El espíritu de Jesús Hermida vuelve de la mano de cuatro de sus alumnas
Nieves Herrero, Irma Soriano, Belinda Washington y Mariló Montero rememoran en el programa radiofónico ‘Madrid Directo’ el estilo del periodista que revolucionó la televisión en España
Hace ya cinco años que la voz de Jesús Hermida se apagó. El fallecimiento del periodista dejó huérfanos a los espectadores y también a sus alumnos, los conocidos como chicos y chicas Hermida. Para ellos fue un maestro, un hombre innovador y avanzado a su tiempo, una figura única en el mundo de la televisión y un profesional que se rodeaba de gente con talento. Supuso un antes y un después en sus vidas, como señala ...
Hace ya cinco años que la voz de Jesús Hermida se apagó. El fallecimiento del periodista dejó huérfanos a los espectadores y también a sus alumnos, los conocidos como chicos y chicas Hermida. Para ellos fue un maestro, un hombre innovador y avanzado a su tiempo, una figura única en el mundo de la televisión y un profesional que se rodeaba de gente con talento. Supuso un antes y un después en sus vidas, como señala Nieves Herrero: “Todo estaba en blanco y negro y al conocerle a él se llenó de color”. La presentadora, de 63 años, colaboró desde muy joven con Hermida y con el tiempo la relación profesional se convirtió en amistad. Su vínculo fue tan estrecho que la periodista se quedó con ganas de escribir sus memorias. Ahora le homenajea con la tertulia Ellas, en Onda Madrid, para la que ha reunido a varias chicas Hermida –Irma Soriano, Mariló Montero y Belinda Washington– como colaboradoras habituales a quienes se sumarán esporádicamente otras compañeras, entre ellas Consuelo Berlanga o Concha Galán.
Todos los viernes de 18.00 a 19.00, en el programa radiofónico Madrid Directo, las cuatro fijas abordarán diferentes temas y recordarán a quien fue su nexo. De hecho, durante el primer programa, emitido la semana pasada, no pudieron evitar emocionarse al escuchar la voz de Hermida. La idea de juntarse de nuevo profesionalmente fue de Nieves Herrero, que no se esperaba que sus compañeras aceptaran tan rápido la oferta. “No hay nada más bonito que volver a reencontrarte con aquellas personas con las que iniciaste esta aventura de la comunicación”, asegura en una entrevista telefónica con EL PAÍS, en la que cuenta que los pupilos del célebre periodista permanecen en contacto a pesar de que hayan transcurrido 30 años desde que se cruzaban en los pasillos de Antena 3 o Televisión Española. Se sienten como hermanos, intentan juntarse de vez en cuando y mantienen la relación a través de un grupo WhatsApp llamado Hermi, compuesto por 26 miembros que trabajaron delante y detrás de las cámaras. Del presentador aprendieron grandes lecciones de periodismo, como la naturalidad en pantalla, el sentido del ritmo y ver la noticia desde otra perspectiva.
Exigente consigo mismo y con los demás, Hermida no tenía ningún reparo en dar lecciones de humildad a aquellos que se mostraban presuntuosos. “Cuando veía a alguien mirándose excesivamente a un espejo, venía y decía: 'Oye, Nieves. Mañana este ya no sale”, recuerda Herrero sobre lo severo que era Hermida. Algo en lo que coincide Mariló Montero, de 55 años: “Ser la elegida te hacía estar bañada en oro. Pero Jesús se encargaba de recordarte que empezabas de cero”. A pesar de ser muy riguroso, también era benevolente y supo ganarse la confianza de sus alumnos. “Yo tenía fe ciega en él porque sabía que potenciaría mi talento”, relata Montero desde Sevilla, donde actualmente conduce los informativos de la noche de Canal Sur.
A pesar de la distancia, la presentadora se reunió con el resto de tertulianas en la capital para sacar las imágenes promocionales de este nuevo espacio radiofónico. Todas vestidas de blanco han querido emular a los Beatles cruzando Abbey Road —en su caso, un paso de peatones cercano a la sede de Telemadrid—, pues Hermida era un fiel seguidor del grupo de Liverpool.
El periodista abordó tanto los formatos informativos como los de entretenimiento. Y si había que bailar en Navidad, se bailaba. Para ello contó con periodistas, humoristas y actores. Este fue el caso de Belinda Washington, de 57 años, a la que Hermida llamaba “señorita líbera”, pues pretendía que ella “fuera un elemento más libre” dentro de la escuela de presentadores que estaba creando. “Me dijo: ‘Tú eres un diamante en bruto, tú tienes muchas cosas que dar todavía’. Y yo pensaba: Dios, ¿qué querrá que haga este señor?”, rememora entre risas la actriz sobre aquellos días intensos de trabajo. Sus compañeras destacan de Washington su versatilidad y lo divertida que es. Por ello cuesta creer que sea una persona introvertida: “Con Jesús pasé de esa timidez que no me permitía ni hablar a ponerme delante de una cámara”.
Washington se pregunta estos días qué hubiera dicho Hermida de “estos tiempos tan extraños, tan crueles y tan convulsos” por la crisis del coronavirus. La intérprete padeció la covid-19 al principio de la alerta sanitaria. Permaneció 40 días confinada en su habitación para no contagiar a su familia. Pero no se aburrió. Hizo entrevistas, sorteos y sobre todo pintó, una actividad que desarrolla desde hace una década. Durante el confinamiento, Nieves Herrero trabajó desde casa y Mariló Montero se desplazaba a diario a los estudios de televisión. No han parado. Las chicas Hermida se definen a sí mismas precisamente por ser trabajadoras, resistentes, imbatibles, luchadoras, valientes y fuertes. “Nosotras decidiremos cuándo nos vamos de la profesión. Seguimos trabajando de una forma implacable. Y eso es escuela de Jesús Hermida: el que resiste, gana”, añade Montero.
Su adorado maestro apostó por el talento joven, pero también por el valor femenino. Y plantaba cara si impedían a sus presentadoras salir en pantalla cuando estaban embarazadas. Él detestaba el término chicas Hermida “porque esas mujeres, que desarrollan su vida profesional, que lo han ganado todo, no tienen por qué ser chicas de nadie”, aseveró en su última entrevista a este periódico. En cambio, para ellas es un motivo de orgullo, algo que recalca Nieves Herrero: “Lo seremos siempre porque el origen de que hoy estemos juntas de nuevo fue el propio Jesús, el que nos unió y el que sacó lo mejor de nosotras mismas”.