La encrucijada de papá Pau Gasol

El baloncestista español más laureado de la historia medita su futuro. En lo personal vive feliz tras el nacimiento de su hija y pendiente de la familia de Kobe Bryant

Pau Gasol, Catherine McDonald y su hija, Elisabet Gianna Gasol.
Madrid -

Igual que para el mundo entero, 2020 no ha sido una excepción para Pau Gasol y está siendo uno de los años más convulsos de su vida. En lo personal, el jugador atraviesa un momento de felicidad. En julio cumplió 40 años y lo celebró junto a su mujer, Catherine McDonnell, mientras esperaban...

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Igual que para el mundo entero, 2020 no ha sido una excepción para Pau Gasol y está siendo uno de los años más convulsos de su vida. En lo personal, el jugador atraviesa un momento de felicidad. En julio cumplió 40 años y lo celebró junto a su mujer, Catherine McDonnell, mientras esperaban el nacimiento de su primera hija. Llegó al mundo el mes pasado, y se llama Elisabet Gianna, un nombre que es un homenaje y al mismo tiempo el recuerdo del episodio más triste que ha vivido Gasol este año. La pequeña se llama como la hija de Kobe Bryant que murió junto a él en un accidente de helicóptero en Los Ángeles el 26 de enero. Un hecho que ha marcado al baloncestista español más importante de la historia. Al barcelonés le unía una fuerte amistad con Bryant, y por ello está muy pendiente de la familia del legendario jugador de los Lakers. Gasol le homenajeó esta misma semana, cuando el equipo californiano conseguía su decimoséptimo título de la NBA. “Este es para ti hermano, para ti Gianna, para Vanessa, para Natalia, para Bianka y para Capri”, proclamó. Muchas emociones en un momento clave en la trayectoria del pívot. Tras año y medio fuera de las canchas por lesión, ha comunicado que el mes que viene decidirá si se retira o si opta por recuperarse del todo para jugar con España en los próximos Juegos Olímpicos.

Pau Gasol, con su esposa.

La familia es la mayor prioridad para Pau Gasol. Más aún desde el nacimiento de Elisabet Gianna el pasado 10 de septiembre, acontecimiento que el deportista y su esposa, Catherine, compartieron a través de las redes sociales. “¡Nuestra pequeña ya está con nosotros! ¡Todo ha ido muy bien y no podemos estar más felices! Elisabet Gianna Gasol, un nombre con mucho significado para nuestra preciosa hija”, anunciaron. La niña vino al mundo el mismo día en que sus padres celebraban dos años de su compromiso matrimonial. Pau ha contado que es muy buena, que está sana y duerme bien. La pandemia del coronavirus ha propiciado que Gasol haya pasado más tiempo con su mujer durante estos meses, viviendo de cerca el embarazo de McDonnel, financiera californiana de 31 años con la que reside en una impresionante casa cerca de algunos de los mejores campos de golf en el área de San Francisco. Ella ha vuelto a jugar a este deporte apenas unos días después de dar a luz, y él ha querido acompañarla. La faceta más familiar de Pau durante el último año ha influido en cómo le ha afectado la muerte de Kobe Bryant, y en la forma de volcarse con la familia de su amigo.

Gasol dejó los Lakers hace seis años pero siempre ha seguido vinculado al equipo que le proporcionó algunos de sus mayores éxitos y de sus mejores amigos. Entre ellos, Kobe. Pau consideraba a Bryant como su mentor, casi un hermano mayor. Junto a él consiguió dos anillos de campeón de la NBA, y forjaron una enorme amistad. La trágica pérdida de la mamba negra sigue muy presente en su día a día, y el catalán está en permanente contacto con Vanessa, la esposa de Bryant, y sus hijas. Una familia rota para la que el español es un miembro más. Las hijas de Kobe le llaman “tío Pau”, y él pasa tiempo con ellas siempre que puede. Compartieron una jornada de navegación durante las vacaciones de verano, y llamar a su primera hija Gianna ha sido la prueba definitiva del recuerdo imborrable que guarda de su amigo y maestro. La muerte de Bryant no ha sido el único mazazo personal que ha vivido Pau en este año agridulce. También ha llorado la desaparición de otros dos buenos amigos, el escritor Carlos Ruiz Zafón y el músico Pau Donés.

El confinamiento, que Gasol pasó en su casa de California, le ha servido al deportista para replantearse su recuperación y enfocar su actividad diaria a actividades solidarias, como recabar fondos contra la pandemia. “Ante la adversidad hay que identificar las oportunidades y cómo aprovechar el tiempo para dedicarte a cosas positivas”, anunció hace unos meses, en un momento en el que tuvo que modificar su plan de regreso de una lesión que le ha alejado de las canchas desde marzo de 2019. “Esta pandemia, dentro de todo lo malo que nos ha traído, me está dando un poco más de margen para recuperar ese pie, y la progresión está siendo positiva. En el próximo mes o mes y medio, descubriré si puedo volver a competir”, declaró en una entrevista este verano, en la que aseguró que si “hay alguna complicación o las cosas no van como tendrían que ir”, confirmaría el fin de su carrera deportiva. Ahora parece que apurará hasta diciembre, ya que su sueño es despedirse jugando y, a ser posible, defendiendo los colores de España en los Juegos Olímpicos de Tokio el próximo verano. Pau Gasol solo piensa en tener una retirada a la altura de su trayectoria, la del mejor jugador de baloncesto de la historia de España. Una despedida que quiere que sea en una cancha.

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