Enrique de Inglaterra publica un artículo en el que apoya el boicot contra las redes sociales que permiten el odio
Los duques de Sussex reflexionan sobre "la crisis de odio, de salud y de verdad" que afecta al mundo y se unen a una campaña para que importantes empresas retiren su publicidad de Facebook
Los duques de Sussex conocen perfectamente lo que es el odio. Lo han vivido en primera persona desde que Meghan Markle llegó a la familia real británica. Siempre observada con lupa, el más mínimo error era la oportunidad perfecta para que los tabloides y las redes sociales atacaran tanto a la exactriz como a Enrique de Inglaterra. Por ser víctimas de ello, ahora ambos han aunado fuerzas para combatir esa aversión desde las empresas. Así lo ha expresado el propio príncipe en un artículo de opinión ...
Los duques de Sussex conocen perfectamente lo que es el odio. Lo han vivido en primera persona desde que Meghan Markle llegó a la familia real británica. Siempre observada con lupa, el más mínimo error era la oportunidad perfecta para que los tabloides y las redes sociales atacaran tanto a la exactriz como a Enrique de Inglaterra. Por ser víctimas de ello, ahora ambos han aunado fuerzas para combatir esa aversión desde las empresas. Así lo ha expresado el propio príncipe en un artículo de opinión publicado en Fast Company que ha dirigido a las compañías que pagan por publicidad en las redes sociales: “El panorama digital no está bien y empresas como las suyas tienen la oportunidad de reconsiderar su papel en la financiación y apoyo a las plataformas online que han contribuido, avivado y generado las condiciones para una crisis de odio, una crisis de salud y una crisis de verdad”.
Hace más o menos un mes, el matrimonio contactó con varios directivos para tratar este asunto. Al mismo tiempo, se sumaron a Stop Hate For Profit, una campaña de derechos civiles y justicia racial —creada por la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, la Liga Antidifamación y Color of Change— que busca cambiar las políticas de Facebook. Se trata de un boicot para que diferentes empresas dejen de anunciarse en la red social fundada por Mark Zuckerberg, la cual no elimina ciertos comentarios racistas y de odio. Por el momento se han sumado compañías como Adidas, Bayer y Ford, entre otras. “Las empresas que pagan por anuncios online deben reconocer que nuestro mundo digital tiene un impacto en el mundo físico: en nuestra salud colectiva, en nuestras democracias, en la manera en la que pensamos e interactuamos entre nosotros, en cómo procesamos y nos creemos la información”, advierte Enrique de Inglaterra, preocupado por el futuro de su hijo, Archie, de 15 meses, que como otros niños crecerá en un entorno digital.
“No debería verse como una coincidencia que el auge de las redes sociales haya ido acompañado de un aumento en la división entre nosotros de manera global. Los propios algoritmos y herramientas de recomendación de las redes sociales pueden llevar a las personas hacia el radicalismo y el extremismo”, ha explicado el príncipe en su artículo, que busca crear una comunidad, tanto fuera como dentro de Internet, compasiva y fiable. “Cuando hacemos lo correcto, cuando creamos espacios seguros tanto en línea como fuera de ella, todos ganan. Incluso las propias plataformas”, añade. “Necesitamos una reforma digital significativa [...]. Este es un momento para que las empresas de todo el mundo consideren cómo pueden llevar a cabo reformas para garantizar la mejora de todos”.
En varias ocasiones los duques de Sussex han sido amenazados por ser un matrimonio interracial. A finales de 2018, medios de comunicación británicos informaron de que un grupo neonazi británico amenazó de muerte al príncipe Enrique por contraer matrimonio con Markle. Todo ello con imágenes y mensajes muy violentos que circularon en las redes sociales, como un dibujo en el que el nieto de la reina Isabel aparecía con un arma apuntando hacia él y el eslogan “traidor a la raza”. La exintérprete es hija de un matrimonio mixto: su madre, Doria Ragland, es afroamericana, mientras su padre, Thomas Markle, es de origen holandés e irlandés.
Aquel fue el primer ataque de este tipo al príncipe, mientras que para la duquesa de Sussex era algo habitual recibir comentarios y otros insultos racistas en las redes sociales. A raíz del asesinato de George Floyd a manos de la policía, varios fans recuperaron hace unos meses una campaña de 2012 en el que Markle hablaba del racismo que había sufrido a lo largo de su vida. “Para mí esto es algo muy personal, soy de dos razas. Mucha gente no sabe cómo identificarme, y muchas veces he tenido que ser una mera espectadora de las cosas que me han dicho, a veces chistes ofensivos, o cómo me han llamado”, comentó.
En una entrevista con Elle en 2016, la entonces actriz reveló que cuando era niña la gente a menudo pensaba que su madre era su niñera. “Ella no sabía qué casilla marcar cuando le preguntaban por mi raza en los formularios escolares”, relataba. También contaba que tenía dificultades para encontrar trabajos: “No era lo suficientemente negra para un papel de afroamericana ni lo suficientemente blanca para el resto. Me dejaron en un limbo, como un camaleón étnico que no podía tener un trabajo”.
Pero el odio no solo se da en las redes sociales. También en los medios de comunicación. Un presentador de BBC Radio 5, Danny Baker, fue despedido por publicar un mensaje en Twitter en que hacía referencia al nacimiento del hijo de los duques con la foto de un chimpancé. El tuit mostraba la imagen de una pareja cogida de la mano que caminaba con un chimpancé en cuyas ropas se podía leer: “El bebé real sale del hospital”.