Tamara Falcó ya ha solicitado formalmente el título de marquesa de Griñón que le dejó su padre
La hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó asegura que no ha existido polémica alguna con ninguno de sus hermanos: “No tengo miedo, solo la responsabilidad de hacerlo bien”
Faltan pocos meses para que Tamara Falcó, aquella niña simpática que creció ante las cámaras y que hoy es una estrella televisiva a punto de cumplir 39 años, se convierta en marquesa. Marquesa de Griñón, como ...
Faltan pocos meses para que Tamara Falcó, aquella niña simpática que creció ante las cámaras y que hoy es una estrella televisiva a punto de cumplir 39 años, se convierta en marquesa. Marquesa de Griñón, como estipuló su padre, Carlos Falcó, en su testamento. Un título que, como confiesa, ha sido toda una sorpresa.
Tamara Falcó ha hablado largamente de ello, explicando las sensaciones que le produjo que esa fuera la última voluntad de su padre. Para ella, es un título que le hace especial ilusión porque su padre lo ostentaba desde que tenía 16 años y se le conocía por ese nombre, Griñón. Lo ha contado por primera vez en una larga entrevista con la revista ¡Hola!, cuya portada ocupa, junto a nada menos que ocho páginas interiores.
“A mi padre lo quería, lo admiraba y lo respetaba. Solo quiero llevar a cabo una buena labor. No tengo miedo, sino que siento las responsabilidades de hacerlo bien”, asegura Tamara nada más empezar la charla con la publicación, explicando a lo largo de la misma que le echa de menos porque fue “una bendición” en su vida. Su padre poseía más títulos, pero era conocido popularmente por este, heredado de la rama materna de su familia y creado hace casi 160 años por Isabel II, que es el que quiso dejar a su hija. Cuando lo reciba, será VI marquesa de Griñón.
Tal y como explica la joven, el proceso —que durará unos meses— tiene una carga personal para ella. “Está siendo todo muy emotivo, he solicitado el título con el máximo respeto y, al mismo tiempo, con el deseo de hacer un buen trabajo. Aún, a día de hoy, es como que el título le corresponde a él, pero es algo que ahora compartiremos y siempre nos unirá. Es lo bonito de los títulos, que pasan de generación en generación. Y este era el de mi padre”, confiesa.
Además de honrar su memoria con la aceptación del título, Tamara Falcó busca hacerlo poniendo en valor el legado de su padre en Castilla-La Mancha, así como siguiendo sus pasos a través de una estrecha vinculación con la cultura, como con su implicación en el Teatro Real o con la alta gastronomía. También cuenta que, aunque no pudo estar con él presencialmente cuando falleció, sí habló con él “hasta el último momento”. Entonces se refugió sobre todo en su madre, que “ha perdido amigos muy queridos", y sobre todo en su hermana Ana Boyer.
Según relata la joven, ella desconocía cuáles eran las últimas voluntades de su padre. “Lo cierto es que me hizo muchísima ilusión, pero no sabía lo que había dispuesto mi padre. Ahora, algunos amigos me dicen que él lo había dejado entrever en alguna ocasión pero a mí, desde luego, nunca me lo había dicho”, asevera. Al parecer, fue lo primero que supieron en la lectura del testamento. La sorpresa fue tal que pensó “que había escuchado mal”: “Hasta el día de hoy, sigo sin creérmelo”. Pero eso no significa que fuera a renunciar a él: “No se me pasó por la cabeza”.
Explica Falcó que para su padre el título era una responsabilidad, “como una encina milenaria que no te pertenece, sino que tienes que cuidarla bien para la próxima generación”. “Comprendo que haya personas para las que no tiene ningún significado, pero para mí sí lo tiene y estoy muy contenta de que mi padre me lo haya dejado”, afirma. En lo que no entra demasiado es en el resto de la herencia, en la que, afirma, están todos involucrados.
Otra de las cuestiones que quiere aclarar la hija de Falcó y de Isabel Preysler es que este título no le ha supuesto “ningún problema” con su hermano mayor y heredero del legado de su padre, Manuel, con quien mantiene una relación “buenísima”, ni tampoco con Xandra o con los pequeños Duarte y Aldara: “Nos llevamos todos muy bien y fue gracias a mi padre”. Manuel y Xandra son los hijos mayores del fallecido marqués, fruto de su primer matrimonio junto a Jeannine Girod, mientras que Duarte y Aldara lo son del tercero, junto a Fátima de la Cierva. Con su cuarta esposa, Esther Doña, Carlos Falcó no tuvo descendencia. Tamara Falcó apenas habla de ella en la entrevista, y solo dice mantener una relación de “respeto”.
Falcó explica que, pasados algo más de seis meses de la muerte de su padre, acaecida el 20 de marzo, ya se decidió a solicitar formalmente el título, aunque no tiene prisa ni sabe cuánto puede tardar. Presentó la petición oficial el pasado 2 de octubre en lo que, para ella, “significa cumplir la última voluntad” de su padre, además de un honor. Para ello, ha tenido que seguir unos pasos legales, pero no implica que vaya a mantener una audiencia con el rey Felipe VI: “Él firma y ya esta, no me encuentro con él ni, como en las pelis, te toca los hombros por la espalda”, ríe la futura aristócrata.
Explica en la charla Tamara Falcó los dos motivos por los que se ha decidido a solicitar el título tras este tiempo. “Me hubiera gustado esperar al funeral, que estaba planeado para finales de septiembre, y haberlo solicitado después, porque creo que haberle hecho un funeral bonito, con todos sus amigos, habría sido una forma de honrarle. Pero ya que no se ha podido, debido a la situación actual que tenemos en Madrid, he tomado la decisión”, explica Falcó sobre el momento de pedir el título. “Creo que ha pasado un tiempo prudencial desde que falleció mi padre y, por otro lado, también hay un tiempo en el que parece que lo tienes que solicitar porque, si no, se da por supuesto que no tienes interés”.