ruedas.